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  • Entre Ríos, Argentina

  • La crisis de la industria se siente en el sector del mueble

    » La Capital

    Fecha: 09/05/2024 01:04

    Con más de 500 empresas que dan trabajo a 5 mil personas, las fábricas de muebles de Santa Fe se suman a la larga lista de sectores afectados por la crisis industrial. Una caída de la demanda de entre 40 ó 50% redujo la producción en la misma proporción y, pese a los esfuerzos por preservar las fuentes de empleo, comienza a tensionar el mercado laboral. Los aumentos de costos y la amenaza de importaciones también presionan sobre esta rama que tiene presencia en toda la provincia, aunque con sus dos grandes polos en Cañada de Gómez y Esperanza. “Las fábricas de muebles se ven afectadas por una caída de hasta 50% en la demanda y eso repercutió en la producción, hay varios establecimientos productivos haciendo tareas de mantenimiento y reducción de jornada laboral; no hay situaciones de despidos masivos pero hay algunas desvinculaciones, contratos que no renuevan, retiros voluntarios o bajas por jubilaciones que no se reponen”, César Federici, secretario Cámara de la Industria Maderera y Afines de Cañada de Gómez, quien explicó que “en la industria desprenderse de personal es la última opción porque se trabaja con empleados a los que costó mucho capacitar”. Santa Fe es la segunda provincia fabricante de muebles del país, detrás de Buenos Aires. Las fábricas, que en promedio ocupan entre 8 ó 10 personas, están en todo el territorio provincial, aunque Cañada de Gómez y Esperanza, cada una con su especialización, son los principales polos productivos. En los últimos años, el sector se expandió, de la mano, entre otras cosas, del mayor nivel de actividad. Si bien no fue la situación ideal, el 2023, señala Federici, encontró una demanda que se sostenía en parte por la propia especulación preelectoral sobre una devaluación. “Como en otros rubros, la gente que podía adelantaba compras pero una vez que ocurrió la devaluación, este consumo se retrajo por la caída del poder adquisitivo”, dijo en diálogo con el programa radial La Banda Cambiaria. Explicó que a esta situación se sumó el parate de la construcción, que es el otro gran tractor de la demanda de muebles. La situación preocupa a los empresarios del sector y a las localidades de la provincia en las que estos establecimientos ocupan mano de obra, contratan a proveedores de bienes y servicios, y tributan fiscalmente. A través de las cámaras locales, provinciales y también nacionales (la cadena forestoindustrial se nuclea en Faima) vienen explicando ante distintos auditorios oficiales la difícil situación. Que podría agravarse si se generaliza el avance de las importaciones que ya afecta a otros rubros. “Es un riesgo latente que venimos monitoreando, hasta ahora no está generando gran problema porque el frente externo todavía no está funcionando a velocidad crucero, pero nuestro mercado interno, y si se deprime y además desembarcan importaciones, va a ser un problema serio”, dijo el ejecutivo de la cámara. Apuntó, además, a los crecientes costos productivos como los de las tarifas, combustibles y transporte. La crisis de las heladeras Un sector industrial que ya comenzó a sentir la amenaza importadora es el de los fabricantes de heladeras y equipos de frío. También se trata del principal polo productivo nacional, en este caso con localización geográfica en Rosario. El gobierno nacional acaba de disponer la reducción de aranceles de importación de heladeras de un 35 a un 20%. Esta invitación al consumidor para que remunere el trabajo de productores de otros países se desenvuelve en un contexto de fuerte caída de la demanda y la producción. Los empresarios nucleados en la Cámara Argentina de Industrias de Refrigeración y Aire Acondicionado (Cairaa) estiman que la retracción anual llegará al 50%. En Argentina se producen aproximadamente 1,2 millones de refrigeradores al año. Este año no se llegará a 600 mil. Aunque no hay cesantías masivas, sí hay desvinculaciones por goteo. “Ya afectó al 20% ó 30% de la mano de obra en cada fábrica”, estimaron los empresarios. El sector ocupa a casi 5 mil operarios en la región. Sequía en la maquinaria Otro sector emblemático de Santa Fe, la industria de la maquinaria agrícola, sigue en modo sequía, a pesar de que la tragedia climática que afectó a todo el sector agroindustrial el año pasado quedó atrás a fines del año pasado. Según una encuesta reciente realizada por la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) a sus socios, el 25% reportó tener menos de la mitad de las operaciones que suelen tener para esta época del año. “La situación es complicada, las ventas aún no alcanzan el ritmo esperado para esta época y las empresas venimos descapitalizándonos”, dijo el rosarino Enrique Bertini, presidente de la entidad, durante una reciente nota publicada en Agroclave. Destacó que “los márgenes brutos se achican, los costos internos de los insumos se incrementaron y hoy el productor agropecuario está haciendo los números, viendo qué le va a quedar”. Tras recordar que los empresarios agropecuarios apoyaron este esquema esperanzados de que le iban a quitar las retenciones, se muestran decepcionados. “Si los precios de la soja hubieran estado en alza a lo mejor no se focalizaban en lo político, pero se escuchan voces de que no les da la rentabilidad y están pidiendo por lo que puedan”, señaló. Desde Cafma habían planteado sobre finales de febrero que Expoagro era una bisagra, un habitual punto de despegue de las ventas. Pero eso no ocurrió. “Hubo muchas consultas, los bancos aparecieron con créditos en pesos y en dólares, se inscribieron muchas solicitudes y la gente acudió a los bancos, pero la realidad es que, porque el productor pisó la carpeta o porque la carpeta no le daba tan bien por la sequía, no se están monetizando esos préstamos al ritmo que otras veces sucedió”, resaltó Bertini. Hay empresas que ya entraron en régimen de suspensión a la semana. “Se trata de alguna manera tratar de disminuir las horas de trabajo y también de no consumir energía eléctrica, no se puede abrir las empresas para no vender y generar unos gastos terribles”, subrayó. Hay 533 empresas fabricantes de maquinaria agrícola y agropartes en Santa Fe, el 44% de las que existen a nivel nacional. El empleo directo supera las 10 mil personas. El mapa de la crisis industrial golpea al territorio santafesino en su vasta geografía y diversidad de rubros. Según la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), la actividad metalúrgica cayó 19,4% interanual durante febrero Santa Fe. Fueron más de seis puntos por encima del ya complicado indicador nacional. , donde la actividad registró un derrumbe de 19,4% en febrero. Las expectativas para los próximos meses no son alentadoras. Casi el 48% de los empresarios del sector prevé una menor demanda interna y el 40% ve una merma productiva. Un mapa en rojo La producción provincial de la provincia cayó 9% en el primer bimestre, según datos de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe). El 63% de las ramas fabriles presentó una disminución de su nivel de actividad en relación al mismo período del año pasado. Cinco importantes actividades fabriles enfrentaron en el segundo mes de 2024 importantes bajas de actividad, dando cuenta de la mayor parte de la caída total. Se trata de la industria siderúrgica, la maquinaria agropecuaria, los productos lácteos , carrocerías-remolques y muebles y colchones. A nivel general, es la peor caída en ocho años, solo superada por el período de la pandemia, en la mitad del 2020. En la provincia hay 10 mil suspensiones informadas en el Ministerio de Trabajo, dentro del sector privado registrado. No es un porcentaje todavía muy significativo en el universo de más de 500 mil ocupados en ese universo. Pero además de ser solo una muestra de un mercado laboral mucho más amplio, exhibe una tendencia creciente y preocupante. En noviembre había 30 empresas con suspensión de personal. En el primer trimestre de 2024 ya son 60. Dos establecimientos emblemáticos de la provincia, como General Motors y Acindar, paralizaron sus plantas entre marzo y abril. En el caso de la siderúrgica, que experimentó una caída de la demanda del 50% por el freno a la obra pública, ya informó de una nueva parada para ajustar su plan de producción. En la automotriz hay 1.200 empleos directos. En la acería, 3.000.

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