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» Diario Uno
Fecha: 04/05/2024 20:45
Asamblea Legislativa Martín Kerchner, Alfredo Cornejo, Hebe Casado y Andrés Peti Lombardi 2.jpg Alfredo Cornejo durante la Asamblea Legislativa donde dio a conocer la adenda que amplía el destino de los fondos de Portezuelo del Viento. Foto: Axel Lloret/ Diario UNO El daño El vagón de plata que empezaría a liberarse para obras (que no se harán a la brevedad) tuvo su origen en el resarcimiento económico que Mendoza recibió de la Nación a raíz de los daños que nos dejaron los regímenes de promoción industrial que rigieron en las provincias vecinas y que produjeron un éxodo de empresas y capitales, sobre todo en los años '90. En 2006 -gobierno de Julio Cobos- la Provincia desistió de continuar con el juicio que desde los años '90 tenía contra la Nación en la Corte nacional y acordó con el presidente Néstor Kirchner el pago de los aludidos 1.023 millones de dólares, en cuotas, con el fin de construir el dique Portezuelo. Como esa plata quedó frizada por las trabas de Alberto Fernández ya mencionadas, ahora el gobernador Cornejo y el presidente Javier Milei han llegado a un nuevo acuerdo para destrabar esa millonada, que no irá a ningún Portezuelo ("la obra del siglo" la llamaban pomposamente) sino que será destinada a obras en diversos puntos de la provincia, con preferencia para asuntos vinculados con el uso del agua y la energía Ese dineral, humanum est, ha revolucionado a la política mendocina. Es maná del cielo en tiempos de ajuste. Y, claro, todos, sean justos o pecadores, de izquierda o de derecha, maquiavelos o estafados, burros o grandes profesores, han caído bajo el influjo del más mentado de los dioses paganos, el dinero. Portezuelo del Viento.jpg "La obra del siglo", así había sido bautizada la megaobra Portuezuelo del Viento prevista para Malargüe. Gente de palabra En el acto del 29 de agosto de 2006, realizado en San Rafael, Néstor Kirchner había dicho: "Espero que el gobernador Cobos la licite, que la obra se pueda empezar el año que viene (2007) y que demos una vuelta histórica para que esta generación le pueda decir a las generaciones que vienen que estuvimos a la altura de la historia. Venimos a cumplir esta palabra federal con el pueblo de Mendoza". Lo concreto es que Portezuelo ya no es "la obra del siglo". Un gobierno nacional kirchnerista (Néstor) la dispuso y otro del mismo signo político (Alberto Fernández) la hundió con su decisión de laudar en contra de Mendoza para congraciarse con las provincias de extracción peronista que integran el Comité del Río Colorado que exigían nuevos estudios de impacto ambiental que ya se habían realizado y aprobado. Lo concreto es que la Mendoza política ha entrado en un estado de excitación. Un sector importante de la oposición ya ha puesto el grito en el cielo advirtiendo que es una jugarreta de Cornejo o de que se van a fumar nuestros ahorros. Los intendentes peronistas de San Rafael y Malargüe exigen que toda esa plata vaya a obras en el Sur mendocino porque "es la región más afectada por el fracaso del proyecto Portezuelo". Las cámaras empresariales piden un análisis riguroso para definir el destino de estos benditos dólares. Excitados El oficialismo provincial respira porque se imagina Gardel. Algunos de sus integrantes creen que esos fondos "nos servirán para tener un poco más de independencia frente a algunas locuras de Milei". De cualquier manera, no se trata de que mañana vayan a aparecer ante ventanilla los interesados en hacer obras o proponerlas. O que alegremente el Gobierno empiece a anunciar una obra por semana. Por lo pronto, el acuerdo Milei-Cornejo deberá ser discutido y aprobado por una ley de la Legislatura. Ese paso no debería ser un trámite exprés sino un espacio para dejar las cosas bien claras, despejando todas las dudas de la oposición que sean hechas con rigor. El libreto del Gobierno dice que lo que se busca es lograr obras para un mejor manejo del agua y de la energía. Lo novedoso es que incluirá un sistema de repago, donde los privados inviertan a riesgo y se produzca un flujo de recuperación de esos fondos. Los trabajos serán repartidos en toda la provincia donde haya buenos proyectos que sean rentables y recuperables. Lo razonable, entonces, sería que la administración de Cornejo manejase el uso de esta fabulosa torta de dinero de manera aséptica y muy rigurosa, como si se tratara de un orfebre obligado a una milimétrica precisión. Siempre estará presente aquel mal recuerdo que generó el entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, cuando mandó a Suiza aquella torta de dólares (662 millones) que la provincia patagónica cobró de la Nación por regalías petroleras mal liquidadas y cuya utilización en los años posteriores fueron motivo de una continua controversia por su falta de claridad.
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