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» El Ciudadano
Fecha: 04/05/2024 21:44
El principal investigado cayó con dos cómplices en un galpón de Pérez cuando recibieron el último de los aparatos sustraído en zona sur. Fueron acusados este sábado y quedaron presos. No sólo actuaba con vestimenta también entregaba formularios con membretes de la empresa de energía a los choferes de grúas que contrataba Un vecino de barrio Plata de 34 años fue imputado este sábado por llevarse cuatro transformadores de la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe (EPE) en cinco meses que estaban dispuestos en distintos puntos de la ciudad y con el objetivo de reducirlo para obtener el cobre. El ardid que usó desde noviembre pasado hasta este jueves 2 de mayo cuando lo atraparon junto a dos cómplices, era llamar a empresas de transporte de vehículos haciéndose pasar por un empleado de la EPE y pedir el trasladado aduciendo un desperfecto. Con vestimenta y formularios falsos de la empresa de energía le daba la dirección de un galpón oficial, pero en el camino le cambiaba el destino. Tres fueron reducidos en una chatarrería de Avellaneda al 4800 mientras que el último fue recuperado en un depósito de metales con la habilitación vencida de la ciudad de Pérez. Voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA) informaron que el fiscal César Pierantoni estuvo a cargo de la pesquisa y supervisó las medidas del personal de la Policía de Investigaciones (PDI) que llevaron a dar con el sospechoso, identificado como Joel E., de 34 años, quien fue detenido este jueves en una chatarrería de la ciudad de Pérez junto a dos cómplices que terminaron acusados por tentativa de robo y les dictaron la prisión preventiva por 90 días. En tanto el principal investigado fue imputado como autor de tres robos, una tentativa y quedará detenido por el plazo de ley por disposición del juez Hernán Postma. Cuatro transformadores en cinco meses En la audiencia de este sábado, Pierantoni, quien integra un equipo de fiscales encargados de investigar la sustracción, el circuito y destino de metales no ferrosos, reconstruyó no sólo las sustracciones de los transformadores sino también cómo afectó a los vecinos, instituciones y empresas en cada una de las zonas. Además, de Joel E. también fueron acusados Juan Ramón S., de 45 y encargado del depósito en Pérez, junto a Cristian R., de 36 años, sindicado como uno de sus cómplices la última sustracción. El primero de los hechos achacados fue el 30 de noviembre del año pasado cuando Joel E. junto a tres personas, ni identificadas hasta ahora, se llevaron un transformador valuado en 20.300 dólares de la esquina de Virasoro y Río de Janeiro, en barrio Avellaneda Oeste casi en el límite con Villa Banana. Como pesaba más de dos toneladas, el sospechoso acordó, siete días antes y desde su celular, con un servicio de grúa para retirarlo. Haciéndose pasar por empleado de la EPE argumentó que como las hidrogúas de la empresa estaban rotas le habían encargado el trasladado del transformador al depósito de Ovidio Lagos al 7100. Con ese encargue llegó el conductor de la grúa a las 7 de ese 30 de noviembre a Virasoro y Río de Janeiro. Joel E. lo esperaba junto a otras tres personas dentro de una Saveiro de la que sacaron una escalera y fajas de izaje de carga. También tenían documentos con “membretes de la EPE que exhibió donde constaba el supuesto permiso de retiro del transformador”, agregó el fiscal. Una vez que lo cargaron en el camión, Joel E. se subió como acompañante y le dijo que en realidad iban a ir al depósito de barrio Acindar. Cuando el transportista llegó a la altura de bulevar Avellaneda al 4800, el falso empleado de la EPE “lo hizo frenar mientras que unas personas le cortaron el paso y le indicaron que entrara en una chatarrería”, indicó la acusación. Tras dejar el transformador, el conductor hizo la denuncia debido a que advirtió que ese lugar tenía un cartel de clausurado. Además, el fiscal señaló que esta acción entorpeció el normal funcionamiento del servicio para los vecinos debido a que, a pesar de que no estaba en funcionamiento en ese momento, lo conectaban cuando había mayor demanda de energía. El segundo robo fue el 20 de febrero de este año en Sarmiento al 3000, de barrio Acera. La mecánica atribuida a Joel E. fue la misma y esta vez se llamó a otra empresa de grúas donde le dio un apodo al empleado administrativo. La particularidad es que ya lo tenían agendado por su apodo como “Goro EPE” como un contacto frecuente. Ese día eran las 6 cuando Joel E. llegó en un Renault Clío con una escalera en el techo junto a otra persona que hacía de supuesto colaborador y trabajador de la EPE. Le dijo al chofer de la grúa que el transformador estaba quemado y le dio una supuesta orden de retiro con su correspondiente membrete de la empresa de energía provincial. El destino que le dio fue directamente la chatarrería de Avellaneda al 4800 donde los estaban esperando un grupo de personas, aún no identificadas, para bajarlo y los pesquisas suponen desguazarlo para aprovechar el cobre. “Este hecho entorpeció el normal funcionamiento del servicio de provisión de electricidad, en este caso afectado a una empresa de montaje, el Hospital Italiano, Español, los usuarios del barrio y Brink´s. El otro robo fue el 27 de marzo pasado en la esquina de Tomás de la Torre y Los Gladiolos de la vecina localidad de Funes. Esta vez, el transformador estaba valuado en 52.000 dólares y Joel E. usó el mismo argumento aunque hizo que el chofer de la grúa pasara a buscar a un supuesto trabajador de la EPE por Mendoza y Wilde. Una vez que sacaron el transformador, la orden fue llevarlo al depósito de barrio Acindar aunque Joel E. luego le mandó un mensaje de Whastapp a su cómplice en el que le ordenó que fueran a avenida Uriburu y Avellaneda. Cuando llegaron a ese lugar los hizo ir a la chatarrería de Avellaneda al 4800. Hicieron entrar al chofer, le cerraron el portón y le ordenaron dejarlo en un volquete. Esta sustracción afectó el servicio de energía no sólo a los usuarios de Funes sino también de Rosario, explicó el fiscal. Seguimiento en tiempo real Para ese momento, el personal de la PDI ya había reunido material contra el reducidor y apenas se enteraron del próximo golpe organizaron un operativo de seguimiento en tiempo real. El objetivo de esta vez, fue un transformador que estaba en la esquina de Cepeda al 4000, en Villa Manuelita. Joel E. volvió a llamar desde su línea al primero de los choferes de grúas y tras hacerse pasar por otra persona arregló el transporte del transformador para el 2 de mayo pasado a las 7 hacia un galpón de la EPE en Pérez. El conductor ya le visto la cara así que mandó a un cómplice y entró en escena Cristian R., otro de los imputados, que estaba en el lugar esperándolo con una campera de la EPE. Una vez que lo cargaron en el camión fueron hasta Alighieri y Echeverría de la ciudad de Pérez. Ahí, los recibieron Joel E. y el encargado del predio Juan Ramón S. En ese momento, los pesquisas de la PDI irrumpieron en el predio y los detuvieron. También secuestraron el transformador, el camión, una carpeta que tenía Joel E. donde había un documento que simulaba ser oficial que decía “se ordena el retiro de transformador W3462, ubicado en Cepeda 4000, posterior se traslada a depósito. Ofic. 3 Logística, Mantenimiento”. Por su parte, desde el municipio de Pérez informaron al fiscal Pierantoni que en el predio funciona un depósito que tenía su habilitación vencida como “Depósito de Metales no ferrosos”. De una inspección en el lugar incautaron había lingotes de aluminio y 2 morteros de fundición, describieron los pesquisas. A su vez, las fuentes oficiales no informaron si hubo operativos o medidas en la mencionada chatarrería de Avellaneda al 4800. La acusación al trío Luego de detallar los hechos, el fiscal imputó a Joel E. como autor de dos robos calificados por ser cometido en poblado y en banda con entorpecimiento del normal funcionamiento del servicio de provisión de electricidad; un hecho de robo con entorpecimiento del normal funcionamiento del servicio de electricidad y una tentativa de robo. En tanto, a Juan Ramón S. y para Cristian R. los acusó como coautores de tentativa de robo. Para concluir, solicitó la prisión preventiva efectiva para los involucrados mientras que las defensas cuestionaron la calificación para señalar que se trataba de un hurto y no de un robo como también pidieron la morigeración de las preventivas. Tras escuchar a las partes, el juez Postma formalizó la imputación y le dictó la prisión por el plazo de ley mientras que a los restantes dispuso una preventiva de 90 días.
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