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  • Los tres momentos claves de la vida, según la astrología

    » Clarin

    Fecha: 07/05/2024 06:08

    La astrología indica que los movimientos de los planetas tienen un impacto en nuestra carta natal. Esa “fotografía del cielo en el momento en que nacimos” detalla las principales energías que se desplegarán en nosotros, pero además, a lo largo de la vida, algunas de sus áreas se conmoverán debido a ciertos ciclos planetarios. La astróloga, autora y tarotista Beatriz Leveratto analiza lo que considera como “tres períodos claves” en Cada siete años (Ed. Aguilar), un libro que escribió junto al también astrólogo Alejandro Lodi. Los autores explican que existe una sincronía entre tres edades claves y la posición de los planetas. A los 28, a los 42 y a los 56 años vivimos “edades de particular alquimia entre obligaciones y creatividad”, dicen, con desafíos y oportunidades. Estas tres edades se relacionan con dos planetas: Saturno, que simboliza el orden, la madurez, el paso del tiempo, las limitaciones y la ley; y Urano, el representante de la originalidad, la revolución y la libertad, según la astrología. El desafío de los 28 años: ser en la sociedad Hasta los 28 años una persona cuenta especialmente con aquello que ha heredado -emocional y mentalmente- de su familia, su fuente matriz. Es allí cuando se suele dar el primer retorno de Saturno (también puede ocurrir entre los 27 y los 30 años). En otras palabras, el planeta se ubica por primera vez en el mismo signo y grado en el que estaba en el momento de nuestro nacimiento. “A partir de esta edad asumiremos la responsabilidad de nuestros propios dones y talentos para decidir de qué manera desplegarlos en el mundo, creando nuevas formas”, señalan los autores, quienes lo denominan como “una prueba de fuego” y, si así lo decidimos, un salto hacia una nueva vida. “Si intentamos permanecer adheridos a la estructura de personalidad de los años precedentes, entonces no avanzaremos hacia el futuro —advierten los astrólogos—; en cambio, si nos animáramos a superarla, esta nueva etapa nos dará la posibilidad de forjar una vida distinta, más singular, auténtica y genuina”. El primer retorno de Saturno, entre los 27 y los 30 años, marca nuestra independencia de la familia de origen. Foto: ilustración Shutterstock Esta etapa se manifestará de acuerdo a la personalidad de cada quien. Por ejemplo, las personas con un temperamento obediente “demostrarán su crecimiento aceptando riesgos, dejando de lado los planes para apostar a su propia intuición”, escriben Lodi y Leveratto. Por su parte, las personalidades de carácter rebelde “tendrán la oportunidad de responder con madurez, animándose a sostener procesos constructivos”. Si la personalidad se mantiene rígida –en un caso o en otro– “los desafíos que pide este momento pueden generarles crisis o colapsos”. El regreso de nuestro Saturno natal nos señala que es tiempo de descubrir cuán flexible es nuestra estructura de personalidad para permitir que florezca un compromiso genuinamente creativo en nuestras vidas. Los 42 años: crisis de la mitad de la vida y replanteo existencial La astrología ofrece una explicación a eso que llamamos “la crisis de los 40”. Dentro de los ciclos planetarios, lo que ocurre es la oposición de Urano con nuestro Urano natal. Es decir, el planeta está “enfrentado” a la posición que registraba en nuestra carta natal, en el signo opuesto complementario. En opinión de los autores, los 42 años anuncian un tiempo de “replanteos excepcionales” sobre el compromiso que mostramos a lo genuino de nuestra vida. “Este inédito momento ofrece una compleja claridad acerca de uno mismo, que invita a realizar un giro de 180 grados para ser fieles a nuestros deseos más legítimos y desarrollar aquellas asignaturas pendientes”, escriben. La llamada "crisis de los 40" ocurre cuando Urano hace oposición a nuestro Urano natal. Foto: ilustración Shutterstock Si este ciclo de Urano representa un cimbronazo en nuestra vida se debe a que tendremos que liberarnos de prejuicios para desplegar lo que intuimos más auténtico y creativo. Lodi y Leveratto señalan que quizá nos asustemos y reaccionemos defensivamente, adoptando una postura aún más rígida y exigente, generando situaciones de exilio, rebeldía o abandono. En el otro extremo, tal vez optemos por polarizarnos, identificándonos excesivamente con el rebelde, como queriendo recuperar “la juventud perdida”. En realidad, esta “crisis” representa el tiempo de encuentro con la magnitud de nuestra propia sombra. Por eso, los autores sugieren tomarla como un gran “despertar” que nos permita saber qué arquetipo gobernó hasta ahora nuestra vida. La etapa puede darnos la chance de elegir actividades y relaciones más genuinas y menos rutinarias. Los 56 años: ser en el misterio A los 56 años vivimos el segundo retorno de Saturno a nuestra posición natal, por eso es la tercera edad importante dentro de los distintos ciclos vitales que marca la astrología. Los astrólogos afirman que durante esta edad se vive el inicio de una “nueva estructura de personalidad que pide confiar en la cosecha creativa de nuestra vida y entregarnos a una identidad trascendente”. A los 56 años el segundo retorno de Saturno nos libera de roles y mandatos. Foto: ilustración Shutterstock Puede que involucre un retorno a nuestros orígenes. Eso sí, no desandando sobre nuestros pasos (eso sería una regresión), sino mediante una nueva posibilidad de expansión. “Ahora es el momento de responder a quiénes somos más allá de los roles familiares y sociales asumidos en el pasado”, precisan en el libro. A esta edad ya estaremos próximos a renunciar a ciertas actividades profesionales o a aminorar la marcha que, hasta ahora, se nos exigía. Dejar de lado ciertos roles como sostenedores de familia puede ser difícil. Sin embargo, Lodi y Leveratto afirman que, si a los 56 años prevalece la aceptación de lo que hemos realizado y mostramos disposición para la nueva vida que iniciaremos, la paradoja nos encontrará sólidos y firmes en la personalidad que fuimos cultivando desde los 28 años. A los 56 años nos mostraremos listos para liberarnos de ciertos mandatos sociales, será tiempo para confiar en abrirnos a una nueva cualidad en la experiencia de nuestra vida. “A los 28 años comenzamos a desarrollarnos en la sociedad, y ahora, superados los 56 años, será el momento de sentirnos preparados para devolver a la comunidad los frutos de nuestra experiencia”, indican los autores. El retorno de Saturno nos muestra que Foto: ilustración Shutterstock A esta edad es probable que aflore la confianza y la libertad para expresarnos sin buscar la aprobación de otros. “Ha llegado el momento de trascender a la persona en la que nos hemos convertido y entregarnos al descubrimiento de una nueva dimensión de nosotros mismos”, escriben Lodi y Leveratto. La que califican como una etapa que es “una oferta de libertad” pone a nuestra disposición el tiempo que precisábamos para dedicarnos a nosotros mismos y la energía orientada hacia nuevos proyectos.

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