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  • Paciencia china con Mondino; Cristina, funcional a Milei y la escudería Lijo

    » Clarin

    Fecha: 04/05/2024 21:06

    Apostar a que la última boutade de Diana Mondino sobre los chinos alterará la milenaria paciencia de Beijing es desconocer las reglas mínimas de la política internacional. Y la paciencia china. Por cierto, las torpezas verbales de la canciller ya forman parte del paisaje político y merecerían entrar en el Guinness. Como esta última de que no se pudieron identificar a militares en la base secreta de Neuquén porque todos los chinos son iguales, frase acuñada en el prejuicio y la ignorancia que recogió María Laura Avignolo, corresponsal de Clarín en París. El canciller chino, que lleva doce años en su cargo, no tiene tiempo para fruslerías: la posición china en la región se ha consolidado. Llegaron para quedarse. Por eso Mondino habrá obtenido lo que fue a buscar a Beijing: la refinanciación del préstamo en yuanes de libre disponibilidad que le dieron a Massa, que vence el mes que viene. Los chinos se hacen los distraídos, pero toman nota y mandan señales como la disminución de la compra de carne argentina. Esa política despojada de pasiones que identifica lo importante de lo accesorio –meterse con Taiwán, como se metió Mondino, fue mucho más grave que la liviandad e inoportunidad de su cuestionada frase– no encuentra espejo en la Argentina. El choque con España es otro ejemplo: a un exabrupto estúpido de un ministro de Pedro Sánchez se respondió con una intromisión abierta en asuntos internos de España, copiados de lo que dice la ultraderecha sobre corrupción, inmigración ilegal y el destino de las mujeres españolas. La torpeza hace acordar aquella desopilante descripción discriminatoria de Fernández, cuando dijo que los argentinos bajamos de los barcos y los brasileños vienen de la selva, seguramente de una tribu que ya hablaba portugués antes del descubrimiento de Pedro Alvares de Cabral en abril de 1500. A un disparate no siempre se le responde con otro disparate. No al menos en la diplomacia en serio. Si no, ¿para qué se la tiene? La política exterior –como la política a secas– no es un juego de memes más o menos ingeniosos para entretenimiento en las redes sociales. Exige seriedad y balance entre el impulso, la irreflexión, y el interés nacional. La reciente visita de Mondino a Colombia para buscar calmar los ardores de aquel “es un terrorista asesino” que le plantó Milei al presidente colombiano también dejó frases sorprendentes de la canciller. Como por ejemplo ofrecer el envío de presos argentinos a verificar el proceso de paz en ese país, que está a cargo de un delegado de la OEA, o preguntar con candidez (para usar con diplomacia un término suave) si Colombia no se podría dividir en cuatro, debido a las diferentes problemáticas que tiene ese país en cada una de las regiones, en relación a la guerrilla remanente y el narcotráfico. Los funcionarios presentes –el embajador argentino saliente y el entrante, entre ellos– no salían de su estupor. Sin embargo, Mondino se autodenomina “bombero” de los incendios que la verba inflamada de Milei enciende y ella trata de apagarlos… con nafta. Habrá que ver si no es que si se apagan, será por mucho más por consideración con el país y en su tiempo su acertada tradición diplomática, que con las eventuales habilidades para las relaciones internacionales de Mondino. Los vínculos históricos con Colombia son tan fuertes que están a salvo de esos avatares y de las mutuas torpezas verbales, las de Petro y las de Milei. Increíblemente Mondino reduce estos episodios a cuestiones personales entre los presidentes, como si se podría escindir una condición de otra. Esto es, lo personal de lo presidencial. Pero estos chispazos no opacan la novedad más importante de los últimos días, que fue la media sanción de la primera ley de la gestión de Milei, un logro alcanzado solo por la negociación política. Otra novedad, no tan nueva, pero sí ahora más evidente, fue la fragmentación de los bloques de diputados según el capítulo que se votaba. El Presidente recibió esta media sanción como un maná. Venía de una semana en la que el impacto de la movida universitaria había sido durísimo, obligándolo también a negociar, aunque también de la ayuda inesperada de Cristina Kirchner, reapareciendo en el momento justo para que Milei vuelva a usarla para confrontar. Es lo que se llama coincidencia funcional en la política. Ya que hablamos de Cristina: hoy, su candidata a gobernadora de Buenos Aires es Mayra Mendoza, quizás una fronting de Máximo Kirchner, disimulado detrás de la intendenta de Quilmes. Mensaje para que Kicillof no meta mano en su sucesión. El Senado buscará ahora introducir modificaciones en el texto de Diputados. Otra vez, aquí, habrá dispersión del voto. No en vano el radical Cornejo salió a pedirle más mileísmo a su partido, sobre todo después de que desde la Rosada le aseguraran algunos fondos adeudados a Mendoza. Estos deslices con el discurso oficial de “no hay plata” serán más frecuentes para vencer oposiciones. Lo que está en duda, sin embargo, es si se llegará a sancionar la ley antes del plazo autoimpuesto por Milei para aquel Pacto de Mayo que propuso en su discurso ante el Congreso. Otro es el problema de las incorporaciones a la Corte. ¿Tribunal jurídico o tribunal político? Esa es la pregunta que deben responder los senadores cuando examinen los pliegos de Ariel Lijo y de Manuel García- Mansilla. Milei admitió que quiere una Corte más apegada a la Constitución, dando por hecho que esta mayoría del Tribunal ahora está alejada de la Carta Magna, frase cuya autoría los insidiosos de Tribunales atribuyen a Ricardo Lorenzetti, director en jefe de la escudería de Lijo. La segunda frase de Milei es aún más confusa: aclara que apoya a Lijo porque tiene el “culo limpio”, diciendo sin decirlo que no lo hace porque necesite protección judicial.

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