Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Cochinillo

    » Diario Cordoba

    Fecha: 06/05/2024 09:57

    Es un restaurante de los que se definen a sí mismos como de cocina casera y familiar, es decir, que cocina como en casa y como para la familia, dando a entender con ello que ofrece platos conocidos que se sirven con cariño, amabilidad y sin demasiada ceremonia, como en la vida normal y corriente. En el caso que ahora les contaré, platos bien condimentados y raciones generosas; manteles y servilletas de papel; panera con bollos individuales de discreto tamaño; vasos y copas convencionales; trato amable y próximo. Recalamos en este restaurante -reservamos mesa para cuatro el día anterior- la semana pasada. No habíamos estado nunca allí, pero alguien nos lo había recomendado y como quedaba cerca del final del itinerario que nos habíamos fijado para visitar cruces, nos pareció que era buen momento para conocer un sitio algo retirado de nuestro habitual radio de acción. Efectivamente, la mayoría de las mesas estaban ocupadas por familias que aprovechan los domingos para reunirse: abuelos, hijos y nietos, generalmente pagando los abuelos, que así se libran del trabajo que les ocasionaría preparar la comida en la casa y de paso hacen un alto en su rutina diaria. Suelen decidirse por un tapeíllo previo y un arroz -paella o no- previamente encargado. Nosotros nos decantamos por compartir varios platos «al centro»: tostas de sardinas ahumadas, calamares fritos, bacalao frito, callos y un cuarto de cochinillo asado que la camarera nos ofreció verbalmente porque estaba fuera de carta. Lo pedimos todo -y tanto- con tal entusiasmo, que la chiquilla, toda simpatía, se permitió el comentario: «Desde luego, se ve que tenéis mucha hambre» . Esto, en vez de ofendernos, nos enardeció, y manteniendo dicho entusiasmo, dimos buena cuenta de lo pedido en un santiamén, incluyendo el sopeteo en la salsa de los callos. Indudablemente la estrella del menú fue el cochinillo, también llamado tostón porque, tras el asado, su piel adquiere una textura crujiente y un precioso color caramelo. Tanto nos gustó que decidimos repetir. Al decírselo a la camarera, nos informó de que podría tardar 15 ó 20 minutos, ya que tenía que terminar de asarse en el horno. Contestamos que no nos importaba esperar -a estas alturas, la camarera nos había dejado por imposibles- y, para acabar de escandalizarla, uno de nosotros -les aseguró que yo no- dijo: «Bueno, mientras tanto, para entretenernos, tráenos unos callos». Eso sí, a la hora del postre nos pusimos estupendos e hicimos toda clase de aspavientos, porque nos pareció exagerado el trocito de bizcocho de chocolate que, para acompañar al café, nos tocó a cada uno. No cenamos. *Académica Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

    Examedia © 2024

    Desarrollado por