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  • Un pequeño paso para Milei, un gran salto para la sociedad

    » La Capital

    Fecha: 05/05/2024 05:57

    El presidente apela a las herramientas tradicionales de la política para avanzar con su plan radical de reformas. Ritondo, Lospennato, de Loredo y Pichetto, los sherpas del libertario. Dos interrogantes después de la media sanción de la ley Bases. El futuro, entre el palacio y la calle Milei ganó una batalla cultural y logró que avance en el Congreso una ley con temas considerados tabú hasta hace muy poco tiempo atrás. La media sanción de la ley Bases en Diputados significó un primer éxito legislativo para Javier Milei , que dio un paso adelante en su proyecto de reformar los pilares estructurales de la sociedad argentina . Un salto arriesgado. Para unos, a la liberalización de las trabas al progreso. Para otros, al vacío. El avance de la versión más reducida de la ley ómnibus y el paquete fiscal significaron una revancha de la política convencional . Escuchar, recibir demandas y ceder para quedarse con lo más importante. Hacia dentro de un gobierno proclive a las internas, representa también una reivindicación del muchas veces desautorizado Guillermo Francos . Con paciencia de orfebre, el ministro del Interior cinceló acuerdos que esta vez el presidente no mandó al tacho de basura. El gobierno aprendió las lecciones que dejó el naufragio de la primera y mucho más voluminosa ley Bases . Empezó a ganar el partido antes de jugarlo. Tejió una mayoría resistente con el PRO, buena parte del radicalismo y de Hacemos Coalición Federal y los bloques provinciales que responden a gobernadores sedientos de recursos. Impuso la votación por capítulos, una movida que le permitió acelerar el trámite legislativo, camuflar los artículos más irritantes para la oposición cooperativa y evitar fugas en pasajes sensibles del texto. También cedió en la reforma laboral a los intereses de los sindicatos y jugó con el calendario —se votó un día antes de la marcha de la CGT del 1 de mayo— para garantizarse una calle extremadamente tranquila en función de la densidad de los temas que se estaban tratando en el recinto. Con la media sanción, se consolida un giro hacia el pragmatismo. Después de casi cinco meses de gobierno, el presidente y su núcleo parecen haber escuchado la voz del FMI, la Casa Blanca y sectores del establishment económico que celebran el ajuste pero le veían —y le ven— poco músculo político para sostenerlo. El relato puede polarizar, movilizar y hasta maquillar debilidades, pero tiene sus límites y no puede resolver todos los problemas políticos. Además, los decretos y resoluciones son tinglados normativos provisorios y precarios, que pueden no mantenerse en pie ante la presión social, los shocks externos o un cambio de signo político del gobierno. En tiempos líquidos, donde instituciones, coaliciones e identidades se disuelven, el gobierno necesitaba mostrar algo sólido. Ley Bases y después Tras la votación en Diputados Milei guardó el látigo virtual contra el Congreso y reconoció a Cristian Ritondo, Silvia Lospennato, Rodrigo de Loredo y Miguel Pichetto. Con justicia, el presidente saludó a los referentes parlamentarios del PRO, el radicalismo y Hacemos que actuaron como sherpas del libertario en los escarpados senderos del Poder Legislativo, donde los amateurs pueden quedarse sin oxígeno y patinarse. Una pregunta es si continuará, o no, el esquema que permitió la media sanción de la ley Bases y el paquete fiscal. Una opción es que la sesión que se extendió por más de 30 horas haya sido el debut de un incipiente acuerdo parlamentario, y que eventualmente derive en una reorganización del gabinete. Otra posibilidad, más inquietante para el gobierno, es que se haya tratado del fin de una etapa cooperativa entre Milei y las bancadas de la oposición dialoguista. Estos sectores pueden plantear que ya le dieron al presidente las herramientas que pedía para poner en marcha su gestión y pasar a una fase más proactiva, donde impulsen su propia agenda, como la recomposición de las jubilaciones y el financiamiento educativo, que pueden incluso tocar nervios sensibles del ajuste fiscal. Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/rodrigodeloredo/status/1785392666122866819&partner=&hide_thread=false Los diputados de la UCR, por amplia mayoría, votamos hoy a favor de la Ley Bases. Lo hicimos porque somos reformistas y porque respetamos la voluntad de cambio que los argentinos expresaron en las elecciones de noviembre pasado. Y también porque muchas de nuestras reformas,… pic.twitter.com/NeqiI1XTmG — Rodrigo de Loredo (@rodrigodeloredo) April 30, 2024 En paralelo, el gobierno ya encara la negociación en el Senado. Allí Unión por la Patria tiene 33 bancas y, si evita fisuras, está a sólo cuatro votos de tumbar la ley. Por eso la Casa Rosada recurre a un mix típico de presiones y promesas de fondos y obra pública con los mandatarios provinciales para que presionen a los legisladores. El ABC de la realpolitik. >> Leer más: Senado: estiman que la ley Bases podría aprobarse el 16 de mayo Consensos resquebrajados Por lo pronto, Milei puede festejar que ganó una batalla cultural. Logró que en una Cámara donde no llega al tercio de las bancas avance un combo normativo que, entre otras cuestiones, le entrega amplias facultades para reorganizar al Estado, avanza con una reforma laboral, habilita la privatización de empresas públicas, abre la puerta a un generoso blanqueo que enciende luces amarillas en los organismos internacionales que persiguen el lavado de dinero y establece un régimen para captar grandes inversiones con amplias facilidades impositivas, aduaneras y cambiarias que genera preocupación en el mundo industrial. Todos estos temas son tabúes para el consenso estatista que se impuso después del colapso de la convertibilidad y el orden menemista que Milei viene a reivindicar. Si estos proyectos prosperan pese a la debilidad legislativa de La Libertad Avanza es porque actores políticos y económicos ven en el experimento libertario la ventana de oportunidad para avanzar con reformas pro mercado que no supieron, pudieron o quisieron materializar en gestiones anteriores y que ahora parecen tener la adhesión, o al menos la aceptación resignada de una sociedad exhausta por la inflación y enojada por la acumulación de frustraciones. Si el proyecto libertario se concreta el panorama de mediano plazo del país podría mostrar un Estado mucho más reducido, con una economía casi de enclave y basada en el agro, la minería y la energía, con sistema científico desmantelado y una fuerza laboral con una proporción todavía más alta de trabajadores informales. Una Argentina que finalmente abraza su destino sudamericano. >> Leer más: Javier Milei volverá a reunirse el lunes con el magnate Elon Musk El paro de la CGT, el palacio y la calle Lejos de ser el único camino posible, que la Argentina transite o no ese sendero, de dudosa sustentabilidad social, dependerá de la fuerza de la movilización callejera y la permeabilidad o no de las instituciones a los sectores que se paran en el lugar de la resistencia. El paro general convocado por la CGT para este jueves mostrará el poder de fuego de una dirigencia sindical que, no obstante, está en la zona inferior de todos los ránkings de imagen de sectores sociales y también está afectada por la crisis general de representatividad. La masiva marcha de la comunidad universitaria hackeó la Matrix narrativa del gobierno y lo obligó a reconocer la legitimidad de la demanda y del sujeto que la defendía en la calle, pero su impacto se disipó rápido, como una historia de Instagram. No sólo eso: la movilización en defensa de la educación pública no encontró en el Congreso una caja de resonancia, a diferencia de otros lobbies económicos, como el de la industria tabaco. Prioridades. Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/cgtoficialok/status/1786791980418187649&partner=&hide_thread=false PARA LA MANO Este jueves 9 de mayo Paro General de Actividades #LaPatriaNoSeVende pic.twitter.com/2JagvGATuw — CGT (@cgtoficialok) May 4, 2024 Por lo pronto, un interrogante es cómo reaccionaría Milei si, como es probable, el Senado modifica el texto de la ley Bases y el paquete fiscal y ambas normas vuelven a Diputados. En un gobierno apoyado en un liderazgo carismático, rodeado por un puñado de leales, sin las restricciones que imponen los partidos consolidados y atravesados por intereses de gobernadores, intendentes y contingentes legislativos el factor psicológico es central en la ecuación. El estiramiento de los tiempos legislativos sumaría tensión a la previa del Pacto de Mayo, donde un Milei que vuelve a Estados Unidos en busca de reconocimiento e inversiones quiere escenificar una mayoría a favor de su plan de rediseño de la Argentina. Pese a ser un outsider disruptivo, el presidente se muestra fascinado por la pompa y los rituales. De las togas para los jueces —que quedaron en el ropero junto a la reforma judicial que venía en la ley Bases XXL— hasta las columnas romanas y las medallas para los gobernadores que firmen el decálogo refundacional. Un reconocimiento cuya valoración futura estará atada al éxito de la gestión Milei, sobre todo en el terreno económico. La cucarda de hoy puede ser el estigma de mañana. Luces amarillas Según la consultora de Orlando Ferreres, que no es precisamente un keynesiano, en marzo la actividad económica se desplomó 9,7% interanual, una caída comparable con las primeras fases de la pandemia. El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) que elabora la Universidad Torcuato Di Tella muestra en abril un descenso de 4,4% en el apoyo al gobierno, que se ubica 9,9% por debajo del nivel que tenía Mauricio Macri a la misma altura de su gestión y es 25.4% menor al que disfrutaba Alberto Fernández en ese período, en el pico de popularidad de la pandemia. Por eso Milei está dispuesto a violar sus mandamientos teóricos y pone un tope a los aumentos de las empresas de medicina prepaga, a pesar de la liberalización de los precios que enfrentó al héroe global de la Escuela Austríaca con la dura realidad de que no todos los mercados son de competencia perfecta y que en contextos oligopólicos la cartelización es la regla. En busca de seguir empujando la inflación hacia abajo para fortalecer expectativas y vender un éxito económico, Milei postergó las anunciadas subas de tarifas de luz y gas y el impuesto a los combustibles. Si Milei puede avanzar casi sin resistencia política es en buena medida por el desprestigio de la dirigencia asociada a los gobiernos de Cambiemos y del Frente de Todos y la ausencia de liderazgos emergentes. En ese marco, Mauricio Macri y Cristina Kirchner sostienen una estrategia defensiva y buscan condicionar en sus espacios, casi sin proyección más allá de su núcleo de adherentes. Liderazgos provinciales como el de Maximiliano Pullaro buscan ecualizar con la nueva frecuencia pero también plantear matices, pero las urgencias de sus comarcas —en este caso, la seguridad o las paritarias— postergan una proyección nacional.

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