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  • A 70 años de la batalla de Dien Bien Phu, una “torpeza épica” del colonialismo francés en Indochina

    » Clarin

    Fecha: 06/05/2024 18:11

    A las cinco de la tarde del 7 de mayo de 1954, hora de Vietnam, el coronel Cristhian de Castries, comandante de las fuerzas francesas establecidas en Dien Bien Phu le comunicó por radio al cuartel central de su país: “Hicimos todo lo que estaba en nuestras manos. A las 17.30, enviaré emisarios”. Era la rendición. Desde el cuartel, aceptaron lo inevitable, aunque le ordenaron: “No debe izar la bandera blanca, deje que los combates se extingan por sí solos”. Una de las posiciones francesas, llamada Isabelle, resistió por algunas horas más. Hasta que las fuerzas del Vietminh, una amalgama de comunistas y nacionalistas vietnamitas dirigidas por el general Nguyen von Giap y con la orientación ideológica de Ho Chi Minh, proclamaron su victoria. Algunos pocos franceses y aliados consiguieron escapar, pero 5.500 cayeron prisioneros. La mitad, jamás volvería de los “campos” de concentración vietnamitas, tan feroces como los gulags soviéticos. La batalla de Dien Bien Phu está considerada una de las más importantes del siglo pasado ya que prácticamente marcó el final del dominio colonial francés sobre Indochina. Pero en términos estrictamente militares, su valor se ha limitado en los estudios modernos. Max Hastings, académico británico que escribió un reciente y monumental libro sobre la Guerra de Vietnam (la posterior, la que involucró a Estados Unidos), describió sobre aquel momento: “En Indochina, los franceses se tomaron tantas decisiones fatales que sería imposible destacar solo una, pero desde 1953 se eliminó cualquier duda que pudiera quedar al respeto de quién vencería y quién caería derrotado. Dien Bien Phu fue una batalla relativamente menor a la que el bando colonialista dedicó tan solo una división. Pero alcanzó una importancia moral determinante porque se libró por iniciativa francesa con el propósito expreso de entablar combate con el Vietminh y acto seguido se perdió por torpezas que solo cabe calificar de épicas” Vietnam es un país que estuvo sometido a las dinastías de emperadores chinos por un millar de años, hasta que fueron expulsados definitivamente en 1426. Desde entonces, Vietnam se movió con independencia e inestabilidad, recién a principios del siglo XIX el emperador Gia Long impuso un régimen más estricto. Sin embargo, a fines de ese mismo siglo y en plena expansión de sus colonias, Francia se concentró en Indochina, conquistó Vietnam y aledaños. Según el mismo Hastings “los franceses adoptaron una actitud tan inflexible con los vietnamitas que un visitante británico la calificó de idéntica a cualquier aristocracia esclavista de esa época, los trataban con absoluto desprecio. Los vietnamitas vivían ligeramente mejor que los congoleños explotados por Bélgica, pero peor que los indios sometidos a los británicos”. La agricultura, el caucho y las minas de carbón eran las fuentes de riqueza, pero en un clima hostil, donde había que enfrentar graves peligros: malaria, disentería, opio. Algunas revueltas vietnamitas fueron rápidamente reprimidas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Vietnam fue ocupada por los japoneses y en 1944, una sequía y las inundaciones derivaron en una terrible hambruna. Murieron un millón de vietnamitas, hubo escenas atroces y para los más viejos “aquella hambruna fue peor aún que las guerras que vinieron después”. El poder francés A pesar de que en todos los continentes se avecinaba el proceso de descolonización, Francia decidió mantener su dominio en Indochina y muchos atribuyen a De Gaulle por esa decisión. Francia restableció su poder militar, destinando casi 400 mil soldados, entre los propios y los reclutados entre vietnamitas “leales” y mercenarios. Al mismo tiempo, reprimía revueltas en lugares tan distantes como Madagascar y Argelia. Pero Vietnam era otra historia, el Vietminh controlaba muchas zonas y tenía una capacidad de movilidad y de guerra de guerrillas que, a la larga, haría insostenible la permanencia francesa. Giap había concentrado 30mil hombres en regiones remotas del noroeste, cerca de la frontera china. En aquel momento no se planteaba una victoria militar sino hacer que “el dominio francés sea insoportablemente oneroso”. Ambos bandos “competían” en su crueldad Un cambio dramático en la región sucedió en 1949, cuando Mao tomó el poder en China. Esto significó un fuerte apoyo y estímulo para el Vietminh, al que China asistió con armas, asesoramiento militar e ideológico. Por otro lado, Estados Unidos -sumido en sus propios debates entre republicanos y demócratas- ayudó financiera y militarmente a los ocupantes franceses, pero sin involucrarse tanto. Lo sucedido en Corea era un alerta para todos. Foto de marzo de 1954 muestra al general Nguyen von Giap explicando los planes de operación a sus ayudantes junto a un mapa militar. Foto AFP Después de casi una década de enfrentamientos, Francia, finalmente, decidió ocupar Dien Bien Phu y desde allí utilizarlo como base para liquidar al Vietminh. Consideraban que se trataba de un sitio estratégico, pero fue un completo error: Ho y los suyos sabían que esa base era ideal para atacar a los franceses. “Dien Bien Phu se describió a menudo como una fortaleza pero siempre distó de ser tal. Se trataba más bien de una cadena de colinas bajas, en una llanura rodeada de montañas boscosas, donde el atrincheramiento se ralizó sin el más mínimo rigor”, describió Hastings. Los franceses destinaron allí 12 mil hombres, repartidos en nueve montes, cada uno bautizado con un nombre de mujer. Giap terminaría enviando -con un gran costo de vidas- a más de 50 mil vietnamitas para destruirlos. Instaló su cuartel general a sólo 15 kilómetros, en un grupo de cuevas naturales y protegidas de bombardeos. La batalla de Dien Bien Phu comenzó el 3 de marzo y de entrada, apenas los vietnamitas tomaron el monte Beatrice en medio de un aguacero y enseguida el llamado Gabrielle, se supo que las fuerzas francesas al mando de De Csatries se encaminaban al colapso. El desánimo cundía entre sus filas y el jefe de su artillería, el coronel Charles Piroth, se suicidó después de las primeras derrotas. “A partir de diciembre, los jefes franceses recibieron muchos datos de espionaje que fueron compartidos con sus superiores en París y demostraban que de seguir así les aguardaba un auténtico desastre. Aun así perseveraron, porque una combinaicón letal de orgullo fatalismo, estupidez y debilidad moral les impidió reconocer que se habían equivocado. Si el destacamento de Dien Bien Phu hubiera sido evacuado, nadie fuera de Vietnam habría llegado a saber nada. Se habría tratado tan solo de una retirada habitual. La responsabilidad recae sobre jefes como Navarre, sin que esto exculpe al conjunto del liderzgo político y militar de Francia”. Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército francés hizo historia en la defensa de Verdún en 1916, cuando las fuerzas del general Philippe Pétain aguantaron gracias a una única –y frágil- ruta de abastecimiento que pasó a la historia como la “vía sacra”. Pero el 22 de marzo, De Castries escribió en una carta personal a su superior, el general Cogny, informando que “Dien Bien Phu se estaba convirtiendo en el Verdún de Indochina, con una deficiencia crítica: no había vía sacra” Soldados franceses capturados en la batalla de Dien Bien Phu. Foto AFP Mientras se libraba el combate, todas las potencias -la URSS y China por un lado, EE.UU., Francia y Gran Bretaña por otro, y los vietnamitas del norte y del sur- iban a participar de una cumbre en Ginebra para resolver el futuro de Indochina. Se cree que tanto Francia como el Vietminh forzaron la prolongación de los combates para llegar mejor posicionados a esa cumbre. Desde el 1° de mayo, arrecieron los ataques de las fuerzas de Giap, seis días más tarde se produjo la rendición. "Fue una victoria increíble, algo que ni siquiera podíamos imaginar. Nadie podía explicarse que hubiéramos derrotado a una fuerza tan poderosa”, señaló un comunicado de los vencedores. No significaba el final de la guerra, ya que el Vietminh había quedado agotado y Francia disponía aún de fuerzas numerosas. Pero ni el gobierno ni el pueblo de su país estaba dispuesto a seguir allí. La noticia de la rendición se difundió de inmediato en París y en Ginebra, donde iba a comenzar la cumbre. Foster Dulles, el dinámico y polémico secretario de Estado de EE.UU. era uno de los “halcones”, dispuesto a intervenir en Indochina, uno de los exponentes de la teoría del dominó tan en boga por esa época: “Cayó China en manos de los comunistas y si también cae Indochina, llegarán hasta Indonesia”. Pero la Cumbre de Ginebra, firmada el 21 de julio, acordó la división de Vietnam: el Norte para los vencedores comunistas, el Sur para un nuevo régimen que tendría la protección de Estados Unidos. También se estableció un plazo de dos años para que los vietnamitas de uno y otro lado decidieran de qué lado querían vivir. Para Ho Chi Minh y los suyos podía ser un resultado algo amargo -después de lo conseguido en los campos de batalla- pero la delegación china que lideraba Chou en Lai, se ocupó de que aceptaran: los chinos no querían la amenaza de soldados estadounidenses en sus fronteras. De todos modos, alcanzó para muy poco. Una década más tarde con Estados Unidos cada vez más involucrado, la guerra sería aún peor. La Guerra de Vietnam. Desde el 1° de mayo, arrecieron los ataques de las fuerzas de Giap, seis días más tarde se produjo la rendición. Foto AP Para el régimen vietnamita, establecido desde 1975 con el retiro de las tropas estadounidenses y la reunificación del país, y vigente hasta hoy -reivindicando el socialismo en términos políticos, pero con una fuerte apertura económica- “la victoria de Dien Bien Phu fue un hito en la historia. Marcó la desintegración del colonialismo, al tiempo que muestra avances significativos registrados por los movimientos de liberación nacional en todo el mundo. Este evento se ha convertido en una cosa del pasado. Los vestigios de la guerra se están desvaneciendo de la querida y dinámica ciudad de Dien Bien Phu, pero el valor y la importancia de la victoria permanecen intactos”. Otro historiador, el francés Ivan Cadeau, autor de un libro sobre la batalla, explicó: “Hay muchos factores que decidieron aquella victoria. En primer lugar, el ingenio vietnamita, que supo aprovechar y movilizar todos los recursos disponibles y las fuerzas de todo el ejército y el pueblo. Quiero destacar aquí el papel que jugaron los ingenieros militares y la artillería antiaérea de gran calibre en la destrucción de pistas de aterrizaje y el corte de líneas de refuerzo del ejército francés a Dien Bien Phu. Segundo, el Estado Mayor del Vietminh adoptó una estrategia muy flexible en cada ataque, lo que confundió a las tropas francesas. Otra cosa es que a pesar de las limitaciones en armamento, el ejército vietnamita usó con mucha eficiencia las armas que tenía en sus manos. Se puede decir que en la victoria de Dien Bien Phu se encarna el arte militar clásico del mundo”.

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