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» Diario26.com
Fecha: 08/05/2024 12:57
Así como se acordó de su país, el sumo pontífice solicitó el fin de los conflictos que aquejan a la población en distintas partes del mundo. Audiencia semanal del papa en el Vaticano. Foto: Reuters Teniendo en cuenta que cada 8 de mayo se celebra el Día de la Virgen de Luján, la patrona de Argentina, el papa Francisco oró ante una pequeña imagen de ella al tiempo que pidió a la multitud congregada en la Plaza de San Pedro del Vaticano que rezara por el país que lo vio nacer. Quien llegó a la audiencia general de cada miércoles saludando a los fieles desde el papamóvil junto a cuatro niños y al son de la música de una banda, aseguró que el mundo "tiene tanta necesidad" de esperanza y de paciencia. Audiencia semanal del papa en el Vaticano. Foto: Reuters En esta misma línea, Francisco tuvo un especial recuerdo para las guerras que tienen lugar en el planeta, y pidió que se rezara el rosario durante el mes de mayo para que "el señor conceda la paz en el mundo entero". El papa recordó "especialmente a la querida y martirizada Ucrania, a Palestina e Israel y a Myanmar (Birmania)", país que vive sumido en un espiral de violencia desde febrero de 2021, que exacerbó el conflicto de guerrillas que padece la nación desde hace décadas. Te puede interesar: El papa Francisco llamó a proteger a la "familia cristiana" que atraviesa una "tormenta cultural" La historia de la Virgen de Luján Nuestra Señora de Luján es uno de los símbolos más importantes del catolicismo en Argentina, rinde homenaje a la Virgen María y cuenta con miles de fieles y una Basílica en su nombre. La actual Basílica Nacional de Nuestra Señora de Luján tiene una historia muy interesante respecto a su creación, ya que no era la idea inicial que el edificio religioso tuviera lugar en la ciudad bonaerense. La Basílica de Luján. Foto: Wikipedia Antonio Farías Sáa, un portugués que se había radicado en Santiago del Estero, importó desde Brasil una imagen de la Virgen María para rendirle homenaje en una de sus haciendas. Sin embargo, al querer trasladar las dos figuras de la Inmaculada Concepción de María que llegaron al puerto de Buenos Aires, una de las carretas con las que se movilizaba quedó varada a orillas del río Luján. Los vecinos, atónitos ante la situación, creyeron que se trataba de una señal: la Virgen debía tener su basílica en la zona.
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