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  • La fotógrafa alemana que escapó de la Segunda Guerra Mundial y encontró refugio en Villa Sarmiento

    » Clarin

    Fecha: 08/05/2024 16:22

    Vestida con pantalones, el pelo corto y “casi siempre con un pucho en la boca”. Así recuerda Ernesto Besada a su querida vecina y amiga, la fotógrafa Grete Stern. Desde su llegada a Buenos Aires en 1939, la alemana de la calle Hilario Ascasubi 1073 (actual Ballesteros), Villa Sarmiento, escandalizaba a los vecinos durante la década de los 40. Hoy se cumplen 120 años de su nacimiento en la ciudad de Elberfeld, Alemania, país del que escapó por ser judía y socialista durante el apogeo del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Primero se exilió a Inglaterra junto a quien marcaría el siguiente destino: su marido Horacio Coppola, el gran fotógrafo de Buenos Aires. Más allá de sus raíces germánicas, Grete se definía a sí misma como una “fotógrafa argentina”."La mayor parte de su obra fue realizada entre nosotros y sus fotos son documentos de la vida de nuestro país”, añade su historiador Luis Priamo en el libro Obra Fotográfica en la Argentina. Y con su cámara retrató aquello que no quería ser visto por la sociedad de mediados del siglo XX: los anhelos de las mujeres de clase media, las trabajadoras y también los pueblos originarios del Gran Chaco, que documentó en 1964. Los fotomontajes de Stern, que hizo en su casa de Villa Sarmiento, retratan los sueños y conflictos internos de las lectoras de Idilio. Los años que vivió en el Oeste la definieron. En su casa, diseñada por el arquitecto ruso Vladimiro Acosta, encontró un espacio donde poner en juego sus aprendizajes de la escuela alemana Bauhaus y también las ideas modernistas de la corriente “Nueva visión”. Entre los grandes ventanales de su hogar, recibía encargos de editoriales de libros, agencias de publicidad y gráficas. Una de ellas fue la famosa serie de fotomontaje “Sueños”, que hizo entre los años 1948 y 1951 para una columna de la revista femenina Idilio. Con su sensibilidad hizo un hito en la historia de la fotografía a nacional a través de una revista femenina. La propuesta le llegó de dos psicoanalistas que querían que ilustre los conflictos internos de las lectoras del magazine. Ellas los compartían en búsqueda de una solución. El resultado fueron imágenes de mujeres atrapadas en una botella o siendo acosadas en su trabajo por un reptil. “Grete produjo la serie en un contexto cambiante para las mujeres: en 1947 se aprobó el Sufragio Femenino en Argentina y en 1951 pudieron votar por primera vez”, contó Natalia Marcontoni, fotógrafa y docente de la Facultad de Diseño y Arquitectura (FADU) de la Universidad de Buenos Aires. El ojo de Stern convirtió en un hito de la fotografía nacional lo que era una revista para la clase media aspiracional. "Corrió la mirada de lo que solía ser fotografiable gracias a su perspectiva humanista", detalla la profesora. "Niñas en los campos de algodón", es el nombre de una de las fotos que Grete sacó en uno de sus viajes al Gran Chaco. Su casa, un faro de la cultura “Mi mamá Carmen era muy amiga de Grete. Nuestras familias vacacionaban juntas y me ayudaba siempre que podía con cosas de fotografía”, contó Ernesto, actual propietario de la casa de la calle Ballesteros. Grete, que falleció en 1999, fue una figura clave en la vida de Besada. Ella lo acercó al mundo de la fotografía y el diseño a través de libros y también mostrándole técnicas de revelado. Fue así como la ayudó con la ampliación de las fotografías que tomó en su viaje de 1964, en donde retrató la vida de los indígenas de Chaco, Formosa y Salta. “El otro día encontré el rincón donde fotografió a Jorge Luis Borges. Lo identificamos por un detalle: un ladrillo partido que aparece en la foto”, expresó. Borges fotografiado por Grete en el año 1951. BORGES 1951 FOTO DE GRETE STERN Pero el escritor no fue el único que posó para Stern en la vivienda de Villa Sarmiento. Además de ser un estudio de fotografía, era un punto de referencia para los artistas e intelectuales de la época, como el movimiento Madí. Entre sus amigas de Ramos Mejía estaba la joven escritora María Elena Walsh. A la reina de los bajitos la inmortalizó en una fotografía que hoy es un mural en la Escuela N°2 de Villa Sarmiento.

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