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  • Un hot dog gigante sorprende en Times Square

    » Clarin

    Fecha: 08/05/2024 09:03

    El viernes, en una tarde nublada en Times Square, un hot dog de 15 metros de largo se elevó hacia el cielo y escupió una ráfaga de papelitos de colores. Al pie, unos luchadores drag terminaban su combate en un ring de boxeo elevado, prácticamente perreando sobre las cuerdas, animados por cientos de espectadores. Era el primer acto público de "Hot Dog in the City", una instalación para Times Square Arts, la mayor obra que la organización ha encargado hasta el momento. La salchicha gigante fue creada por Jen Catron y Paul Outlaw, un matrimonio de artistas de Brooklyn cuya profesión suelen ser los espectáculos interactivos basados en la comida que también cuestionan la tradición -y el atractivo- de lo americano. Cuando dieron con el hot dog, símbolo nacional de patriotismo y también emblema de la verdad difícil de digerir sobre la producción y el trabajo en masa, el consumismo y la mercadotecnia, les pareció que encajaba perfectamente en el escenario. El pancho, dijo Outlaw, "es festivo. Pero tiene una historia sórdida y un pasado complicado". Con eventos que incluyen partidos al estilo de WrestleMania -otro fragmento enmarañado de la cultura estadounidense, bravuconería y farsa a partes iguales- y una serie de videos sobre los puestos de comida, en colaboración con el Street Vendor Project, los artistas esperan plasmar esa historia más amplia. Una ópera de su autoría está prevista para el íntimo espacio del interior del hot dog. La salchicha gigante fue creada por Jen Catron y Paul Outlaw, un matrimonio de artistas de Brooklyn. Foto: Lanna Apisukh para The New York Times También hay un concurso de comida patrocinado por Nathan's y un concurso de hot dogs (caninos). Desde que se conocieron en la Academia de Arte Cranbrook de Michigan, Outlaw, de 44 años, y Catron, de 39 y embarazada de nueve meses de su segundo hijo, han dado prioridad a la diversión. "Siempre he pensado que Jen y Paul encajan perfectamente en Times Square, desde su humor irreverente hasta su forma de jugar con las escalas", afirma Jean Cooney, directora de Times Square Arts. La pareja ha anunciado su creación como la escultura de hot dog más grande del mundo, aunque, admiten, no ha sido sancionada oficialmente por Guinness World Records. Según su estimación, es, al menos, más largo que el otro perro más grande que encontraron, un perro de 14 metros que se encuentra en un restaurante de Michigan llamado Wienerlicious . La principal tensión, en Nueva York, eran los aderezos. “Esta ha sido una conversación realmente más acalorada de lo que pensé”, dijo Catron. “Los debates regionales, Chicago vs. Nueva York; Casi todas las ciudades de Estados Unidos cuentan con un estilo de hot dog”. El fervor del condimento era casi político en su celo, añadió Outlaw. "Piña, patatas fritas... ¡están orgullosos de ello!". Para alivio de muchos, sólo encontraron un garabato de mostaza. "Alguien me dijo que si iba a tener ketchup, no se acercarían ni a cien pies", dijo Cooney. El viernes, en una batalla llamada "¡Guerra de condimentos!", dos grupos, EWA (Extreme Wrestling Alliance, un grupo local de lucha libre) y Choke Hole, famosos artistas drag y queer de Nueva Orleans, hicieron todo lo posible por ajustar cuentas. Elevado mediante sistema hidráulico, el hot dog lanza papelitos de colores. Foto: Lanna Apisukh para The New York Times O algo así. La conexión entre la acción y la salchicha no siempre estaba clara para el público. "¿La lucha libre es bastante menos peligrosa que los panchos?", aventuró Kate Foster, decoradora que acudió con un amigo, Blyth Daylong, director de un centro de artes escénicas. Le encantaba el espectáculo, incluso como condimento minoritario. A medida que avanzaba la lucha, desde las payasadas de EWA para romper mesas hasta los pellizcos en los pezones de Choke Hole, los aficionados se deshacían en elogios y comentarios, inundados de insinuaciones. Algunos vinieron vestidos para la ocasión, como guarnición. Lo surrealista apenas cubría la escena. Había un Elvis y un payaso descamisado que flotaba en una piscina para bebés llena de galones de salsa picante. "Fue alucinante", dijo un espectador, mientras una estrella de la EWA ejecutaba un movimiento de zambullida llamado "suplex" (toma al oponente hacia atrás haciéndolo pasar sobre su propio cuerpo) y los locutores discutían los méritos relativos del alioli y las alcaparras. Un combate de lucha libre animó la jornada. Foto: Lanna Apisukh para The New York Times Cooney acogió con satisfacción los elementos subversivos, o ridículos. "Ha infundido en la gente, especialmente en los neoyorquinos, la sensación de que Times Square puede seguir siendo extraña, maravillosa y mágica", afirmó. Los transeúntes se paraban a mirar, en una multitud que pronto llegó a tener cuatro personas delante de las barricadas. Marie Jeanne Lo venía de París; ¿vería algo así allí? "Absolument non", responde sonriendo. ©The New York Times

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