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» Diario Cordoba
Fecha: 08/05/2024 12:07
La Guardia Civil ha detenido a un depredador sexual de menores de edad en Valencia que durante medio siglo abusó y violó presuntamente de al menos cinco víctimas de su entorno más próximo con total impunidad. El presunto pederasta, de 69 años y nacionalidad española, logró mantener en secreto sus oscuras perversiones durante todo este tiempo dejando un reguero de vidas psicológicamente destrozadas; su nieta –que además tiene diversidad funcional–, su hermana, su cuñada, una amiga de la primera y su última víctima, una niña de ocho años, la única que todavía hoy es menor de edad. Su confesión el pasado domingo cuando acudió al cuartel de la Guardia Civil acompañado de su actual mujer, madre de una de las víctimas, ha destapado todos estos años de abusos sexuales –muchos de ellos con acceso carnal– que había tratado de mantener ocultos y que su pareja se negaba a ver, pese a que su hija en alguna ocasión le llegó a reconocer que su abuelo (la madre mantiene una relación desde hace veinte años con el que era su suegro) había abusado de ella cuando tenía once años. El presunto pederasta detalló uno por uno los abusos sexuales a los que sometió a sus víctimas empezando por la última de ellas, una niña de solo ocho años, hija de unos amigos con los que coincidía en un camping de la provincia de Valencia que este periódico no revela para preservar el anonimato de la única víctima todavía menor de edad –actualmente tiene diez años–. Las otras, ya mayores de edad, han mostrado su consentimiento para que se vea el rostro de su agresor. El arrestado confesó dos episodios ocurridos en el verano de 2021. En aquella ocasión cuando la menor se despertó gritando, la pareja del ahora detenido lo atribuyó a unas supuestas pesadillas que había tenido la niña. No obstante, a la mañana siguiente, mientras la mujer preparaba el desayuno, lo volvió a intentar. El depredador sexual, de 69 años, acudió al cuartel tras saber que lo iban a denunciar e instado por su mujer Otra de las agresiones sexuales (sin violencia pero también con acceso carnal por la introducción de dedos en la vagina) se remonta a 2012 cuando, aprovechando que la madre de su nieta se iba a trabajar fuera y él se quedaba al cuidado de sus hijos, abusó de la niña de once años, con diversidad funcional, sordera y dificultades de expresión. Previamente, en el año 2001 también reconoce que abusó sexualmente de la que ahora es su cuñada –en aquel momento la hermana de ésta todavía seguía casada con el hijo del presunto pederasta–. El primer episodio se produjo siendo ella una adolescente de 14 años. Y se prolongó hasta que cumplió los 17 años. Como inicialmente no la creyeron, la joven aguantó en silencio durante años. Asimismo, también reconoció que la primera menor de la que abusó fue su propia hermana. Él tenía 16 años y ella apenas siete. Este delito, que se remonta a los años 70, ya habría prescrito y por lo tanto no podrá ser acusado por estos hechos dado el tiempo transcurrido, aunque la mujer denuncie ahora los abusos. ¿Por qué lo cuenta ahora? No es habitual que un depredador sexual de este tipo de repente confiese por propia voluntad hechos tan graves después de tantos años tratando de ocultarlos. Fuentes de su entorno lo atribuyen al nacimiento del hijo de su nieta y a la vez nieto de su pareja. La que en su día fue víctima no los dejaba ver al pequeño y prohibió que su abuelo se le acercara para evitar que le pasara lo mismo que le pasó a ella. Hace una semana la abuela del pequeño les dijo que iba a solicitar los derechos como abuela para verlo y le contaron realmente los motivos de por qué los habían alejado de su nieto. Aunque seguía mostrándose reticente a creer las graves acusaciones sobre su pareja, la mujer habló con su hermana y con la madre de otra menor que sospechaba que podía haber sido víctima de su marido y acabó rindiéndose ante la evidencia. "Ten valor para confesarlo" La mujer asegura que fue entonces cuando instó a su marido a ir a contarlo todo al cuartel de la Guardia Civil. "Si has tenido huevos para hacer algo así, ten valor también para confesarlo", le insistió, según su versión, al asegurar que ella no lo tapó en ningún momento ni sospechaba nada de lo había hecho hasta el pasado fin de semana. Algunas de las víctimas no creen que la pareja del arrestado fuera ajena a lo que había hecho éste durante años y atribuyen la confesión del presunto pederasta a que sabía que su nieta estaba en ese preciso momento denunciando los hechos junto a su marido en el juzgado de guardia de Valencia. Las víctimas no denunciaron antes por miedo y porque cuando en su día alguna lo contó no las creyeron A la mañana siguiente de su confesión, y tras haber contactado con las víctimas para que interpusieran la pertinente denuncia, que corrobora y amplía los hechos relatados por el pederasta, la Guardia Civil procedió a la detención de este hombre de 69 años. El Juzgado de Instrucción número siete de Llíria, en funciones de guardia, acordó ayer su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin posibilidad de fianza, por varios delitos de agresión sexual. Pese a su detallada confesión del domingo ante la Guardia Civil, en dependencias judiciales el arrestado se acogió a su derecho a no declarar. Ese supuesto arrepentimiento había desaparecido.
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