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  • Angelini sobre Unidos: “Hoy el PRO tiene mínima cantidad de funcionarios que toman decisiones”

    » El Ciudadano

    Fecha: 05/05/2024 09:42

    En la previa de la interna por la conducción del PRO santafesino que enfrentará a dirigentes de su espacio con la vicegobernadora Gisela Scaglia, el funcionario de Seguridad de Nación pide que la coalición de gobierno provincial no apunte a parecerse al Frente Progresista Federico Angelini se sumó a la política después del fatídico 2001. Cuando era un joven ingeniero en sistemas empezó a militar en las huestes de Ricardo López Murphy, a quien acompaño para su candidatura presidencial en el 2003. Su primer cargo político fue en la ciudad de Buenos Aires, durante la jefatura de Gobierno de Mauricio Macri, cuando el dirigente rosarino tuvo a cargo el manejo de las villas de emergencia y barrios humildes de Caba. Desde allí empezó a tallar cada vez más fuerte en la política santafesina, donde fue diputado provincial y también legislador nacional. Su última candidatura fue a vicegobernador, en 2023, cuando acompañó en la fórmula a la actual senadora Carolina Losada. Actualmente ocupa un cargo estratégico en el Ministerio de Seguridad de la Nación, donde trabaja codo a codo con Patricia Bullrich. Metido de lleno en su gestión como subsecretario de Intervención Federal, clave para Rosario, no le escapa al debate sobre lo que está en juego en la interna del PRO, que se encamina a resolver sus diferencias en una elección entre el actual presidente, Cristian Cunha, y la vicegobernadora, Gisela Scaglia. En ese marco, aspira a lograr que el partido creado por Macri se inserte de otra manera en la coalición que gobierna la provincia. Para el referente del PRO, su partido sufre “destrato” del gobierno provincial y no ocupa ningún lugar que tenga que ver con decisiones estratégicas. Al mismo tiempo, desliza que “hay un grado de irresponsabilidad muy grande, con todos los problemas que tiene Rosario y la provincia de Santa Fe, al dejar de lado los problemas para dar una disputa interna”. —¿Qué están en juego en esta elección interna del PRO? —En esta elección está en juego el posicionamiento del PRO dentro de Unidos para Cambiar Santa Fe, y el posicionamiento del PRO de cara a la realidad nacional. Hoy, la verdad, es que el trato por parte del gobierno provincial para con el PRO no es el trato que uno se hubiera imaginado, cuando el PRO hizo un esfuerzo enorme para llevar adelante este acuerdo electoral. Lamentablemente parecería que el PRO no fue parte fundamental de ese acuerdo y el destrato es muy importante. Nosotros confiamos en que eso, con el tiempo, pueda cambiar. Y para eso es muy importante tener una identidad propia, y no tener una dependencia exclusiva de quien esté circunstancialmente en el gobierno. Eso por un lado. Por el otro, creo que es un error estratégico llevar a Unidos para Cambiar Santa Fe a un espacio que sea más parecido al Frente Progresista que a un espacio nuevo en la provincia. Porque aparte los tiempos claramente han cambiado. Y lo último es que quienes estamos enfocados en solucionar problemas estructurales como los que tiene Santa Fe no podemos estar enfocados en ver de qué manera participamos de un problema partidario. Hay un grado de irresponsabilidad muy grande, con todos los problemas que tiene Rosario y la provincia de Santa Fe, dejar de lado los problemas para dar una disputa interna. —Hablaste de destrato del gobierno provincial al PRO. ¿Dónde se ve eso? —En las tomas de decisiones estratégicas. Hoy el PRO tiene mínima cantidad de funcionarios que toman decisiones. Ínfimas. Y la verdad es que eso termina siendo una pérdida de oportunidad, tanto para Unidos como para lo que nosotros esperábamos cuando llevamos adelante Unidos, con mucho esfuerzo, porque el PRO fue un motor para que se pueda construir la coalición y ganar la provincia. Confiamos en que eso cambie y vamos a hacer todo lo posible, manteniendo la independencia del PRO, para que eso suceda. No es que dejamos de creer en Unidos. Creemos que el camino es el correcto, pero Unidos no debería cometer el error de solamente atender una parte de la campana. —Tu mirada es que el resultado de la interna del PRO definirá si Unidos se configura como una alianza más parecida a lo que fue el Frente Progresista en su momento, o como una alianza que tenga una relación más fuerte con el gobierno nacional. —Unidos tiene que ser un espacio que entienda que es fundamental realizar cambios profundos en la provincia de Santa Fe, y que hay que romper el status quo que lamentablemente Santa Fe viene teniendo desde hace 20 años. —Es decir una provincia que se mantenga alineada con la impronta del gobierno nacional. —Claro, porque justamente lo que se necesita es una provincia con menor carga impositiva, donde el sector privado sea el principal motor, donde se entienda la realidad que sufre el laburante. Porque la mejor manera de garantizarle un mejor futuro al laburante es generar más empleo privado. Porque el día de mañana esa persona puede perder su trabajo porque a su sector no le va suficientemente bien, pero si hay suficiente empleo privado va a poder conseguir de manera más rápida ese trabajo. O, cuando hay más competencia, claramente ese trabajo vale más. —¿Los dos sectores que se presentan a la elección representan diferencias de criterio que se replican a nivel nacional? —Insisto en que lo más importante es que quienes tenemos la responsabilidad de solucionar los problemas que tiene hoy Santa Fe nos enfoquemos en eso y no desviemos la atención. Punto dos: yo creo que el camino es con un PRO que se sienta más identificado con las ideas de Patricia Bullrich y Mauricio Macri y no con las ideas de Martín Lousteau o de Horario Rodríguez Larreta, que es con quien Gisela Scaglia se siente más identificada. —Ahora que te toca formar parte del gobierno nacional, ¿qué es lo que más te sorprendió del presidente? —Lo que más me sorprendió es que, frente a las decisiones que él cree que tiene que tomar para mejorar la realidad de la Argentina, cuando se enmaraña toda la parte política no pierde el horizonte. Él dice “está bien, ustedes quieren que este proyecto no salga, saco el proyecto”. Uno de los problemas que tuvo Macri es que presentaba un proyecto de ley, se metía en la licuadora del Congreso nacional y salía un proyecto de ley peor de la ley que ya estaba. Y terminaba siendo mucho peor esa medida que la situación anterior. La convicción que tiene Milei para ir para adelante es muy importante. Y, además, no está pensando en el resultado de la elección del 2025. No está especulando con eso. Lo único que tiene como objetivo es confiar en cómo solucionar el problema de la inseguridad en Patricia Bullrich, y él muy enfocado con Luis Caputo en solucionar los principales problemas en materia económica que tiene hoy la Argentina, que es el déficit fiscal y la inflación. Si él soluciona eso, dice que los resultados electorales van a venir solos. Pero explica que no puede estar pensando en solucionar el problema y al mismo tiempo en una elección. Tiene que pensar solamente en solucionar el problema, con todos los costos que esto tiene. —La inflación tienen cierta tendencia a la baja y el equilibrio fiscal por ahora se alcanzó, pero el costo es una dura recesión. ¿Qué estás viendo en la economía real? —Lamentablemente, la crisis que se heredó y que hoy estamos viviendo no es culpa del que gobierna hace cuatro meses, sino del que gobernó 16 de los últimos 20 años. Y lamentablemente no hay soluciones mágicas ni soluciones agradables. Ahora, uno tiene que entender que si hay un esfuerzo para hacer, porque Argentina hace esfuerzos hace 20 años, y nunca hubo resultados. Nunca se eliminó el déficit fiscal y nunca se eliminó la inflación. Si hay un esfuerzo para hacer más, pero al mismo tiempo la gente ve que se empieza a solucionar el problema, que es la inflación, yo creo que va a tener la confianza de la gente. Y eso me parece lo más importante, entendiendo que hay que pasar por un proceso difícil, pero que de una vez por todas ese proceso difícil sea un proceso con una luz al final de camino. Me parece que si el gobierno logra que todos los meses la inflación pueda bajar, eso va a ser como una renovación de confianza, y que a pesar de que la estamos pasando mal, la gente va a confiar en el gobierno. —¿Ves creés que eso va a hacer que se reactive la actividad económica que se derrumbó? —No va a ser de un día para el otro. Si va a haber sectores que van a ir mejorando, situaciones que van a ayudar a la mejora de la economía, como por ejemplo el ingreso de los dólares de la cosecha. Habrá momentos en los que se pueda estar mejor, pero uno espera que la mejora sea constante, aunque no sea exponencial. Todos los días un poquito mejor. Eso es lo que necesita lograr la Argentina, no momentos de sube y baja, sino momentos de constancia en el crecimiento. Y ese es el principal desafío que tiene el gobierno. —¿Cómo creés que evolucionó la crisis de seguridad después de la saga de asesinatos de trabajadores en represalia a las restricciones a capos narco en las cárceles? —Rosario sigue estando en una situación muy crítica. Lo que sí estamos haciendo desde el gobierno nacional, trabajando con muy fuerte con la Justicia federal y las fuerzas federales, es golpear en los distintos aspectos que tiene el negocio del narcotráfico. Estamos golpeando en la frontera o en la hidrovía, que es el ingreso de la droga, multiplicando los allanamientos y la cantidad de droga que se está incautando. También en el traslado y en la distribución de la droga, que ya son cantidades más pequeñas, por ejemplo los distintos controles que hemos hecho en la ruta 34, en la ruta 11, en las entradas de las grandes ciudades. Y ahí podés golpear en dimensiones más chiquitas, no son 600 kilos, pero sí 30, 40, 50 kilos. El otro contexto es bajar la violencia en la ciudad de Rosario y desarticular las bandas que ya operan en Rosario. Eso es lo que está teniendo mucho resultado desde el punto de vista de bajar la violencia. Sabemos que eso no va a ser de un día para el otro, y que el nivel de violencia no va a ser cero. Estamos en una zona metropolitana de un millón y medio de habitantes. Ahora, que Rosario, de ser la ciudad más violenta del mundo, pase a ser una de las ciudades de la media, es un gran logro. Y después hay que empezar a trabajar para bajar la media, pero llevar la ciudad a niveles de violencia de la media es muy importante. El otro punto que me parece fundamental, que se está atacando, es el lavado de activos: cómo se genera el dinero para que todas estas organizaciones sigan funcionando. Ahí es donde se están empezando a dar los primeros resultados, con allanamientos como los que tuvimos hace quince días, donde se desarticuló toda una banda que practicaba el lavado de activos y que era quien administraba los recursos de una banda tan importante como la de Rodríguez Granthon. Y Y lo último, y no menor, es cortarle la libertad y la impunidad total con la que se manejan desde adentro de la cárcel. Todos los jefes narco de primera y segunda generación que están en la cárcel seguían manejando sus organizaciones como si nada, mandando a matar gente, mandando a extorsionar gente, mandando a hacer lo que quieran, desde adentro hacia afuera. Bueno, me parece que bajar exponencialmente esa posibilidad de que puedan manejar sus organizaciones es un gran paso también.

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