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    » El Esquiu

    Fecha: 06/05/2024 10:23

    lunes, 6 de mayo de 2024 00:34 Una reacción repudiable y bochornosa El final del Torneo Provincial de Fútbol, además de la justa consagración de Defensores del Norte, dejó el sabor amargo de una serie de incidentes inaceptables, desproporcionados e repudiables. Porque no se trató de una acción propia de las alternativas del juego, de un impulso al fragor del partido ni algún exabrupto verbal. El salvaje ataque de los futbolistas de San Lorenzo de Huachaschi al árbitro Carlos Jerez y sus colaboradores, arruinó lo que debía ser una fiesta en el campo de Saujil, elegido como sede para el duelo decisivo. Sin que ninguna circunstancia hiciera prever semejante reacción a lo largo del encuentro, apenas consumado el resultado se desató la batahola, luego extendida al público, a trabajadores de prensa y a quien pasara por el lugar. *** Es realmente penoso por todos los esfuerzos que se vienen realizando para recuperar y jerarquizar el certamen, un campeonato que integra a todo el territorio catamarqueño y permite medir fuerzas a los conjuntos capitalinos con los mejores elencos del interior. Hacía más de medio siglo que esta clase de competencias no eran ganadas por un conjunto de Capital, pese a ser tradicionalmente los más fuertes, y eso ocurría porque no les interesaba competir a nivel provincial. Con el nuevo y revitalizado formato, se había dado un gran paso para darle vida y atractivo a esta competencia, pero lo ocurrido el sábado sin dudas marca un dramático retroceso. *** Cuando se habla del deporte y su promoción se mencionan invariablemente sus valores, su poder formativo y recreativo, su capacidad para inculcar disciplina, conducta y virtudes como la solidaridad, el compañerismo, el trabajo de equipo y la superación personal. Todo fue arrojado por la borda en este episodio, donde se demuestra una vez más que todavía son muchos los comprovincianos que tristemente no tienen la grandeza de aceptar un resultado adverso. Quien es intolerante a la derrota simplemente no debe practicar deportes, porque allí se conocen sinsabores a cada paso. Y la grandeza no se demuestra solo ganando, sino también sabiendo asimilar un traspié. Queda además por analizar la irresponsabildiad de actos brutales que podrían haber provocado una tragedia, tanto entre los protagonistas como entre el público. El nivel de irracionalidad que se observó en Saujil no tiene justificación alguna, y son escenas que jamás deberían vivirse en un campo de juego. Es de esperar que se identifique y sancione a quienes obraron de esta manera, porque no hay modo de pensar un fútbol grande en Catamarca si se aceptan esta clase de comportamientos. El Esquiú.com

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