Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Apuestas online: cuando lo que está en juego es la vida

    » Tiempo Argentino

    Fecha: 05/05/2024 02:34

    “Hay familiares de los chicos que son cajeros de casinos virtuales, es una salida laboral. Está todo muy cruzado también con el tema de vender fotos medio porno. Supongo que es la época, la facilidad de los celulares, la necesidad”. La foto que describe un docente de una secundaria porteña muestra la complejidad en torno a las apuestas online y las adicciones crecientes entre adolescentes y jóvenes. Cada vez más casos de ludopatía, en familias donde es cada vez más difícil enfrentar el problema. El tema no es nuevo. Pero recrudece. Días atrás se conoció el caso de un chico de 14 años que intentó quitarse la vida tras perder los ahorros de su mamá en apuestas digitales. Fue ella quien decidió contar la historia, como un intento por advertir a otras familias. “Llegó a un punto en el que ya no era por la plata, sino que era solo para jugar (…), tenía la rutina de entrar a las páginas en cualquier momento del día, en el recreo, en la mesa, a la madrugada (…). Esta es una enfermedad silenciosa que no deja ningún rastro porque el jugador es altamente manipulador y estratega”, describió la mujer. Lo contó después de buscar ayuda médica y lograr que su hijo, luego de tocar fondo, llevara 140 días sin apostar. Del aula al consultorio En las escuelas la ven y la vieron. Hace tiempo. Pero solas no pueden contra un fenómeno que refleja esta época libertaria, de individualismo adicto a la tecnología, de influencers y del «sálvese quien pueda». Con un Estado cada vez más ausente. Docentes llevan años advirtiendo que las apuestas online, deportivas y no solo, están en auge en las aulas. Lo que antes ocurría en las sombras se visibilizó, pero en paralelo se multiplicaron las figuras que promocionan esta forma «fácil» y adictiva de hacer plata desde el celular. “Las empresas ya no tienen escrúpulos. Dentro de poco van a pautar en Disney Channel”, se indigna una profesora de una escuela media en CABA. Acaba de ver, en un recreo, a un grupo de chicos siguiendo un partido del Real Madrid: uno se lamenta porque perdió tres mil pesos. Los pagó con la tarjeta de su papá a través del sitio Bet365, empresa británica que incluye apuestas deportivas, póquer y bingo en línea. “Pero estuve a punto de ganar 25 mil”, se ufana. Ayer se quiso suicidar un pibe de 14 años por sitio de apuestas online en lo que va del día, todo los programas que escuché los promocionaron — Hernan Ratto (@juniormotorhome) April 29, 2024 Ese llamado de atención que emergió de las aulas llegó a los consultorios pediátricos. “Surgen en los controles las consecuencias de estos consumos asociados al uso inapropiado de las tecnologías y a los comportamientos problemáticos que provocan deterioro en los vínculos familiares y sociales, alteraciones del sueño, del comportamiento, síntomas de ansiedad y depresión, aislamiento social que en casos extremos pueden llevarlos a las autolesiones y a tener ideaciones suicidas; asociaciones al abuso de sustancias, la tendencia a mentir y a realizar gastos compulsivos. También observamos la falta de motivación en otras actividades que antes eran de su interés, deportivas o sociales”, analiza la médica Silvina Pedrouzo, secretaria de Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). “El juego en línea se vuelve problemático cuando se realiza en forma recurrente. Se llama ludopatía digital –define– al impulso incontrolable por las apuestas o el juego de azar a pesar de las pérdidas de dinero y de sus consecuencias negativas en todos los ámbitos. Hace más complejo al problema el fácil acceso 24×7”. No es sólo una moda adolescente. Hay en ese público un riesgo extra. “El cerebro de los adolescentes presenta mayor sensibilidad a las recompensas y menor control inhibitorio de los impulsos –explica Pedrouzo–. Esto los hace más propensos a ponerse en situaciones de riesgo en relación a consumos problemáticos, accidentes, fraudes y mayor exposición a riesgos en las redes. Esta vulnerabilidad se agrava en contextos de pobreza o exclusión social o alguna otra causa de privación socioafectiva”. “El tratamiento de la ciberludopatía puede ser un desafío debido a la omnipresencia de la tecnología en nuestra sociedad. No es realista esperar que los jóvenes eviten completamente Internet, por lo que es necesario encontrar un equilibrio saludable y enseñarles a usar la tecnología de manera responsable y crítica. Esto requiere un enfoque multifacético que incluya educación, terapia y apoyo familiar”, resume la pediatra. La SAP, en conjunto con la Asociación Argentina de Psiquiatría Infanto Juvenil, emitió en marzo un comunicado ante este fenómeno “sumamente preocupante” y señaló que “los gobiernos y las autoridades reguladoras deben implementar medidas efectivas para proteger a los menores. Esto puede incluir restricciones de edad, controles de identidad más rigurosos y regulaciones más sólidas para las empresas de juego en línea”. No es un juego Pero los pedidos de intervención estatal en tiempos de mileísmo no parecen tener eco. En tanto, cada vez más figuras del deporte, el espectáculo y las redes sociales se suman a publicitar espacios de apuestas que, aunque formalmente están dirigidos a mayores de edad, caen en manos de adolescentes. Incluso, de niños. La psicóloga Débora Blanca, especializada en ludopatía, describe un panorama alarmante y que se sigue agravando. “Comienzan a los 12 años, y es tan sencillo como hacer un clic donde anuncia alguno de los tantos influencers, o donde les dice algún compañero del cole. Facilísimo, tanto como adictivo”. El tema llegó para quedarse, asegura. Y da cuenta de nuevas realidades que conoce a través de sus pacientes: un cumpleaños de 18 donde no hay asado ni bebidas sino apuestas, un joven de 19 devenido en prestamista para chicos que apuestan en la secundaria de la que acaba de egresar. Madres y padres que desconocen, restan gravedad o no saben cómo lidiar con el monstruo que crece. El problema es social y se apoya en otro factor previo: la falta de comunicación familiar. Y la negación: “Tenemos constantemente llamadas de padres con chicos jóvenes. Vienen desesperados, están dos reuniones y muchos después no vienen más. Cuando les hablás de una enfermedad, se ponen re mal y dejan. Después vuelven, no es fácil”, relata Laura, referente de los grupos de familiares en Jugadores Anónimos. “El tema está creciendo enormemente”, lamenta desde un espacio que solía asistir a adultos con adicción al juego presencial, pero que está mutando: “De 100 personas que llaman, 80 son papás de chicos jóvenes”. « Un problema que ya está llegando a la Primaria Leandro Montaña es docente de Literatura en una escuela secundaria de la Ciudad de Buenos Aires. Lleva largo tiempo advirtiendo el problema que generan las apuestas online en las aulas. En el último año, observa, el tema no hizo más que crecer, afectando la salud del alumnado. “Escaló y se extendió. Ahora es más impactante porque los montos crecieron. Se pierden sumas de 100 mil pesos por ejemplo. Los chicos se endeudan entre sí o trabajan para jugar”, relata a Tiempo. La problemática está identificada, pero no el camino a tomar. Y así como en los últimos años emergía la advertencia docente en reuniones con familias en colegios secundarios, ya está llegando la preocupación al último nivel del primario. Hay proyectos de regulación, pero van varios casilleros por detrás. Aún no se resolvió, por caso, la restricción o no del uso del celular dentro del aula. Hay países donde vedar el uso del móvil ya se tradujo en resultados concretos. En Noruega, un reciente estudio analizó los efectos de la proscripción del uso de smartphones: beneficios en salud mental, reducción del bullying, mejora de calificaciones en mujeres e impacto positivo en niños de menos recursos. “Hoy es un tema con mucha presencia en las escuelas, pero existe el debate sobre si nosotros debemos también ocuparnos de eso. ¿Es un consumo problemático o es otra cosa? ¿Los ma-padres saben o hacen que no saben? Es bastante estresante”, señala Montaña. El contexto de crisis solo aporta combustión a un tema que estalla: “Los docentes estamos reventados de burocracia, de reducciones presupuestarias, de exigencias, no me parece o no nos parece que debamos enfrentar otra batalla solos”.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por