Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Jugadores de partidos grandes

    » Diario Cordoba

    Fecha: 08/05/2024 16:50

    Quienes tienen memoria o una buena pila (de años) recordamos al Córdoba CF que se había hecho un fijo en Segunda División B, en los 80 y en los 90 del pasado siglo, los que vieron –vimos- la llegada del dinero de las televisiones a los clubs de fútbol pero –ay- esa revolución no alcanzó a la entidad blanquiverde que, hay que recordar, hundida en la tercera categoría del fútbol español, abandonó aquel pozo en una de las peores temporadas, institucionalmente hablando, de su historia. Los jugadores amagaron encierro prolongado en El Arcángel por impagos y, luego se supo, se logró el éxito a pesar de que la mitad de la plantilla no le hablaba a la otra por un desacuerdo con fondo económico. Campeón sin premio Se reclamaban siempre fichajes de relumbrón, nombres de la categoría sobre los que reposar una candidatura al ascenso que generó no pocos traumas. De hecho, ahora que al campeón le dan el boleto directo a Segunda, como al Castellón, se debe recordar que en aquellos años el conjunto blanquiverde fue campeón en dos ocasiones y la condena se mantuvo hasta el 30 de junio de 1999. Ramos y Ventaja en Cartagena, el 30 de junio de 1999. / A.J. GONZÁLEZ Así, se reclamaban a los mejores jugadores de la categoría. Todos ellos debían jugar en El Arcángel para ascender al Córdoba CF y “llevarlo a donde se merecía estar”. Sousa, Luzardo, Alzugaray, Roberto Valverde, Toledano, Dieguito, Fali Montes, Diezma, Férez, Melenas, Monsalvete o los que sí llegaron, Pepichi Torres o Mantecón, entre otros muchos, se exigían como nuevos jugadores del Córdoba CF para creer en “el proyecto”. Eran los que se entendían como futbolistas que, más allá de su trayectoria en una sola temporada, que podía ser más o menos irregular, siempre aparecían en los momentos importantes, en los partidos grandes. Esos y otros nombres vinieron a la memoria cuando el Córdoba CF anunció hace dos veranos a Kike Márquez. El fichaje del sanluqueño, que se enfrenta el sábado al equipo de su tierra chica en El Arcángel, me recordó a aquellas incorporaciones que hacían los Córdoba CF, Xerez, Almería, Écija o Granada de la época. No sólo en redes sociales, en la calle hubo quien aseguró que “ahora sí creo que el Córdoba CF apuesta por el ascenso en serio” tras ver la llegada del mediapunta, un hombre fundamental para entender cualquier proyecto de ascenso a Segunda en la última década, prácticamente. De alguna manera, el sanluqueño es uno de esos futbolistas que toman el relevo de aquellos Sousa, Dieguito, Melenas o Pepichi Torres y con sus luces y sus sombras –que también las tiene-, resulta un hombre fundamental en un equipo que aspire a llegar al fútbol profesional. Por muchos motivos, pero uno de ellos lo demostró justo antes de su llegada al Córdoba CF, precisamente, con lo que protagonizó en Riazor, ante el Deportivo, militando en el Albacete. Equilibrio Quizá haga falta un punto de madurez a la hora de valorar las situaciones individuales en una plantilla de fútbol profesional. Hay un término medio entre ser titular perenne, al estilo Youssouf Diarra, insustituible en este Córdoba CF, o ser el jugador número 22 en minutos jugados, como algún joven aspirante firmado por la actual dirección deportiva en los últimos años. Y es una figura mucho más presente, extendida e importante de lo que algún aficionado cree. Es la del jugador que completa la idea del entrenador. El jugador que puede ser titular en un par de partidos o tres –o cuatro-, pero luego va al banquillo y aporta desde él en muchos partidos o en determinados encuentros. Pero da lo que necesita el equipo. Uli Dávila, en la temporada del ascenso a Primera del 2014, fue suplente hasta la llegada de Albert Ferrer, en febrero. Óscar -Muñoz- Ventaja, canterano cordobesista, apenas fue titular en 10 partidos de la referida temporada 1998-99. Sin embargo, en la liguilla de ascenso no se cayó nunca del once titular y abrió el marcador cordobesista en la inolvidable noche del Cartagenazo. La lista de hombres denostados mientras vistieron la elástica blanquiverde, pero hoy recordados con melancolía, cuando no con orgullo, es interminable. Pawel Kieszek, hoy en la memoria con mucho y lógico cariño y como un jugador notable en su paso por el Córdoba CF, también sufrió su época hate –término tan propio de las redes sociales, pero que también existió y existe en la vida real- cuando se negó a entrenar un día determinado y perdió la titularidad –con justicia- durante una sola jornada. Le cayó la del pulpo al polaco, que sólo se lamentó de unas determinadas condiciones de trabajo –con justicia- y prefería no hacerlo ante el riesgo de lesión, según su valoración. Pawel Kieszek, en una pretemporada con el Córdoba CF. / CÓRDOBA Se puede y se debe criticar a un jugador, incluso si es de tu equipo, pero no se le puede faltar el respeto. Y en demasiadas ocasiones se confunde el insulto con la crítica. Kike Márquez sufrió una ofensa en Los Cármenes el pasado sábado, no una crítica. Como profesional, debe soportar la crítica e incluso si esta es constructiva, intentar crecer a partir de ella. La ofensa, el insulto o el menosprecio no caben en el fútbol, ni en un estadio, ni en el Córdoba CF. Y menos para un profesional de tus colores. Y son los propios aficionados los que deben apartar a esos haters de grada. El sábado volverá Kike Márquez a El Arcángel y lo hará, curiosamente, para jugar contra el equipo de Sanlúcar, lugar donde nació. Es el capitán del Córdoba CF y no hay que recordar las manifestaciones que realizó al inicio de temporada sobre el objetivo del equipo y cómo intentó generar la idea de unión y de que todos estaban subidos en el mismo carro. Señalar a un solo jugador, por muy capitán que sea, por todo lo que hizo o dejó de hacer toda una plantilla es, como mínimo, de mirada corta o con un punto de cobardía. Nadie puede pensar que el ascenso a Primera fue gracias a Uli Dávila o que el Cartagenazo llegó por la bota de Óscar Ventaja. Lo bueno y lo malo es responsabilidad de todos. Kike Márquez ha sido siempre –o casi siempre- futbolista de grandes partidos –como el mencionado en Riazor- y nadie duda de que busca su cuarto ascenso de su carrera. Y los partidos grandes, a este Córdoba CF, le llegan en tres semanas. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por