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» La Prensa
Fecha: 06/05/2024 00:49
Así como la historia del mundo es contada por los historiadores, también la música merece ser explicada y relatada por especialistas para llegar a comprender la magnitud de determinadas obras. A Marcelo Arce no le gusta que lo etiqueten pero su metier es la apreciación musical, algo que hace desde 1975: “Yo creé la materia y la registré. Estaba cursando en la Facultad de Derecho y surgió por accidente”. Estudioso de la vida y obra de los más grandes compositores de la clásica música -otro término que registró-, Arce asegura que saber qué describe una pieza es fundamental para apreciarla enteramente. Y no hay obra musical más importante para la historia de la humanidad que la Novena Sinfonía ‘Coral’ de Beethoven, que este 7 de mayo cumple doscientos años y será protagonista de una gala de apreciación musical que Arce dará en el teatro Astral (Av. Corrientes 1639), mañana a las 20. “Vamos a encontrarnos con una obra monumental que cambió la historia del mundo musical”, le contó el experto a La Prensa, siempre refiriéndose a Ludwig Van Beethoven como “Don Beetho”, término coloquial que utiliza para aludir al músico y para dejar en claro que la gala no es ni una clase ni una conferencia y, por lo tanto, no habrá tecnicismos a la hora de conocer a fondo la monumental partitura. Para este fin se emitirá en pantalla gigante uno de los conciertos de la Novena Sinfonía dirigido por el maestro austríaco Herbert Von Karajan. Como si se tratara de un cuento, Arce irá narrando, con lenguaje llano, anécdotas y rarezas. Entre ellas se incluye el caso de Deep Purple, que debe su riff más famoso -el de ‘Smoke on the Water- al compositor alemán. “Vamos a ver unos segunditos de lo que ellos hacían, porque abrían un recital con la ‘Oda a la alegría’ y arriba se veía la cara de ‘Don Beetho’ en una figura de neón”. Porque para El Maestruli -así le gusta que lo clasifiquen- toda la música está conectada, Verdi con Queen y Mozart con Lennon”. RAREZAS DE UN GENIO Dentro de los tantos datos desconocidos que Arce conoce figura el del verdadero nombre de Wolfang Amadeus Mozart, que según sus investigaciones no se llamaba Amadeus sino que ese fue un nombre que le dio Antonio Salieri -maestro de los poderosos Habsburgo, en Viena, 1792- y que significa “criatura amada por Dios”. ‘El Maestruli’ también revela que cuando estaba enojado, el magnífico compositor austríaco firmaba sus cartas como Trozam (Mozart al revés) y que cuando componía, siempre tenía que tener un objeto redondo en la mano izquierda y el por qué de eso aún hoy no fue revelado. -¿Usted se identifica con el término ‘divulgador musical’? -Esa fue una clasificación que me pusieron los medios, pero lo que hago desde 1975 es apreciación musical. Yo creé la materia Apreciación Musical y la registré en el Registro de Marcas y Patentes. Estaba estudiando en la Facultad de Derecho y surgió por accidente. -Entonces no es un divugador... -En casi cincuenta años de carrera aprendí que los medios, por default, siempre quieren clasificar las cosas. Entonces cuando me hacen esta pregunta miro para atrás y me doy cuenta que el único que no me preguntó qué era lo que hacía es el público. Hace muchos años, Carlos Ulanovzsky me definió mejor que yo mismo, puso algo exacto con la palabra ‘divulgador’ y es lo más cercano a lo que hago. Enseño a los que no saben música a descubrir una obra, ese es el fundamento de lo que hago. SIN ACARTONAMIENTO En la extensa charla con La Prensa, Marcelo deja en claro que toda la música está interconectada. Por eso, por idea de su esposa, decidió mezclar en algunos de sus espectáculo la música clásica con la contemporánea citando grupos como Led Zepellin, Los Beatles y Queen. En este último caso, Arce tiene hecho un estudio específico de la vida y obra de Freddie Mercury, por medio del cual descubrió cuál es el verdadero significado de ‘Rapsodia bohemia’. Según sus investigaciones, la canción describe cómo a instancias de su padre, que trabajaba para la Corona Británica, Freddie y toda su familia se escaparon de una sangrienta revolución en Tanzania en 1961 -que derivó en la independencia de ese territorio- y se refugiaron en Inglaterra. -¿Cómo es el proceso creativo e investigativo previo a sus espectáculos? -Hago una maqueta, como si fuese un arquitecto, y ahí convierto la obra porque le saco todo el lenguaje técnico, eso no sirve para entenderla. Con las cartas entre compositores y con las partituras descubro cosas y se las transmito al público con mucha emoción y alegría. Los puristas decían: “cómo se atreve a mezclar Verdi con Mercury”. Mozart y Lennon también tienen tantos puntos de contacto que no se puede creer. Eso se lo explico al público con la pantalla gigante, pero no es una clase, no hay que retener ningún concepto. Es un show. -¿Qué tipo de público asiste? -Se acercan de todas la edades. Logré desacralizar la música clásica y darla vuelta. Inventé y registré una clásica música donde entran tanto U2 como Alberto Ginastera y Ariel Ramírez. En la música clásica también hay cosas de terror, que no valen nada. Pero eso pasa en la música clásica, en la popular, en la oriental. También hay cosas como el canto gregoriano, que parece pesado pero cuando uno escucha lo que hay dentro es fabuloso. OBRA CUMBRE Compuesta por Ludwig Van Beethoven cuando ya estaba prácticamente sordo, ‘La Coral’ es la interpretación que hizo el músico de un poema del alemán Friedrich Schiller. Según los archivos históricos, Beethoven lo leyó en 1793 y decidió musicalizarlo. La Novena -que actualmente es el Himno de la Unión Europea y el Himno Internacional de la Paz- quedó lista en 1823 y el 7 de mayo de 1824 fue presentada en el Karntnertortheater de Viena, donde el alemán fue ovacionado con tremolar de pañuelos y sombreros por parte del público, a sabiendas de que ya no podía escuchar los aplausos. -¿Con qué se encontrará el público en el Astral? -Se cumplen doscientos años del estreno de la Novena de Beethoven y la Beethoven-Haus me aprobó para sumarme a la celebración mundial. Entonces vamos a encontrarnos con una obra monumental que cambió la historia del mundo musical. Lo que tiene la Novena es una fuerza dramática espectacular, es la culminación de su arte y el fruto de su tragedia. La Novena es como un bello ser viviente.
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