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  • Boca venció a Trinidense por la Copa Sudamericana con un golazo de tiro libre de Edinson Cavani que le borró la mala noche que pasaba

    » La Nacion

    Fecha: 08/05/2024 23:54

    Escuchar La jerarquía de Edinson Cavani rescató a Boca en una noche para el olvido y lo puso nuevamente en carrera en el grupo D de la Copa Sudamericana. El equipo xeneize arrancó abajo ante Trinidense, empató en el complemento con un gol de cabeza de Nicolás Figal y terminó de revertir el resultado a los 46 minutos del segundo tiempo con un espectacular tiro libre de su goleador. Un triunfo que le permite a Boca depender de sí mismo para lograr la clasificación a octavos de final. Si vence a Fortaleza y Nacional Potosí en la Bombonera sacará pasaje directo a los octavos de final de la Copa. Aunque todos los flashes se fueron con el uruguayo, lo mejor de Boca pasó por los laterales. Dice el Cholo Simeone que, en el fútbol de hoy, lo más importante son los laterales. “Si tenés laterales buenos, tenés muchas chances de ganar. Si les cuesta, tenés dificultades”. Desde que Diego Martínez se convirtió en el entrenador de Boca, un aspecto característico que le imprimió a su equipo fue la influencia de los laterales en el juego. El máximo exponente es Lautaro Blanco, que llegó en silencio y se volvió figura, aunque Luis Advíncula también ha aportado lo suyo. Anoche, en Paraguay, el rosarino y el peruano volvieron a ser los más lúcidos de un Boca que tuvo mucho la pelota pero que careció de ideas para romper el cerrojo defensivo del rival. Axel Cañete derriba a Cristian Lema, que falló en la jugada del gol de Trinidense; el defensor de Boca venía de estar en la mira por sus errores en la eliminación a manos de Estudiantes por la Copa de la Liga. Jorge Saenz - AP Blanco y Advíncula fueron las principales armas de ataque de un Boca necesitado de puntos que defendió prácticamente con tres hombres: Lema, Figal y alguno de los dos Fernández. De una incursión de Blanco surgió, de hecho, la polémica de la noche. El ex Central trepó la cancha por la izquierda, enganchó ante la marca de Cañete y el defensor paraguayo, desde el piso, pareció frenar la pelota con la mano. Tras cuatro minutos de protesta, ni el chileno Cristián Garay ni el colombiano Yadir Acuña, a cargo del VAR, lo consideraron penal. Antes, Boca había avisado con una media vuelta de Cavani que salió lejos del arco y un remate de Zenón por encima del travesaño. Animado por la derrota 4-1 de Fortaleza en Bolivia (el duelo en Potosí comenzó media hora antes que el encuentro del Xeneize), Boca se plantó decididamente en campo rival pero ofreció ventajas defensivas que pagaría muy caras. Sin Marcos Rojo (desgarrado), con Lema en bajo nivel y un Figal que bajó mucho el rendimiento después de la lesión, el equipo de Martínez pasó más de un sofocón en Asunción. El golazo de tiro libre de Edinson Cavani Trinidense ya había avisado a los 16 minutos del primer tiempo con un pelotazo largo de su arquero Quiñónez que dejó a Andrada mano a mano con Chiquito Romero. El argentino definió por arriba, aunque tuvo revancha en la última de la primera mitad. En una acción similar, el ex jugador de Gimnasia La Plata, Ferro y San Martín de Tucumán sacó provecho de otra floja cobertura de Lema y esta vez no perdonó. Boca marcaba mal en ataque y en defensa y sufría cada embate del conjunto local, que apostó todas sus fichas a la velocidad de los de arriba. Sin embargo, todo cambió al inicio del complemento. Andrada, que había visto la amarilla por quitarse la camiseta en el festejo (también ofreció disculpas de cara a la gente de Boca), tomó del pantalón a Equi Fernández y dejó a su equipo con uno menos. Un pecado capital. “Movete, xeneize, movete...”, bajó de la Popular Norte de la Nueva Olla, donde se ubicó el grueso de la hinchada xeneize. Quien captó primero el mensaje fue Martínez, que desarmó el doble 5 y mandó a la cancha a Langoni para armar el 4-3-3. Boca adelantó sus líneas y encontró rápidamente el empate con el cabezazo de Figal, tras otro excelso centro de Blanco. Minutos después, Langoni simuló una falta de Quiñónez y el árbitro marcó penal, aunque luego el VAR revirtió la decisión. Compacto de Trinidense 1 vs. Boca 2 Los minutos pasaban y Boca se traía un empate de Paraguay que le servía muy poco. En lo futbolístico, en lo estadístico, en lo mental. Pero Cavani, que parecía peleado con el arco, sacó un conejo de la galera cuando Boca más lo precisaba. En la última, el uruguayo la colgó del ángulo derecho de Quiñónez y le dio a Boca una victoria tan sufrida como necesaria. Un gol que vale mucho más que tres puntos, y que le devolvió el alma a un Boca obligado a festejar con un trofeo en las manos.

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