Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Una señal

    » Perfil

    Fecha: 05/05/2024 03:46

    Salgo de análisis en mi habitual nube de preguntas. Tengo los ojos llorosos y la fe intacta. Llorar es una brújula que no falla, como la lluvia para la tierra o el sol para las plantas. Odio llorar, pero lloro, es un hecho objetivo. Descubro en esa inercia mi verdadero norte cada vez, ese norte que surge del cuerpo y la distancia con absolutamente todo lo demás. La honestidad es, antes que nada, con uno mismo. Si uno aprende a ser honesto con uno, lo demás se acomoda. Los demás se acomodan. Así voy, siempre hacia adelante, segura, sabiendo que nada es tan grave, que todo va a estar más o menos bien, que estoy en la etapa de la vida en la que ya cuento con bastante experiencia mientras, todavía, es posible el descubrimiento de nuevos aspectos de mi potencia. Pero las preguntas están ahí algunas mañanas, la duda de lo que no fue, ese mantra que nunca abandono por querer ir a fondo conmigo, al hueso de mi alma y mis deseos profundos. Hago un pedido a lo Prometeo: una señal. Una señal clara. Me adapto, aprendo, voy, voy, voy. Mañana es mejor, me digo. Y en la vorágine del ejercicio de construir una fe, la veo. Ahí está. Cabezón Cámara contra una pared en Avenida de Mayo y Perú. Una rodilla apenas levantada y uno de sus pies contra la pared. Es ella, pienso. Los anteojos de marco grande, su sonrisa inconfundible, su actitud siempre amistosa. La miopía entorpece el saludo que voy a darle. Garúa y entre todos los accesorios: mi paraguas. La escritora ya debe haber notado que una loquita la mira intensamente y que, además, ahora se acerca. ¿Sos vos, Gaby?, le digo ya casi a un paso de distancia. Sí, nena, sí. Y me abraza apretado. Le explico sin que me pregunte nada que fue una sesión intensa de terapia, que fuimos al hueso. El arte propio de justificar el semblante. La felicito por el último premio y hablamos de los libros, nombramos algo sobre el país pero evitamos entrar en pormenores. Mejor no toquemos ese tema. Así que podemos hablar algo sobre nosotras, el trabajo, sus clases... Me dice que está bien, que todavía se puede seguir siendo una escritora de clase media cobrando regalías, escribiendo notas, enseñando. Al despedirla de nuevo la imagen de la señal que venía pidiendo. Como un rayo. Pienso en la señal e interpreto entonces lo que acaba de pasar. El camino es la escritura. Siento una felicidad repentina. Por qué negarme el gusto mayor, el que arrastro desde siempre y para el que tengo todas las autorizaciones. Vamos por más, me digo. Cierro el paraguas y me subo al subte.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por