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  • Guerra en Ucrania: ¿Pueden los u$s 61.000 millones de los EE.UU. cambiar la situación?

    » La Prensa

    Fecha: 06/05/2024 00:49

    En los últimos días escuchamos y leímos en casi todos los medios atlantistas que hablan de la guerra en Ucrania como si la estuvieran librando ellos mismos, quiénes saludaron como lo hacen en los estadios, con hurras y a los gritos, cuando la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó el nuevo "paquete" de ayuda militar de 61.800 millones de dólares destinado a la resistencia de Kiev contra la invasión rusa (más 26 para Israel y 8 para Taiwán). No obstante, los comentaristas serios, aunque a menudo han expresado alivio por la medida que se produjo después de meses y meses de controversia entre demócratas y republicanos, se apresuraron a echar agua al fuego, diciendo y escribiendo que es prácticamente imposible que esta ayuda cambie radicalmente el progreso de la guerra. Ésta es la postura, por ejemplo, del ‘Wall Street Journal’ y del Instituto para el Estudio de la Guerra. Quizás conscientes de ciertos entusiasmos excesivos del pasado reciente, que luego se desvanecieron como la nieve al sol. Como cuando los tanques alemanes Leopard y americanos Abrams fueron enviados a la resistencia en Kiev, sólo para descubrir poco después que un dron de mil dólares era capaz de destruir un tanque de 10 millones de dólares con relativa facilidad. Los motivos para ser cautelosos son diversos, y algunos se refieren a la naturaleza misma del "paquete" de ayuda. De los famosos 61.800 millones de dóalres, casi 20 se utilizan para reponer las reservas de armas y municiones que los Estados Unidos ya ha suministrado a Ucrania en los últimos dos años. Dinero, por tanto, que irá de una oficina a otra del Gobierno americano. Y otros 8 mil millones se destinarán a financiar agencias federales estadounidenses que colaboran con agencias y fuerzas armadas de Ucrania. No es que no sea útil, pero no es lo mismo que enviar armas y municiones al frente. Sin embargo, la advertencia anterior también está motivada por otras razones mucho más concretas. Un informe de inteligencia de la OTAN, publicado por ‘CNN’ en las últimas semanas, dio a conocer que el aparato industrial-militar ruso es capaz de producir hoy alrededor de 3 millones de proyectiles de artillería anuales (y se cree que lo será aún más en el futuro), mientras que Estados Unidos y Europa juntos alcanzan poco más de un tercio. No sólo eso: Rusia produce alrededor de 115 misiles de largo alcance y 300 drones por mes, y todavía tiene 700 misiles de repuesto en sus arsenales. Por lo tanto, imaginar que el "paquete" fabricado en Estados Unidos podría cambiar el rumbo de la guerra es pura fantasía. No es casualidad que la movilización estadounidense fuera precedida por la de los europeos. Dinamarca, Países Bajos y República Checa han formado una triple alianza para suministrar a Ucrania drones y repuestos para misiles. Alemania se ha comprometido a suministrar un nuevo sistema Patriot. Vehículos blindados de Lituania. Holanda 24 cazas F-16. A continuación, la República Checa organizó una "recaudación de fondos" en otros quince países para comprar proyectiles de artillería y cohetes en el mercado internacional. Un esfuerzo colectivo que, hay que reconocerlo, al menos en esta fase, tiene como objetivo bloquear el avance ruso y estabilizar el frente, o al menos congelar la situación. También se espera saber si la nueva ley sobre movilización, recién aprobada por el Parlamento ucraniano, producirá los resultados deseados, dado que otro problema de las fuerzas armadas de Kiev es, de hecho, la escasez de soldados jóvenes entrenados. La estabilización que esperaba el célebre general Zaluzhny antes de ser torpedeado y enviado a ser embajador en Londres. Sería sin duda un resultado de no poca importancia, teniendo en cuenta que ya en los últimos días el sucesor de Zaluzhny, el general Syrsky, ha advertido que la situación en el frente es difícil. “UCRANIA SE ENFRENTA A UN DILEMA” Los rusos tienen el impulso en la guerra de Ucrania. ¿Pueden los 61.000 millones de dólares de los Estados Unidos cambiar la situación? Veamos: Ucrania tiene muy pocas municiones y muy pocos soldados. Rusia lleva el impulso de la guerra, desde principios de año conquista aldea tras aldea en el frente oriental y destruye cada vez más la infraestructura energética ucraniana. Con la publicación del paquete de ayuda de 61 mil millones de dólares, por parte de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, hay señales de un cierto respiro en términos de municiones de artillería y defensa antiaérea. Pero según nuestra opinión y algunos expertos serios, Ucrania necesitaría ayuda adicional para poder pasar a la ofensiva. "Lo que viene ahora sólo ayudará a Ucrania a mantener el frente", dijo el coronel austriaco Reisner. “Pero se necesita mucho más, especialmente sistemas antiaéreos en la profundidad del país. Porque Ucrania se enfrenta aquí a un dilema”, agregó. Ucrania necesita mucha más defensa aérea para poder defenderse de los ataques aéreos estratégicos de los rusos, explicó el experto militar. También necesitarían sistemas para poder contrarrestar los ataques rusos con bombas deslizantes en el frente. Se necesitarían más baterías Patriot. “Se necesita urgentemente defensa aérea tanto en el frente como en las ciudades. En mi opinión, sería una muy buena decisión por parte de Estados Unidos si también entregaran una, dos o tres baterías Patriot más”, sostuvo. Según Reisner, esto permitiría a Ucrania “proteger las profundidades del país. Sólo entonces podrían continuar la guerra”. Pero esto no está entre el material a ser entregado a Ucrania. El problema de producción de estos sistemas es muy complejo y tiene demoras. Este paquete de ayuda fue una decisión sobre el bienestar y la desgracia de Ucrania en las próximas semanas y meses. Esta munición, así como el resto del apoyo que llegará a Ucrania, ayudará al país a mantener sus líneas de defensa. No más que eso. Sabemos desde hace meses que la situación para Ucrania es cada vez más desfavorable, especialmente en el ámbito de la munición de artillería. La única pregunta es si las entregas llegarán lo suficientemente rápido como para repeler la ofensiva rusa de verano. De acuerdo con la información pública y según el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov, probablemente a partir de junio, cuando el terreno empiece a secar, podremos esperar un nuevo impulso ofensivo de las tropas rusas. No es descabellado imaginar que los rusos están apuntando al período del 22 de junio, o alrededor de esa fecha, porque es una fecha históricamente relevante para ellos; el 22 de junio de 1941, la Alemania nacionalsocialista atacó la Unión Soviética y, exactamente tres años después, tuvo lugar la Operación Bagration que inició el colapso del Frente Oriental alemán. Siempre se apela al espíritu patriótico. Esto es una variable muy importante para sostener la moral de las tropas. ¿CUÁNTO TARDARÁN EN LLEGAR LAS ENTREGAS? Creemos que habrá recursos que llegarán relativamente rápido, por ejemplo proyectiles de artillería o incluso misiles tierra-tierra Atacms. Otro material, como defensas antiaéreas adicionales, llevará más tiempo, hasta unos pocos meses. Los aviones de combate F-16 prometidos en agosto pasado aún no han llegado a Ucrania. Lo mínimo que Ucrania puede esperar de la decisión del Congreso estadounidense es lograr un cierto equilibrio con los rusos, especialmente en el ámbito de la munición de artillería. Este reequipamiento, en el mejor de los casos, sería una repetición del efecto Himars de finales del verano de 2022. En aquel momento llegaron a Ucrania los primeros lanzacohetes múltiples de este tipo. Los rusos tardaron varias semanas en prepararse para el hecho de que los ucranianos podrían atacar repentinamente desde una distancia de 70 kilómetros. Tuvieron que trasladar los puestos de mando y los depósitos de municiones del frente a la retaguardia. Este efecto podría repetirse si Ucrania recibiera una cantidad significativa de misiles Atacms, misiles tierra-tierra de corto alcance que Ucrania ya ha utilizado dos veces, cada vez con el correspondiente éxito. Sin embargo, los efectos fueron limitados porque Ucrania no tenía suficientes Atacms para ejercer una presión masiva sobre los rusos. Si ahora pudieran obligar nuevamente a los rusos a hacer una pausa en el momento de su ataque para adaptarse a la nueva situación, eso daría a Ucrania el importante respiro que necesita para prepararse para la ofensiva rusa de verano. Es muy difícil, a nuestro entender, que se pueda hablar de una ofensiva ucraniana. A pesar de que los medios occidentales alimentan esta ilusión. Los Atacms servirían únicamente para mantener el terreno liberado. Para pasar a la ofensiva, Ucrania necesitaría mucho más apoyo, que no está incluido en los 60.000 millones de dólares. Para ello, Ucrania necesitaría nuevas brigadas ofensivas, como las formadas antes de la fallida ofensiva del verano de 2023. Estas, tendrían que estar equipadas con recursos (municiones, tanques, vehículos blindados de transporte de tropas, sistemas de artillería) y con soldados. Y sobre todo soldados!!! Recursos humanos, los cuales se han agotado para Ucrania. El dilema más importante que deben resolver Ucrania y sus aliados es que se necesita urgentemente una defensa antiaérea tanto en el frente como en las ciudades. Ucrania necesita mucha más defensa aérea para poder defenderse de los ataques aéreos estratégicos de los rusos y para poder contrarrestar los ataques rusos con bombas planeadoras en el frente. Por el momento, la defensa antiaérea de mediano y largo alcance se ubica principalmente alrededor de ciudades y centros industriales. Sin embargo, debido a la enorme presión a la que estaban expuestos los soldados en el frente debido al uso de bombas deslizantes rusas, en los últimos meses se han visto obligados repetidamente a reducir las defensas aéreas alrededor de las ciudades y llevar baterías al frente para poder para montar emboscadas. Pero los rusos ahora tienen muy buena inteligencia detrás del frente. Lograron realizar un reconocimiento de los sistemas Patriot y S-300 y destruyeron bastantes lanzadores y radares. OTRO PROBLEMA En su campaña aérea estratégica, los rusos han logrado continuar con la destrucción de infraestructuras. Se cree que entre el 70 por ciento de la infraestructura crítica de Ucrania ya ha sido destruida. Algunos proveedores de electricidad en Ucrania dicen que están experimentando cortes prolongados. Esto es devastador. En definitiva, lo que estamos viendo ahora es la fase culminante de la segunda ofensiva invernal de Rusia, que sirve para establecer una buena posición inicial para la ofensiva de verano.

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