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  • Hubo otros Pactos de Mayo que salvaron miles de vidas

    » El cordillerano

    Fecha: 05/05/2024 13:31

    SE FIRMARON 122 AÑOS ATRÁS E HICIERON HISTORIA | 05/05/2024 Delegación chilena en Buenos Aires, 22 de mayo de 1903. Al centro, el comandante general de Marina, vicealmirante Jorge Montt Álvarez; el ministro en Argentina, Carlos Concha Subercaseaux y un general del Ejército. Delegación chilena en Buenos Aires, 22 de mayo de 1903. Al centro, el comandante general de Marina, vicealmirante Jorge Montt Álvarez; el ministro en Argentina, Carlos Concha Subercaseaux y un general del Ejército. El que se apresta a firmar del gobierno nacional con los mandatarios de las provincias tiene resonancias históricas por su denominación. En aquella oportunidad, estaban en juego jóvenes argentinos y chilenos. El acuerdo que impulsa el gobierno nacional con los provinciales para llevar adelante sus políticas sin tanta oposición se dio en llamar Pacto de Mayo, denominación que tiene fuertes resonancias históricas. Pero 122 años atrás no estaban en juego la magnitud del ajuste fiscal o el peso impositivo, sino la vida de miles de hombres jóvenes a uno y otro lado de la cordillera. Afortunadamente, primó la mesura antes que el toque de los clarines. Cuando en 1902 el Poder Ejecutivo reconoció la existencia formal de San Carlos de Bariloche, la Argentina y Chile estaban por entrar en guerra. Las cuestiones limítrofes no terminaban de resolverse y los preparativos bélicos alcanzaron intensidad. Las autoridades nacionales llegaron a convocar a las clases 1878 y 1879 pare engrosar las filas de las Fuerzas Armadas y en los años anteriores, los dos países habían incorporado nuevos buques a sus flotas de guerra. El representante argentino en Chile y el ministro de Relaciones Exteriores del vecino país no se entendían. Por entonces, gobernaban Julio Roca y Germán Riesco Errazuriz, respectivamente, quienes procuraron cambiar de interlocutores. Entonces, del lado albiceleste encabezó las negociaciones José Terry, mientras que, por los trasandinos, hizo otro tanto Francisco Vergara Donoso. Los acuerdos que finalmente se alcanzaron quedaron en la historia como Pactos de Mayo y en su caso, sí que evitaron un desastre difícil de dimensionar. A diferencia del que supuestamente se lanzará el próximo 25 de mayo entre la Presidencia de la Nación y los mandatarios provinciales, fueron cuatro y se rubricaron el 28 del mismo mes, pero en 1902, es decir, 25 días después de que Bariloche se hiciera a la vida institucional. Incluyeron un acta preliminar, en la que los firmantes expresaban la declaración de principios que los animaba y le seguía, un Tratado General de Arbitraje. Por el segundo instrumento, los países contratantes se obligaban a someter a juicio arbitral “todas las controversias que por cualquier causa” pudieran surgir, según el rescate que plasmó Juan Martín Biedma en “Crónica histórica del lago Nahuel Huapi” (Editorial Caleuche – 2003). Asimismo, se designaba como árbitro al gobierno de Gran Bretaña o en su defecto, al suizo. El tercer acuerdo refería a una limitación de armamentos navales y, por último, se incluyó un acta “para solicitar al árbitro que nombre una comisión que fije en el terreno los deslindes que ordenara su sentencia”. Una vez que se aplacaron los ánimos belicistas, expresó Roca que una guerra entre la Argentina y Chile hubiera significado “una vergüenza para América y un escándalo para el mundo”. Y una mortandad inconcebible, claro… Para enviar su ratificación de los Pactos de Mayo, Buenos Aires envió al teniente general Luis María Campos a bordo del navío de guerra “San Martín”, tal vez sin saber que la figura del Libertador es un tanto discutida en Chile. Finalmente, se intercambiaron las ratificaciones el 23 de septiembre en el Palacio de la Moneda. Al año siguiente, cuando el presidente Roca inauguró el período de sesiones ordinarias en el Congreso, resaltó el entendimiento: “Estos pactos prepararon el terreno y acabaron de predisponer a los dos pueblos para recibir el respetuoso acatamiento del laudo de Su Majestad Británica, que puso fin a la ardua controversia sostenida por más de medio siglo”. En realidad, las fronteras entre Chile y la Argentina comenzaron a deslindarse en 1881, cuando se firmó el Tratado de Límites. También gobernaba el tucumano. Según la síntesis de Biedma, “Don Domingo Gana, ministro de Chile en Gran Bretaña, representó en su país ante el tribunal arbitral. Tuvo como asesores técnicos al ingeniero Alejandro Bertrand y a Juan Steffen”. Un hermoso lago que está unos cuantos kilómetros al sur de Bariloche recuerda al segundo, un geógrafo de origen alemán que sirvió al gobierno chileno en tan espinosa coyuntura. Por su parte, representó a la Argentina su embajador en Londres, Florencio Domínguez. Como asesor geográfico fue obviamente designado Francisco Moreno, mientras que trabajaron como asesores jurídico y técnico Manuel Montes de Oca y Valentín Virasoro, respectivamente. El Tribunal Arbitral se pronunció finalmente, en noviembre de 1902 y el resto de la historia es más o menos conocidas. Aquellos Pactos de Mayo, no tan difundidos hoy entre el gran público, sí que hicieron historia.

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