Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Un talento innato y el éxito que le costó la relación con su padre Julio: la inexplicable disyuntiva de Enrique Iglesias

    » Infobae

    Fecha: 08/05/2024 04:42

    Enrique Iglesias durante un concierto en Miami (EFE/Giorgio Viera) “Yo soy el que estoy en la música, no vas a poder conseguir nada sin mí”, le dijo Julio Iglesias, su padre, al enterarse de que había decidido convertirse en cantante. Hasta ese momento, él lo había mantenido en el más absoluto de los secretos. Es más: había sido Elvira Olivares, su cuidadora, quien le había prestado los quinientos dólares que necesitaba para grabar su primera maqueta. Y, sumamente ofuscado, el creador de Me olvidé de vivir, Hey y otros inolvidables clásicos sentenció su fracaso. Pero su vaticinio no solo no se cumplió, sino que lo que sucedió fue todo lo contrario. Enrique Iglesias había nacido el 8 de mayo de 1975 en Madrid, como fruto del matrimonio de Julio con Isabel Preysler, con quien ya había traído al mundo a Chábeli y Julio José. En aquella época, el cantante que muchos años más tarde tuvo a las mellizas Victoria y Cristina, Miguel Alejandro, Rodrigo y Guillermo junto a Miranda Rijnsburger, estaba en pleno auge de su carrera por lo que no estaba muy presente en la vida familiar. Sin embargo, muy a su pesar, logró contagiarle su amor por la música a sus hijos. Sobre todo, al menor de la primera camada. “A los 18 años firmé un contrato de discos y era una aventura, llegué de vuelta a Miami y era una de esas cosas que decía que mañana se lo iba a decir a mi padre, llegó mañana, no se lo dije...”, contó Enrique que tardó seis meses en darle la noticia a Julio. Su primer trabajo, que fue lanzado en 1995 con su nombre y llegó a ganar el Premio Grammy al mejor álbum de pop latino, incluyó hits como Si tu te vas, Experiencia Religiosa, Por Amarte, No llores por mí y Trapecista. Y su éxito fue mucho más de lo que el ego de su famoso progenitor podía soportar. Julio y Enrique Iglesias en una de las pocas imágenes que tienen juntos de adultos (Foto IG: julioiglesiasofficial) Tras el enojo de Julio, Enrique hizo su valijas y se fue de la casa familiar. Primero se instaló en Canadá y se mostró dispuesto a quitarse el apellido, con tal de que su carrera no estuviera vinculada a la de su padre. Hasta quiso rebautizarse como Martínez. Pero ya era tarde. “Quiero decirle a mi hijo que, mientras siga subiendo a los escenarios, seguiré compitiendo con él”, le dijo su padre al recibir el premio American Music Award como Artista Latino Favorito del año 1998, venciendo a su heredero que lo miraba desde la platea. La de ellos era, sin lugar a dudas, una guerra declarada. “Yo quiero ser mejor que mi padre, siempre he querido ser mejor que mi padre, siempre he querido vender más discos que mi padre, siempre he querido ser mejor cantante que mi padre, siempre he querido ser mejor artista que mi padre”, había asegurado Enrique en aquel momento, tal vez obnubilado por la ira. Y Julio no se quedó atrás: “Si hay que ser número uno, ¿él o yo? ¡Yo!”. Es que los dos eran sumamente competitivos. Y ninguno estaba dispuesto a dar el brazo a torcer. A lo largo de diez años, padre e hijo no se dirigieron la palabra. Y Enrique lo reflejó sin eufemismos en Quizá, tema que compuso en 2002 y cuya letra rezaba: “Hola, viejo, dime cómo estás. Los años pasan, no hemos vuelto a hablar. Y no quiero que te pienses, que me he olvidado de ti”. Recién el el 2005, cuando falleció Julio Iglesias Puga, padre de Julio, ambos volvieron a tener un mínimo diálogo. Pero la reconciliación tardaría en llegar. Una postal familiar de Julio Iglesias y sus hijos Julio, Isabel y Enrique en 1988 (Photo by Globe Photos/mediapunch/Shutterstock) Casado con la extenista Anna Kournikova, madre de sus tres hijos: los mellizos Lucy y Nicholás y Mary, Enrique siempre evitó dar detalles de su vida privada. Y muchos creen que, en realidad, era para evitar las preguntas sobre el conflicto con su padre. Sin embargo, en 2019, contó que una noche estaba mirando una película en su casa de Miami mientras sus chicos dormían y sintió la necesidad de llamar a Julio. “Enseguida tomé el teléfono. Tuvimos una conversación muy bonita. Estaba bien de ánimo. Fue una charla de esas en las que eres consciente de que es especial. Me reconfortó mucho”, reveló el cantante. Pero dejó en claro que no estaba arrepentido de nada. Porque, si quería seguir a su corazón y triunfar en su carrera, no tenía más remedio que alejarse de su padre que no veía con buenos ojos su decisión. “Sufrí mucho. Pero lo que sentía por la música me daba fuerza. Y, sobre todo, perseguía hacerlo a mi manera”, confesó Enrique. Y es que, en sus primeros años de profesión, estuvo también distanciado del resto de su familia, en especial, de sus hermanos que siguieron unidos a Julio. Aunque, a pesar de todo, siempre supo que estaba haciendo lo correcto. ¿Si le guarda rencor a Julio, que hoy ya es un hombre de 80 años, por haberse opuesto a su carrera y haberle hecho elegir entre ella y él? “Es mi padre y lo quiero con toda mi alma”, aseguró Enrique, que desde que tuvo a sus propios hijos se volvió más reflexivo. Y, en una de sus últimas entrevistas, detalló: “Yo no he tenido una relación mala con mi padre, solo que nuestra relación es muy difícil de explicar. Porque cualquier persona que la analice desde fuera podría imaginarse que no nos llevamos bien, porque nunca nos ha visto juntos y porque nunca ha venido a un concierto mío, porque me marché de casa muy joven y nunca regresé…Pero tenemos charlas telefónicas que han llegado a durar horas, en las que tocamos las fibras más importantes”.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por