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» Diario Cordoba
Fecha: 08/05/2024 05:16
Recuerdo aquella tarde de verano cuando una joven estudiante de Periodismo se presentó en la Redacción del Diario CÓRDOBA para iniciar las prácticas de la carrera, aprendizaje que se solía completar en las redacciones más que en las aulas. El director, Federico Miraz, me llamó a su despacho para presentármela, y enseguida nos pusimos manos a la obra. Las prácticas comenzaban por lo más básico: redactar gacetillas, como llamábamos a las notas informativas de menor entidad. Ella aceptó el mandato del director con humildad y determinación. Se llamaba Rosa Luque Reyes, cordobesa del barrio de San Andrés. Han pasado más de cuarenta años de aquel encuentro, casi toda una vida. Y parece que fue ayer. Aquella joven estudiante de Periodismo, que cursó con aprovechamiento la carrera en la Complutense de Madrid, entre sacrificios y determinación, ya con el título bajo el brazo, siguió en su periódico, donde la hemos visto crecer como periodista de vocación a lo largo de cuarenta años; ya digo, casi toda una vida. Y aquí sigue, ya en su dorada jubilación, ejerciendo una vocación inquebrantable todos los jueves «entre visillos», título de su columna semanal, sinónimo de observatorio discreto desde el que su acrisolada pluma se recrea en glosas y análisis preferentemente culturales, sin eludir certeros retratos psicológicos inseparables de su periodismo humanista. Esa perspicacia para el retrato descriptivo es la que ha destacado también en el género en el que más ha brillado a lo largo de su trayectoria profesional, la entrevista, cultivada en cantidad y calidad a través de series memorables como ‘Exilio interior’, ‘La vida por detrás’, ‘El retrato’, ‘Memoria viva de Córdoba’ –compartida con otros compañeros–, y otras, por las que ha desfilado la toda Córdoba del último medio siglo. Siempre he creído que al menos una selección de las entrevistas más imperecederas de Rosa Luque deberían ser rescatadas de su efímera vida de papel prensa para agruparlas en libros de consulta menos volátiles, al alcance de los historiadores que se adentren en el estudio de nuestro tiempo, pues están llenas de voces autorizadas que responden a preguntas bien hechas. Es una deuda que la sociedad tiene con esta periodista que, tras ascender al reducido Olimpo de las académicas numerarias, ya es también Ilustrísima Periodista, un tratamiento intercambiable con el de Ilustrísima Académica, que acaba de adquirir con absoluto merecimiento. Ya hay un antecedente en el camino de la recuperación de sus entrevistas: el volumen Cántico. Resistencia y vanguardia, que agavilló a los poetas y pintores de la histórica y culta revista. En la presentación de aquel volumen, en 2011, Pablo García Baena terminó diciendo: «No hay duda: Rosa Luque también es de Cántico». Todo un galardón verbal en letras imborrables. *Periodista jubilado Suscríbete para seguir leyendo
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