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» Noticiasnet
Fecha: 07/05/2024 01:05
06/05/2024 Argentina está atravesando una situación económica preocupante, con una caída en los ingresos de la población que alcanza niveles históricos. Según consultoras especializadas, la inflación y los ajustes de tarifas han afectado severamente el poder adquisitivo de los ciudadanos, y se prevé que la recuperación sea lenta y no llegue hasta 2025. Lee también: Aumento del salario mínimo: ¿Cómo queda en mayo? En términos concretos, se estima que el consumo disminuirá un 10% en el presente año, mientras que los salarios reales podrían experimentar una reducción promedio del 7%, especialmente en el sector privado formal. Estas cifras reflejan una realidad preocupante para la población, que ve cómo sus ingresos se ven fuertemente afectados y sus posibilidades de consumo se ven reducidas. La consultora Abeceb, en sus estimaciones más optimistas, prevé que las ventas en supermercados crecerán un modesto 2,5% el próximo año, y la actividad en el sector de restaurantes mostrará un resultado positivo del 4,5%. Sin embargo, la venta de electrodomésticos sería una de las más afectadas, con una proyección de caída del 25% para 2024. Estos datos revelan una tendencia preocupante en la predisposición de los consumidores a realizar compras en momentos de incertidumbre económica. Además, el reajuste de los precios relativos de los servicios públicos, como gas, luz, agua, transporte público y combustibles, ha aumentado por encima de la inflación, lo que está afectando aún más el ingreso disponible de la población. Los precios de bienes y servicios esenciales han superado ampliamente la tasa de inflación, con incrementos alarmantes en sectores como la electricidad y el gas, los alimentos, los medicamentos y el transporte público. Ante este panorama, se observa un cambio de comportamiento en los consumidores, quienes optan por comercios de cercanía y marcas más económicas, así como por aprovechar promociones y descuentos en busca de ahorrar en sus gastos cotidianos. No obstante, la tendencia en la predisposición a la compra de electrodomésticos sigue en declive, alcanzando su punto más bajo desde el comienzo de la pandemia, lo que acentúa la preocupación en el sector.
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