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Concordia » El Heraldo
Fecha: 04/05/2024 08:20
Dentro de los ejemplares de dicha sección contamos con la publicación “Cuadernos de Concordia”. Los distintos fascículos que integran esa colección reproducen notas periodísticas y reseñas de distintos medios locales y a veces, también nacionales. El número 35 de los meses de septiembre/octubre de 2010 acerca a los lectores varios artículos periodísticos de principios de siglo XX. Haremos mención a dos de ellos que hacen referencia a lo marcado en el título, Concordia en ese momento, al igual que en el presente, era una ciudad de contrastes. La primera narración titulada: “La mortalidad y la caridad en Concordia. Al margen de las estadísticas oficiales”, fue publicada en el diario “El Litoral” el 13 de enero de 1921. En ella, comentan la situación de la salud pública, las estadísticas de defunciones y las causas de la mortalidad: “Por edificante coincidencia, en el mismo número -el de ayer- en que describimos someramente un tristísimo cuadro de miseria, tuvimos oportunidad de publicar una estadística oficial de las defunciones producidas en Concordia durante el año próximo pasado. Anotamos en ella 161 muertes causadas por la tuberculosis y 110 producida por enfermedades intestinales de carácter contagioso, amén de las demás producidas por el tifus, la neumonía, la bubónica y otras tantas enfermedades que conspiran cada día contra nuestra vida.(…) En cuanto a la primera, la implacable tuberculosis, sabemos todos ya, hasta el cansancio de donde deriva. Su gran aliado y su agente más activo y eficaz es la miseria. La alimentación escasa, la vivienda antihigiénica, el exceso de fatiga (…) Respecto a las demás dolencias infecto contagiosas, entre las que se cuentan las de origen intestinal, obedecen poco más o menos al mismo origen y se propagan mediante iguales circunstancias de vida. En Concordia, la miseria, las pésimas condiciones en que vive mucha gente, conspiran en forma alarmante contra la vida colectiva” (pág. 4). Unas páginas después la segunda crónica a la que hacemos referencia, comienza con un interrogante (realizamos la transcripción respetando la redacción original), a saber: “¿Qué es Concordia a fines del siglo anterior y principios del actual?” la respuesta, expresada en varias líneas, describe a una ciudad pujante, moderna y progresista: “Entre el 14 y el 16 de abril de 1892, la ciudad recibió la visita de «la primera excursión escolar argentina, organizada por el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay». Los excursionistas visitaron la fábrica de alcoholes de Magriñá y Comas; la fábrica de aceite de tártago y maní, dirigida por Bouhebent; la fábrica de conservas de lenguas de Stuart A. Kelly; la gran fideería a vapor de Juan B. Tealdo; el astillero de Domingo Giuliani; hubo una velada literario-musical en el Teatro Beñatena. El cultivo de la vid conocía sus mejores años, aunque su introductor, don Juan Jaúregui, ya no existía. Aparecía entonces Augusto Niez, precursor del citrus, y los olivares constituían una fuente de producción, muy apreciable. También se tejía la leyenda. San Carlos fue su cuna, cuando un noble francés levantó allí su palacio (…) Todo ello es signo de progreso y ubica a Concordia, con algo más de 12.000 habitantes –de acuerdo a las cifras que arroja el segundo censo nacional-, y un puerto que va a ocupar el cuarto lugar en recaudaciones aduaneras –después de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca-, a la vanguardia de las ciudades del interior”. (pág. 33-34) Si bien sabemos que la prensa brinda una interpretación periodística de los hechos que relata, las notas que citamos ilustran algunas características de Concordia que son sumamente interesantes de estudiar, conocer y ponerlas en perspectiva histórica para entender mejor el presente y poder aprender y afrontar el desafío del futuro. Esperamos que les haya gustado este breve relato. Nos volvemos a encontrar en una semana para descubrir más historias del pasado de Concordia y la región. Museo Regional Palacio Arruabarrena, dirección: Entre Ríos y Ramírez.
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