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» Clarin
Fecha: 07/05/2024 13:03
Al parecer, de ésta no lo salva ni Dios. Aunque tenga, se presume, más "llegada" al Todopoderoso que el común de los mortales. Porque gastarse una fortuna en jueguitos improductivos con la plata de una iglesia es aun más ruin que robarle un dulce a un niño. Y si encima, a todo eso, se agrega que el vicioso ladrón no es otro que el cura parroquial, la cosa toma un color todavía más lúgubre. Pero siempre que Dios cierra una puerta abre una ventana. Porque bien podría verse como una prueba de eso de "Perdonar es un atributo divino". Veremos. Lo cierto es que el sacerdote, que se llama Lawrence Kozak, utilizó la tarjeta de crédito de su parroquia para financiar su adicción a juegos de teléfonos celulares como Candy Crush y Mario Kart, acumulando más de 40.000 dólares en gastos en el transcurso de tres años. El hombre, que tiene 51 años y estaba al frente de la iglesia St. Thomas More en Pottstown, Pensilvania, Estados Unidos, fue descubierto luego de una investigación de la Oficina de Servicios y Apoyo Parroquial de la Arquidiócesis de Filadelfia. Ken Gavin, portavoz de la Arquidiócesis, informó que cuando se destapó el caso, el hombre fue destituido, puesto en licencia administrativa y se denunció el robo ante la Justicia, que decidió detenerlo, aunque recuperó la libertad tras pagar una fianza de 250.000 dólares. Los investigadores dijeron que un contador que trabajaba para St. Thomas More descubrió “una cantidad astronómica de transacciones a Apple” en los extractos de las tarjetas de crédito de la iglesia mientras revisaba sus finanzas. Las compras comenzaron en septiembre de 2019, poco después de que Kozak se uniera a la parroquia, y terminaron en julio de 2022, contaron. La ID de Apple utilizada para realizar esas compras estaba registrada a nombre de Kozak. Ni el Señor lo salva. Los detectives continuaron investigando esos registros financieros y hallaron que una cuenta de Amazon perteneciente a Kozak había usado la tarjeta de crédito de la parroquia para comprar una mochila, una tableta Amazon Fire y un juego de química para niños, todo lo cual fue enviado a una dirección en Bensalem, donde vive la ahijada de Kozak. Los paquetes incluían una nota firmada por el "tío Larry". Cuando fue interpelado por los investigadores, Kozak dijo que estaba buscando asesoramiento por su adicción a jugar y gastar dinero en juegos. Agregó además que el dinero no se gastó en juegos de azar, sino más bien para “potenciarse”, es decir, obtener una ventaja en los juegos que estaba jugando. Sin embargo, el ex cura negó haber usado intencionalmente las tarjetas de crédito de la parroquia para esas compras, alegando que las tarjetas ya estaban conectadas a su teléfono celular porque las usó para pagar servicios de transmisión autorizados por la iglesia. Aunque admitió que era posible que hubiera usado las tarjetas accidentalmente, diciendo que él no era de prestar atención a “ese tipo de detalles”. El hombre, también, admitió estar "decepcionado por haber dejado que las cosas llegaran a este punto" y añadió que "no había excusa, excepto que no estaba prestando atención y debería haberlo hecho".
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