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  • Existencialismo: a 211 años del origen de Kierkegaard

    » El dia La Plata

    Fecha: 05/05/2024 13:19

    El existencialismo, un movimiento filosófico que busca explorar la existencia humana y su experiencia, encuentra en la obra del danés Søren Kierkegaard uno de sus pilares fundamentales. Nacido en Copenhague en 1813, el filósofo vivió solo 42 años, pero su pensamiento marcó profundamente el curso de la filosofía occidental. Hoy, a exactos 211 años de su origen, cabe remarcar que, entre sus obras más destacadas, se encuentran “Temor y temblor” y “El concepto de la angustia”. Kierkegaard fue reconocido por su profundo individualismo y su enfoque en la subjetividad. Para él, la vida es esencialmente una serie de elecciones que definen la existencia. En su obra, argumenta que las elecciones revelan quiénes somos, y que la libertad absoluta del individuo para elegir conlleva una responsabilidad abrumadora. En un universo donde el silencio de Dios es ensordecedor, la incertidumbre se convierte en compañera constante. La vida personal del danés influyó significativamente en su filosofía. Tres sucesos en particular moldearon su pensamiento: el sentimiento de culpa heredado de su padre, la relación con una prostituta que lo llevó a experimentar el ‘pecado’, y su ruptura con Regine Olsen, a quien algunos consideran la musa inspiradora de sus escritos. Estos eventos alimentaron su profunda reflexión sobre la angustia, la responsabilidad y la elección. A pesar de provenir de una familia con fuertes raíces luteranas, Kierkegaard se distanció de la Iglesia, criticando su enfoque en servir a los hombres en lugar de a Dios. Además, se opuso firmemente a las ideas del filósofo alemán Hegel, quien sostenía que todo lo real es racional. Para Kierkegaard, la existencia humana no puede reducirse a valores absolutos; más bien, está marcada por la libertad individual para construir su propia vida. El filósofo danés creía que la libertad para elegir condena al individuo a la angustia. Aunque no existen normas objetivas de moralidad, la salvación del hombre reside en la búsqueda personal de la autenticidad. Para él, la ética es una cuestión de elección personal y la conciencia individual es la única autoridad moral. Sin embargo, esta libertad de elección lleva consigo la carga del aislamiento y la angustia. A pesar de ser profundamente cristiano, Kierkegaard afirmaba que Dios era incomprensible y que su silencio condenaba al hombre a la soledad y la angustia. Para él, la fe exigía sacrificios y una búsqueda constante de autenticidad en un mundo lleno de incertidumbre. El legado de Kierkegaard no solo reside en sus ideas sobre la existencia individual y la libertad, sino también en su posición dentro de la historia de la filosofía. Como precursor del existencialismo, su pensamiento influyó en numerosos filósofos posteriores, incluido el renombrado Jean-Paul Sartre. Søren Kierkegaard, con su profunda reflexión sobre la existencia y la libertad, dejó un legado perdurable en la historia de la filosofía. Su enfoque en la individualidad, la elección y la angustia existencial continúa siendo relevante en el mundo contemporáneo, recordándonos la complejidad y la responsabilidad de la existencia humana. En un universo donde la incertidumbre y la libertad se entrelazan, las ideas de Kierkegaard siguen siendo una fuente inagotable de reflexión y debate.

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