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  • Entre Ríos, Argentina

  • La continuidad, el cambio y la pecera

    » Diario Puntal

    Fecha: 05/05/2024 15:26

    Ese es un primer elemento que está influyendo en el proceso electoral local: en un reflejo clásico, las fuerzas políticas, principalmente las dos más tradicionales, salieron a tentar a dirigentes sociales para que alivianaran la carga de política en las listas. Pero se encontraron con una limitación:nadie o muy pocos aceptan dar el salto porque entienden que no van a limpiar a la política, sino que la política los ensuciará a ellos. Por estas horas, y hasta mañana a las 10 de la mañana, se negocian, como siempre, frenéticamente las listas de concejales y de tribunos de cuentas. La política se encuentra ante el desafío de mostrar que se ajusta al reclamo social de ser algo distinto pero, tal vez, deba hacerlo sin que necesariamente haya un número significativo de nombres nuevos. Hasta ahora hay un escenario dividido en tres, más allá de que los actores terminen siendo más. Están Guillermo De Rivas, de Hacemos Unidos por Río Cuarto; Gonzalo Parodi, de Primero Río Cuarto; y Adriana Nazario, de La Fuerza del Imperio del Sur. Los tres han encarado un esfuerzo por crearse una identidad política que atenúe su relación con la política tradicional. Lo que no consiguieron con la incorporación de nombres buscan suplirlo con una estética, un armado, un estilo que los aleje -o al menos lo intente- del desgaste que sufre la política. Parodi, por ejemplo, jubiló a la marca Juntos por el Cambio -detonada en mil pedazos a nivel nacional-, la reemplazó por Primero Río Cuarto y acompaña ahora ese proceso con una estrategia similar a la del peronismo: está diluyendo su identidad partidaria de origen y reemplazándola por una de corte más volcado hacia lo social que hacia lo político. Primero Río Cuarto lanzó una convocatoria para que se sume gente de afuera de los partidos y además concentra su identidad en la ciudad. Por un lado, así busca escaparle al desprestigio en que cayó Juntos por el Cambio y, además, limitar la discusión electoral al distrito; un poco por estrategia y un poco por limitación:los socios de esa fuerza electoral ya casi no tienen referentes nacionales o provinciales que puedan sumar votos.En ese contexto, es mejor enfocar la discusión en la comarca. En la última semana, la configuración del escenario de tres se consolidó. Porque Nazario descartó de plano cualquier posibilidad de acuerdo con el oficialismo. Pero dijo además algo más interesante, que le dio una ubicación y disparó algunos interrogantes. Esquemáticamente, puede analizarse la elección riocuartense con un peronismo fracturado en dos, que disputa, por lo tanto, el mismo voto, y una fuerza opositora, Primero Río Cuarto, que puede capitalizar el quiebre del justicialismo. Sin embargo, lo que está ocurriendo puede alterar esa primera estructuración. ¿Por qué?Porque Nazario, a pesar de su propia historia, trazó una frontera con el justicialismo y se ubicó fuera de ella. “El peronismo está de un lado y yo, del otro”, dijo en una entrevista. Se puso en la vereda de enfrente,se instaló en la oposición. ¿Qué voto va a disputar entonces? Los encuestadores y politólogos suelen decir que, a final de cuentas, a toda elección la atraviesa la misma disyuntiva:cambio o continuidad. En una primera instancia, la definición general de la elección del 23 de junio pasará por esa dicotomía conceptual:¿qué se impone, la continuidad o el cambio? Pero en una segunda instancia lo que queda por definir es quién encarna esos conceptos. De Rivas, secretario de Gobierno y candidato con el apoyo del intendente Juan Manuel Llamosas, implica la continuidad. Aunque concentre sus esfuerzos -lógicos y entendibles- en decir que será algo distinto y que remediará los errores o las limitaciones del gobierno actual. Con Nazario posicionada en un no-peronismo que además cuestiona a la gestión de Llamosas -a pesar de que su grupo político ocupó espacios importantes de poder en las dos gestiones-, la pregunta es a qué votante buscará seducir la empresaria. Su frase autodefinitoria, que la pone afuera del PJ, ¿puede afectarle a la hora de cosechar votos tradicionalmente peronistas? Además, con esa estrategia que está llevando adelante al menos en el primer tramo de la campaña, ¿a qué voto apuesta?¿Pesca, como dicen los encuestadores, en la pecera de De Rivas o en la de Parodi? De Rivas por supuesto intentará sostener los pisos históricos del peronismo y tratará de incorporar alguna franja de electores independientes. Nazario se autoposicionó por fuera de ese universo. Ella, en coincidencia con lo que sostiene el radicalismo y en contra de las encuestas que muestra el llamosismo y son avaladas por la Provincia, parte desde el diagnóstico de que la gestión de Llamosas ha sufrido un deterioro en su imagen y, por lo tanto, debe instalarse como una antagonista. En ese plan, entonces Nazario saldría a la caza de los votos que naturalmente podrían tender hacia la oposición. Entonces, ¿qué divide? ¿Al voto oficialista o más que nada al opositor? ¿Puede potencialmente restarle a De Rivas o establecerse como una competidora de Parodi? ¿O corre el riesgo de quedar condicionada por su historia peronista y no ser ni una cosa ni la otra, ni el cambio ni la continuidad? Parodi se ha mostrado en la última semana como la contracara de ese peronismo dividido, fracturado, y que, según dijo, representa lo que la política ya no debe ser. “Dicen que son algo distinto pero son lo mismo”, declaróGabriel Abrile, que finalmente se sumó a la campaña del candidato a intendente e intentó redefinir la escena que había configurado Nazario: el médico, en una disputa por el sentido de la elección, dijo que el PJ está en un lado, con dos nombres diferentes, y que la oposición -es decir, el cambio- aparece únicamente concentrada en Primero Río Cuarto. Otro elemento que siempre entra en consideración en las elecciones municipales y que indefectiblemente vuelve es la posibilidad de injerencia externa en el resultado. Esta vez no será la excepción. El gobernador Llaryora ha demostrado que participará y que buscará aportarle votos a De Rivas, pero trata de hacerlo de una manera que no genere el efecto contrario: los riocuartenses suelen ser sensibles cuando tienen que elegir intendente;el ejemplo más claro fue el rol central que decidió adoptar José Manuel de la Sota en la campaña de 2012 y en la que, a pesar de su prestigio en la ciudad, perdió. Las encuestas marcan ahora que a la mayoría de los votantes les interesa la continuidad vertical, es decir, que el gobierno local y el provincial sean del mismo signo. Llaryora está interviniendo en la campaña de De Rivas más de lo que se sabe y le preocupa la dispersión en la conducción que se evidenció en todo el proceso. En las últimas horas se confirmó que La Libertad Avanza, que amagó hasta último momento, no llevará candidato a intendente.Es decir, nadie capitalizará esa imagen positiva superior al 60% que Milei sigue teniendo en la ciudad. Pero un mes antes de que RíoCuarto vote habrá en Córdoba un evento político relevante: el Pacto de Mayo. En el oficialismo están mirando con interés esa fecha y la posibilidad de que Llaryora se convierta en un coprotagonista de la jugada de Milei. Serían dos gobernantes con alta imagen positiva en el distrito compartiendo un hecho con aires de refundación. Tal vez, algún efecto pueda tener para la consideración del gobernador en la capital alterna que, cuatro semanas después, tendrá que ir a las urnas.

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