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  • La tarifa de luz representa el gasto familiar más alto de los últimos 30 años

    » El Destape Web

    Fecha: 08/05/2024 14:24

    En febrero de 2024, el gasto en electricidad de los hogares representó el 3,45 por ciento de un sueldo promedio desestacionalizado del sector formal. “Este valor fue el más alto de los últimos 30 años, consecuencia del aumento significativo de las tarifas de servicios públicos, en este caso electricidad, y la caída del salario real en el último período”, alertó un informe de la elaborado por el Instituto de Economía (INECO) de UADE. “A pesar de que sea necesario una corrección tarifaria de los servicios públicos, los nuevos valores impactan dentro del gasto de los hogares, a la vez que el poder adquisitivo de los argentinos viene en caída, presionando aún más sobre este fenómeno”, señaló el documento de la Universidad Argentina de la Empresa. En marzo de 2024, la tarifa de electricidad representó el 21 por ciento de la canasta básica total (CBT) que mide el INDEC. Tan solo dos meses antes, en enero, la misma tarifa equivalía al 10 por ciento de la CBT. Quizá por estas razones y para mitigar el impacto en una tasa de inflación gradualmente en baja es que el gobierno ha decidido postergar los aumentos de tarifas ya planificados, para distribuirlos en el tiempo. “Quizá por estas razones y para mitigar el impacto en una tasa de inflación gradualmente en baja es que el gobierno ha decidido postergar los aumentos de tarifas ya planificados, para distribuirlos en el tiempo”, aseguró el informe. Ante los importantes aumentos en las tarifas de servicios públicos, se tomó como referencia el servicio básico de luz y electricidad para calcular cuál es el porcentaje de ingreso que debe destinar un argentino en el pago de la tarifa mensual. Se tuvieron en cuenta cinco períodos: los años previos a la crisis de 2001, 14 años de política de subsidios a servicios, recomposición de valores entre los años 2016 y 2019, nuevo atraso tarifario entre los años 2020 y 2023, y finalmente, la quita de subsidios del periodo actual. En el siguiente cuadro, se muestra la evolución del porcentaje que representó el gasto en electricidad dentro del ingreso de los argentinos. Debido a las distintas políticas que se han aplicado en los últimos 30 años sobre los servicios públicos en Argentina, las tarifas que se abonan han oscilado constantemente en torno a las discusiones de aquellos que proponen un esquema de subsidios para abaratarlas y los que proponen sincerar su costo para no caer en gastos desmedidos de las cuentas públicas. Durante los primeros años de este siglo, post crisis de 2001, se aplicaron políticas de subsidios como respuesta a la caída de los ingresos de los argentinos. Con el paso de los años, Argentina comenzó una recuperación económica, pero, sin embargo, el esquema de subsidios a las tarifas no se modificó. Se pausaron los precios de las tarifas durante años, generando valores ficticios, totalmente alejados de los que surgirían si se consideran la estructura de costo de las empresas que brindan el servicio. En esos años es cuando el gasto de los hogares en electricidad tuvo su peso mínimo dentro de los ingresos. Sin embargo, la aplicación de esas políticas generó un atraso tarifario a nivel nacional que provocó dificultades en las empresas que están a cargo del servicio. Como consecuencia de esto, la caída en la calidad del servicio se hizo presente, con reiterados cortes de luz en los veranos por falta de inversión en el mantenimiento de la estructura. Además, se destinó una importante magnitud del gasto público a los subsidios de los servicios (transporte, agua, electricidad, gas, entre otros), que fue creciendo año a año y compone, en la actualidad, una parte significativa del déficit fiscal del estado argentino (los subsidios a la energía representaban el 8,6 por ciento de los gastos primarios en el primer trimestre de 2023, mientras que en el mismo periodo de este año representaron el 4,4 por ciento). El documento argumento, que, no obstante, a nivel mundial, la tarifa de electricidad de Argentina se encuentra relativamente barata, según la UADE. El costo es de 0,11 dólares por kWh (en marzo del año pasado, la misma tarifa era de 0,04 centavos de dólar) y de 27,5 dólares si se considera la canasta de 250 kWh. El valor promedio de esta misma canasta en todo el mundo es de 42,5 dólares (0,17 dólares por kWh), con lo cual la canasta argentina es 15 dólares más barata. El informe no hace referencia al nivel de salarios en esos países.

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