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  • La Cultura y el Estado

    Parana » Uno

    Fecha: 08/05/2024 20:00

    El arte habilita la producción de sentidos y perfila las identidades, por esto desde la política se desfinancian las artes, el espacio y el momento para la crítica. "...La cultura es la estructura secreta de todo lo que se hace, incluso en materia de economía". Horacio González La primera gran pregunta a la que intentaré responder-me, no es tanto sobre por qué el ahínco del grupo de allegados de Milei y él mismo, por desfinanciar organismos que patrocinan diferentes disciplinas que hacen a la cultura, sino más bien cómo actuar ante esto, la reflexión es retórica, las dos cosas se encuentran inextricablemente unidas. Lo que es, lo que existe, lo que sucede hoy, es el eje de la propia dialéctica de la cultura, el espacio de la cultura es el mismo horizonte de la existencia, nada escapa a la cultura o quizás, mejor dicho a lo cultural. Somos seres sociabilizados y en este camino de socialización vamos tomando elementos de la cultura, de la misma manera que rechazamos otros, y así mismo los que tomamos, los resignificamos otorgándole nuestro propio sentido, en este ir y venir casi sin darnos cuenta forjamos nuestra identidad. Por ello pensar en cultura es pensar en identidad, y quizás sobre esto merece detenerse un poquito a pensar qué estamos haciendo, o qué nos proponen a través de líneas políticas destinadas a desfinanciar y quitar apoyos a organismos que hacen y fomentan una gran parte de la cultura. La gran transformación que se habilita con la eventual sanción de la llamada Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, cambiarnos las bases en la cual sostenemos nuestros cimientos identitarios. Al desfinanciar el fomento a las artes se está desfinanciando la evolución, el despliegue de la cultura, se está interviniendo para ralentizar y afectar su desarrollo, se está afectando la identidad. Pareciera que el fin último de las políticas culturales del gobierno encabezado por Milei es la de cerrar los espacios de reflexión y creación y artísticos. He aquí quizás una de las claves, las obras artísticas promueven inexorablemente momentos de reflexión y expresión, quien se propone realizar una obra piensa o se deja llevar por impulsos y transforma quizás un poco de pinturas en un algo que despierta sensaciones que conmueven la sensibilidad, lo mismo sucede con la arcilla, las palabras,las notas musicales y las secuencias de imágenes. Todas estas sensaciones desarrollan nuestra sensorialidad y comunicación con el mundo. El arte habilita la producción de sentidos y perfilan las identidades… por esto desde la política se desfinancian las artes, porque se desfinancia el espacio y el momento para la práctica de la crítica, se sientan las bases para que la sociedad socialice a sus individuos pensando en la utilidad económica como único interés individual (y con ello colectivo). Se sientan las bases para intentar barrer el pensamiento y sensorialidad críticas, cuyos frutos no son necesariamente mercantilizables, todo lo contrario se sientan las bases para el paso acrítico de lo que es, lo que existe, lo que sucede hoy, así se sientan las bases para la explotación laboral, se sientan las bases para potenciar las diferencias de poder entre trabajadores y empresarios. El, la y le laburantes, pierden condiciones de trabajo, pierden tiempo libre, ganan en preocupaciones, pierden energía vital; en el día a día, se convierten en algo así como robots casi desalmados. Se sientan las bases para que el trabajo sea la única preocupación de las personas, para dirigir y encaminar la perspectiva unidimensional de una humanidad reducida a lo económico, alumbrada bajo la tutela del utilitarismo. Esto resulta aún más grave cuando se consideran otros aspectos basales. Se sientan las bases para la entrega de la soberanía nacional sobre recursos económicos estratégicos, se sientan las bases para las alianzas militares con países imperialistas. Se sientan las bases para la supervivencia frágil apoyadas en instituciones líquidas. Como decíamos más arriba: pensar sobre la cultura es pensar a la vez en el qué hacer. La cultura es dinámica, se retroalimenta a sí misma, sus resultados o manifestaciones son sus propios imputs, pensar en la cultura es pensar en un lienzo o una cámara fotográfica, a la vez que en la calles donde dar vida a la política, pensar en la cultura es pensar en el mundo que vivimos y que le dejamos como la gran base en la que vivirán nuestros hijos y las generaciones venideras.

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