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  • Un 2024 con fuertes vencimientos, ¿alcanzarán los dólares? ¿Hay modelo productivo?

    Buenos Aires » AmbitoWeb

    Fecha: 05/05/2024 01:11

    El presidente Milei insiste en la no corrección cambiaria , que no hay atraso cambiario, tiene un punto interesante , un debate pendiente que debería darse en la Argentina. ¿Es necesario corregir el tipo de cambio según un sector económico? o ¿debería articularse con el nivel de producto, producción y desarrollo tecnológico alcanzado, que nos permita coordinar mejor las acciones en el comercio exterior ? Coordinar la estructura interna con la estructura externa, Diamand básico. Proliferan en estos tiempos los “militantes del atraso cambiario”, emergen desde el mes de enero, cuando están todo el año tratando de pegarle si la inflación sube o baja, observando los vaivenes de la variación mensual, cuando lo que se tiene que observar es la variación de 12 meses. También abundan lxs que invocan al dios “rezago”; y no faltan esxs economistas que aplaudieron cuando eligieron a Alberto y luego dicen: El camino que adoptó Milei es el necesario . Mucha confusión. Levin nos decía que a veces queremos explicar el todo tomando la pata del elefante y no sabemos qué es la pata del elefante. Tratemos de analizar el elefante que se nos viene. Primero, el no atraso cambiario del Presidente, un ejemplo cercano, Bolivia tuvo una apreciación y tipo de cambio estable ¿Cómo lo hizo? Repasando el libro recientemente publicado por el ex Ministro de Economía de ese periodo 2006-2014 podemos darnos una idea si a lo que nos enfrentamos nos hace esquivar el elefante o pegarnos de frente. Algunas conclusiones de la política cambiaria de ese periodo en el país andino, conducido políticamente por Evo Morales y Álvaro Linera. Hubo una ley Neoliberal (Nro1670) donde el Banco Central de Bolivia (BCB) era la única autoridad monetaria y cambiaria. Eso cambió, con la nueva Constitución Política del Estado establece que el Estado a través del Órgano Ejecutivo determinó los objetivos de la política monetaria y cambiaria en coordinación con el BCB . En su etapa neoliberal tuvo un tipo de cambio (crawling peg) que consiste en pequeñas apreciaciones o depreciaciones no anunciadas del tipo de cambio nominal, nos cuenta el ex funcionario de economía y en caso argentino se sabe que es 2% mensual. Contribuir a la estabilidad macroeconómica ayudando a mantener una inflación baja y estable. Mantener un tipo de cambio real competitivo en el tiempo respecto a nuestros principales socios comerciales, y Contribuir a la política de bolivianización. Brevemente, vamos a repasar lo que pasó, en los años 2007-2008, tuvieron presiones inflacionarias originadas en el sector externo sumado a expectativas que crecían, para resolver eso se apuntó al punto 3 de los objetivos junto con mayores costos a la transferencia de dólares. Al año siguiente ocurrió una crisis internacional que no impactó como otras crisis. Hay un dato que no es menor y es que “a pesar” de la nacionalización de los recursos estratégicos (energéticos) la alta oferta de dólares que llegaron se expresó en mayores reservas, las más altas de la historia. “El resultado de esta política cambiaria fue evitar movimientos bruscos que afectarán al sistema financiero, la asignación de recursos y la actividad económica”, cuenta Arce. Fue a partir de 2010 y 2011 que se estabilizó y puso en marcha un tipo de cambio, sin modificaciones, en línea con el crecimiento económico y el elevado nivel de reservas internacionales. Además, “como resultado del régimen cambiario vigente la baja integración del mercado de capitales de corto plato boliviano con el resto del mundo y las medidas para prevenir movimientos abruptos de divisas (comisiones en la entrada y salida de divisas y los límites a las inversiones en el exterior), en el caso boliviano no se advirtieron los efectos de los fenómenos suscitados en las economías vecinas” relata el actual presidente de Bolivia que cerró su año con un nivel de inflación del 2,12% (doce meses). La irrupción de Evo Morales y Alvaro Garcia Linera (2005-2019) se da en un contexto de privatizaciones con crisis económicas recurrentes, ambos lograron, según datos de CEPAL, “la economía del país haya crecido en promedio un 4.9%, casi duplicando su tamaño pasando de 16 mil millones de dólares en 2005 a 29 mil millones de dólares en 2018. El PIB per cápita ascendió un 50%, esto es de 1,725 dólares en 2005 a 2,586 en 2018. Medido como porcentaje del PIB, el gasto público social aumentó de 2005 a 2014 en un 27.1%. Específicamente en salud, 28.1%; en educación, 15.2%; en vivienda y servicios, 51.7%; y protección social, 15.1%. En este período el porcentaje del presupuesto estatal destinado a gasto social aumentó en un 77%, es decir prácticamente duplicó al que existía antes. Véase bien: una economía dinámica, incrementando riqueza, bienestar e igualdad, incluso con la baja de los precios mundiales de las materias primas y cuando varias naciones vecinas entraron en recesión o crecimiento negativo” nos cuenta Matias Bosch Carcuro de la Universidad de APEC, República Dominicana. Luego de analizar la política cambiaria y cómo ello estuvo en sintonía con las demás políticas del Estado, el modelo MESCP, podemos decir que esta idea del presidente Milei de plantear una apreciación del tipo de cambio y dejar sin otra devaluación al principal sector económico (Agro), puede traer tensiones. El dilema es si está dispuesto a convalidar lo que un sector de la economía le pide a cambio de seguir licuando salarios. No tiene reservas suficientes, no realizó una política social como la desarrolló Morales Linera, no tiene un desarrollo productivo o un plan de argentinizar la Argentina. Solo tiene el RIGI para los sectores del agro y minería (petróleo y gas) ¿Cuánto empleo puede generar con esos dos sectores? ¿Alcanzará para los 45.000.000 de argentinos? Para resumir y dar algunos datos de la dificultad económica y política en la que estamos, según el informe “Las cuatro anclas del Plan Milei-Caputo” del CESO, el ancla fiscal es un brutal recorte del gasto público real; un ancla salarial, especialmente llevada a cabo en los salarios del sector público y que a su vez contribuye con el ancla fiscal; un ancla cambiaria sosteniendo una evolución del tipo de cambio muy por debajo de la inflación tras la devaluación inicial; y un ancla monetaria-financiera, a partir de la licuación del stock de pesos de la economía mediante implementación de una tasa de interés que se encuentra sustancialmente por debajo de la inflación, pensando que esta reducción de la base monetaria contribuye a disminuir la inflación presente y futura. El ajuste fiscal sobre la base de no pagarle a las empresas eléctricas y de gas, no es sostenible en el tiempo. En gasto de capital, por ejemplo, entre tanto, se dejó de comprar computadoras para el programa Conectar Igualdad. Se ajustó el potenciar trabajo en un -49% real, las becas progresar, perdieron un -45,7% real y el programa Acompañar un -79,4% real en este primer trimestre del año. En el caso de las provincias, no se ejecutaron transferencias a las Cajas Previsiones Provincial ni al Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires. Si sumamos el informe de “salarios vs inflación” del IDEPI-UNPAZ, los salarios privados perdieron poder adquisitivo ante la inflación en un 50%, los salarios públicos un 80% y los salarios del sector privado no registrado (economía informal, monotributista) están a febrero de 2024 abajo en un 150%. No hay recuperación de salarios. Queda por delante otros desafíos: actividad en recesión, salarios, inversiones, cumplir el acuerdo con el FMI y las anclas. Las inversiones del primer trimestre del año son las más bajas del periodo 2016-2023, apenas levemente mejor que 2023 ¿Se agotó la confianza? Según un informe del BCR, el gobierno tiene vencimientos vinculados a la deuda externa su composición es 72% de la misma es en moneda extranjera y el 18% restante en pesos argentinos. En 2004-2015 creció en dólares en 21.214 millones; 2016-2019, creció en 62.940 millones de dólares; y en 2020-2023 el incremento fue en moneda dura de 10.176 millones. En el año 2024 los vencimientos totalizarían los US$ 108.421 millones. De este monto, la gran mayoría es deuda por pagarse en moneda local, por un valor equivalente a US$ 74.482 millones, mientras que el resto (US$ 33.939 millones) es deuda contraída en moneda extranjera. Sin reservas suficientes, con una política cambiaria sin fundamento, sin política de argentizar la argentina, sin nacionalización de los recursos estratégicos (minería y agro que van a quedar bajo el RIGI) sin política para el mercado interno ¿Como afrontará los vencimientos del año y los del 2025? ¿Podrá domar al elefante o Milei y Caputo creen que el problema es la pata y no que viene de frente?

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