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  • Sam Altman vaticinó una revolución con la llegada de GPT-5

    » Infobae

    Fecha: 06/05/2024 08:36

    Sam Altman, CEO de OpenAI, proyecta una IA más capaz en el futuro cercano. (AMIR COHEN / Reuters - Imagen Ilustrativa Infobae) Sam Altman, CEO de OpenAI, vislumbra un futuro próximo con una Inteligencia Artificial (IA) más potente y capaz que nunca, según expresó durante una reciente charla en la Universidad de Stanford. ChatGPT-4 “es el modelo más tonto que cualquiera de ustedes tendrá que volver a utilizar”. En esencia, Altman describió ChatGPT como el chatbot de IA más tonto, insinuando el futuro potencial de sus sucesores. Afirmó que esto se debe a que es “importante realizar envíos tempranos y frecuentes y creer en el despliegue iterativo”., refiriéndose al popular chatbot de OpenAI. El ejecutivo anticipó que el venidero modelo GPT-5 será “realmente bueno, materialmente mejor” que su predecesor GPT-4, al cual previamente había calificado como que “apesta un poco”. “Una cosa que hemos aprendido es que yo y la sorpresa no van bien juntos. La gente no quiere ser sorprendida. La gente quiere un despliegue gradual y la capacidad de influir en estos sistemas”, dijo el CEO. En su exposición titulada “The Possibilities of AI” (Las Posibilidades de la IA) en Stanford eCorner, Altman se mostró “optimista, emocionado y curioso” sobre el futuro de la IA, tal como se sentía hace 19 años cuando era estudiante en esa misma casa de estudios. “Este es probablemente el mejor momento para iniciar una empresa desde la aparición de internet, dados los avances en inteligencia artificial”, aseveró. El fundador de OpenAI reveló que de ser estudiante hoy, se dedicaría a la investigación de IA en la industria, dada la gran capacidad de cómputo requerida. Sobre los peligros de esta tecnología, opinó que “el mayor riesgo no vendrá de un evento catastrófico, sino de cambios más sutiles en la sociedad”, mostrándose preocupado por “el ritmo al que la sociedad podrá adaptarse a las grandes transformaciones que traerá la IA”. Para permitir esa adaptación, Altman explicó que OpenAI busca desplegar sus modelos de IA gradualmente: “Es importante lanzar temprano y con frecuencia, creemos en el despliegue iterativo”. Esto permitirá “que la sociedad co-evolucione con la tecnología” y brinde retroalimentación. “No sabemos cómo productizar esto de una manera que sea útil, donde el modelo funcione realmente bien y dónde no funcione muy bien”, admitió. Altman considera que GPT-5 será “materialmente mejor” que las versiones anteriores. (Sven Hoppe/dpa) Sobre el potencial mal uso de la IA, el CEO opinó: “Con cualquier herramienta suficientemente potente. Pones el poder en manos de los usuarios de la herramienta, o tomas algunas decisiones que limitan lo que la gente puede hacer. Creo que tenemos una voz en eso. Creo que todos ustedes tienen una voz en eso. Creo que los gobiernos y nuestros representantes electos y los procesos democráticos son los que más voz tienen.” Consideró que la industria, los gobiernos y los individuos tienen voz en este balance, pero “no vamos a hacerlo perfectamente bien”. El directivo tecnológico vislumbra un porvenir con “abundante inteligencia artificial al alcance de todos”, aunque estima que “la vida diaria no cambiará drásticamente”. Lo que sí augura es un avance sin precedentes: “Cada año habrá sistemas de IA mucho más capaces que el anterior. La IA se volverá más inteligente a un ritmo nunca antes visto”. Al ser consultado sobre el altísimo costo operativo de ChatGPT, que ronda los USD 700.000 diarios, Altman relativizó el tema: “Dar a las personas herramientas realmente capaces y dejar que descubran cómo usarlas para construir el futuro es algo muy bueno y valioso, y estoy súper dispuesto a apostar por el ingenio de ustedes y de todos en el mundo para descubrir qué hacer al respecto”. “Probablemente haya alguien con más mentalidad comercial que yo en OpenAI en alguna parte preocupado por cuánto estamos gastando, pero a mí no me importa mucho”, concluyó el CEO, priorizando así el avance de la IA por sobre las implicancias económicas. Altman también abordó la peculiar estructura organizacional de OpenAI, con una entidad sin fines de lucro que posee una empresa con fines comerciales. Aunque admitió que “no es lo que habríamos hecho si supiéramos entonces lo que sabemos ahora”, defendió que tienen “una misión de la que realmente nos preocupamos” y han “adaptado la estructura a medida que avanzamos”. Sobre el futuro de la exploración espacial, el emprendedor opinó que “el espacio no es muy hospitalario para la vida biológica” y sugirió que “si podemos enviar robots, parece más fácil”. En esa línea, anticipó que en el futuro el acceso a cierta capacidad computacional se considerará un derecho humano: “Llegamos a un mundo donde pensamos en el acceso a cierta cantidad de cómputo como un derecho humano, y tenemos que descubrir cómo distribuir eso a las personas de todo el mundo”. En un contexto de acelerados cambios impulsados por la IA, el visionario CEO remarcó la importancia de la resiliencia y la adaptabilidad: “Creo que en las próximas décadas, la resiliencia y la adaptabilidad serán más importantes de lo que han sido en mucho tiempo”. Consultado sobre si la IA no ahogaría la innovación humana, se mostró confiado en que ocurrirá lo contrario: “Realmente creo profundamente que las personas nos sorprenderán positivamente con mejores herramientas. Creo que toda la historia sugiere que si les das a las personas más apalancamiento, hacen cosas más asombrosas”. La carrera por la Inteligencia Artificial General (AGI) La inteligencia artificial, en la visión de Altman, no alterará drásticamente la vida cotidiana. (Imagen Ilustrativa Infobae) La búsqueda de la Inteligencia Artificial General (AGI) ha sido el norte de OpenAI desde sus inicios. Sam Altman, líder de la compañía, ha reiterado que su “visión central ha girado durante mucho tiempo en torno a la búsqueda de una IA que pueda razonar tan bien o mejor que los humanos”. La misión declarada de OpenAI es asegurar que esta tecnología revolucionaria “beneficie a toda la humanidad”. En la carrera por alcanzar la AGI, surgen preguntas sobre las herramientas y recursos necesarios para lograr este hito. Cuando se le preguntó a Altman si la entidad que reúna la mayor cantidad de chips y poder computacional será la ganadora, su respuesta fue cautelosa pero sugerente: “Sospecho que habrá varias versiones diferentes [de AGI] que son mejores y peores en diferentes cosas”, afirmó. “Tendrás que estar por encima de un umbral de cómputo, supongo. Pero incluso entonces, no diría que estoy seguro”. Estas declaraciones pintan un futuro en el que la AGI no será un sistema monolítico, sino un ecosistema diverso de modelos especializados. Algunos podrían destacar en tareas específicas, mientras que otros ofrecerían capacidades más generales. Lo que sí parece claro es que la potencia computacional será un factor determinante, aunque Altman reconoce que incluso superar un cierto umbral de cómputo no garantiza el éxito. A medida que OpenAI y otras organizaciones se adentran en este territorio inexplorado, el camino hacia la AGI se vislumbra tan desafiante como emocionante. Con GPT-5 en el horizonte, el CEO y su equipo están dando pasos agigantados hacia esa meta. Sin embargo, el CEO de OpenAI es consciente de que la carrera por la AGI no tendrá un único ganador, sino múltiples participantes que contribuirán a moldear el futuro de la inteligencia artificial. La visión de Altman sobre el futuro del hardware de IA OpenAI planea lanzamientos graduales para permitir la adaptación social a la IA. (Jim Wilson/The New York Times) Durante una breve entrevista con MIT Technology Review, el CEO de OpenAI, compartió su perspectiva sobre el papel que jugará el hardware en el futuro de la Inteligencia Artificial (IA). Si bien reconoció que los smartphones actuales son extraordinariamente capaces y que sus diseñadores ya están incorporando más funciones impulsadas por IA, algunos emprendedores apuestan por un dispositivo más especializado para la IA del futuro. Altman mencionó algunos dispositivos que ya están apareciendo en su órbita, como el criticado wearable AI Pin de Humane, empresa en la que es inversor. También se rumorea que está trabajando con el ex diseñador de Apple, Jony Ive, en algún nuevo tipo de hardware. “No creo que requiera un nuevo hardware”, afirmó, agregando que el tipo de aplicación prevista podría existir en la nube. Pero rápidamente aclaró que incluso si este cambio de paradigma de la IA no requiere que los consumidores compren un nuevo hardware, “creo que estarán felices de tener [un nuevo dispositivo]”. Aunque el emprendedor de OpenAI considera que los dispositivos de hardware de IA son emocionantes, también insinuó que quizás no sea el más adecuado para asumir el desafío él mismo: “Estoy muy interesado en el hardware de consumo para nuevas tecnologías. Soy un aficionado al que le encanta, pero esto está muy lejos de mi experiencia”. El acceso a computación de cierto nivel podría considerarse un derecho humano en el futuro según Altman. (Imagen ilustrativa Infobae) Glosario:

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