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  • Startups que salen al mundo desde el Litoral argentino

    » Clarin

    Fecha: 04/05/2024 06:10

    El último Informe de Coyuntura Regional dedicado a la Región Noreste (NEA) del IERAL de la Fundación Mediterránea indica que los precios de la mayoría de los productos y servicios de esta región son más caros que los de ciudades vecinas de Brasil y Paraguay. Una consecuencia es la caída interanual del comercio zonal (de 10,7% en Chaco y 29,8% en Formosa, medidas en términos reales), vinculadas al menor poder adquisitivo y la menor competitividad de precios frente a los países vecinos. A esa situación coyuntural se añaden los obstáculos estructurales que el NEA plantea para los nuevos emprendimientos. De acuerdo con Micaela Bercheñi, cofundadora de la startup Biotoken, a medida que se avanza río arriba del Paraná, escasean las herramientas necesarias para este tipo de emprendimientos, como son las incubadoras de negocios, programas de capacitación y asesoramiento, la disponibilidad de capital de riesgo y la cultura de inversión. “Incluso hay restricciones en materia de infraestructura digital y servicios tecnológicos avanzados”, añadió la emprendedora, motivo por el cual “contamos con parte del equipo en Buenos Aires”. Joel Fernández Koloff es cofundador de Mushin.ar y coincide en que en la región los recursos financieros “son escasos” y eso los lleva a ir de a poco “cumpliendo pequeños objetivos, y sin desperdiciar fondos en cosas que podrían hacer que quebremos en el camino”. En otro emprendimiento tecnológico, Calificadas, su cofundadora Constanza Gómez se jacta de haber armado casi todo el equipo con gente de Corrientes, su provincia. Pero dice que las dos socias se vieron obligadas a “buscar talento fuera de la región”, ya que en algunos casos no encontraron las personas “con la preparación necesaria para enfrentar los desafíos que requiere una startup”. Aun así, la sola enumeración de los casos muestra una incipiente actividad de emprendimientos de base tecnológica en una de las zonas menos favorecidas del país para este tipo de actividad. Incluso ya cuentan con un fondo de inversión específico en la región. Nueva turbina Las recientes jornadas de Startup Chaco, un evento de vinculación realizado en Resistencia y Charata, dejaron la novedad del primer fondo de inversión en startups con sede en el Noreste, La Turbina Ventures. El fondo fue organizado por Marcelo Nievas, ex gerente general de la Comisión Nacional de Valores (2014-2015). Participa del “Programa EBT Chaco”, del Instituto Chaqueño de Ciencia, Tecnología e Innovación y agrupa a inversores del norte del país, Paraguay y Brasil. Ya están financiando a seis emprendimientos de la región y ahora, de la mano de Incutex, la company builder cordobesa, apuntan a acelerar el proceso de búsqueda y selección de proyectos. Javier Bernal, gerente de Operaciones de La Turbina. Javier Bernal, gerente de Operaciones del fondo de inversión, explicó que buscan financiar a startups en “etapa temprana” pero que ya cuenten con alguna validación del mercado, como por ejemplo haber concretado una ronda presemilla o un proceso de aceleración por parte de alguna incubadora. “La búsqueda se orienta a proyectos en los sectores que nos son más afines: fintech, edtech y agtech”, agregó Bernal. ¿Qué les piden a las startups? Que demuestren ingresos y una participación, aunque sea limitada, en el mercado. También, que hayan iniciado operaciones en otros países, o bien que presenten un plan consistente con el propósito de hacerlo. “Los montos de inversión varían, pero buscamos normalmente tickets de hasta 50.000 dólares como máximo, aunque es común que vayamos sindicados con otros inversores”, agregó Bernal. Según el directivo, el potencial de esta región está en sector de agtech, como se denomina a las soluciones tecnológicas desarrolladas para la agricultura y la agroindustria. Y la clave es un sólido sistema regional de universidades, tanto públicas como privadas. “La usina de talento está conformada por la Universidad Nacional del Nordeste, la UTN Facultad Regional Resistencia, la Universidad del Chaco Austral y la Universidad de la Cuenca del Plata, además del impulso de algunos programas públicos”, señaló Bernal. Tokens ambientales Una de las startups conformadas dentro de la región es Biotoken, la cual ofrece una solución para transformar en tokens informáticos (piezas de código a las que las partes les asignan un valor, tal como ocurre en el mundo físico con el papel moneda) la absorción de carbono de once cultivos agrícolas. “El circuito se inicia cuando el productor descarga nuestra aplicación, que está disponible de forma gratuita para Android y iOS, así como en versión web. Consta de dos pasos clave: el registro como persona física o jurídica y posteriormente el registro del cultivo. Una vez cargados los datos en nuestra plataforma, pasan por un proceso de verificación mediante un tercero, que trabaja en colaboración con agtech como Auravant y Xarvio, utilizando imágenes satelitales y diferentes índices para validar la información”, explicó Micaela Bercheñi, cofundadora de la iniciativa. Agregó: “Una vez completado el ciclo del cultivo, el verificador emite la aprobación o rechazo de la solicitud. Si la aprueba, se asignan los tokens correspondientes a la absorción de carbono y se genera un NFT (token no fungible) que contiene toda la información certificada. Este proceso garantiza transparencia y trazabilidad, y ofrece a los usuarios una herramienta para la gestión sostenible de sus cultivos y la contribución a la mitigación del cambio climático”. Biotoken combina la experiencia de Adolfo Bercheñi, un empresario de servicios ambientales y provisión de bioinsumos, quien se asoció con sus hijas Micaela y Sofía, las cuales aportaron la pata tecnológica. “Al tener contacto con los productores agrícolas, nos dimos cuenta de que generan dos commodities, el alimento y el carbono absorbido por los cultivos, pero solo monetizan el alimento. La visión del cambio climático y la conservación ambiental en una región repleta de recursos, como los Esteros del Iberá, el Bañado La Estrella, El Impenetrable y las selvas de Misiones, también nos inspiró a desarrollar soluciones innovadoras y disruptivas, adaptadas a las necesidades específicas de nuestra comunidad. De este modo, empezamos a construir el proyecto”, explicó Micaela. Ahora están trabajando para obtener una certificación internacional, que les permitiría expandirse a otros países. “El modelo de negocio es por comisión de un porcentaje de activos digitales, aunque no hay ningún costo de entrada ni de salida tanto para los usuarios que absorben y reducen el carbono de la atmósfera y generan tokens como para los que emiten dióxido de carbono y necesitan compensar, ya sea por regulación o ética ambiental. Planeamos facturar más de 50.000 dólares este año”, puntualizó la emprendedora. En paralelo, la firma participó de programas como We Program de Endeavor y BCR Startup Network de la Bolsa de Comercio de Rosario, en busca de apoyo y fortalecimiento. “También estamos trabajando junto con el Centro de Investigaciones Agropecuarias INTA Castelar, la Universidad de San Pablo de Tucumán y la Dirección Provincial de Innovación Productiva del Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de sumar diez cultivos y cinco especies forestales a la oferta”. Servicios financieros Otro caso de desarrollo regional es Sembrala, a cargo del ingeniero agrónomo Juan Cruz Rivero Aspek, el tecnólogo Julio Acosta y el administrador Joaquín Filigoi, tres graduados de la Universidad Nacional del Nordeste. El producto que ofrecen es una plataforma digital dirigida a acopiadores u operadores de granos para que puedan consultar sus tenencias, revisar documentos y contratos pendientes de firma, e incluso pedir liquidaciones y cobrarlas dentro de la aplicación, en una billetera digital en pesos. Juan Cruz Rivero Aspek, cofundador de Sembrala. “El productor y la empresa agropecuaria necesitan productos y atención financiera diferenciados, y hace mucho que no se sienten del todo cómodos con el sistema financiero”, indicó Rivero Aspek. La propuesta de fondo consiste en tercerizar para el productor una actividad no específica. “El productor, que es quien entiende a su cliente, sigue trabajando como toda la vida con el acopio y puede delegar la parte tecnológica, que no es su competencia distintiva, en un socio como Sembrala. La información queda consolidada en un solo lugar para ambos, lo cual es más eficiente para el productor”, agregó el emprendedor. En cuanto al modelo de negocio, Rivero Aspek dijo que se basa en comisiones por transacción tanto de las compras con la billetera, en primera instancia, como de otros servicios financieros que puedan ir sumando, como por ejemplo seguros, inversiones y créditos. “El acopio es nuestro aliado, porque tenemos un esquema de ingresos compartidos, que se convierte en una fuente extra y puede llegar a ser muy interesante”, señaló. Y anticipó que su objetivo de mediano plazo “es consolidar la red de acopios que brindan a sus usuarios una plataforma propia con tecnología de Sembrala y, en paralelo, hacer el mismo proceso en el sur de Brasil”. Capacitación a distancia Martín Mastandrea es CEO de la incubadora Emlatina. Su análisis sobre la realidad de los emprendedores del NEA indica que sectores como las energías alternativas y la bioeconomía son los de mayor potencial para la región, pero no descarta otros, gracias al avance vertiginoso de la tecnología y el trabajo remoto. Uno de esos sectores, edtech, define la actividad de Calificadas, la startup creada el año pasado por Carolina Díaz y Constanza “Costi” Gómez —ambas comunicadoras especializadas en transformación digital de empresas, y madre e hija para más datos—, en la ciudad de Corrientes. Mientras la primera capacitó a más de 6.000 personas a lo largo de su trayectoria profesional, la segunda lideró equipos de marketing de más de medio centenar de integrantes. “Calificadas brinda herramientas y técnicas de comunicación y oratoria a mujeres mediante productos digitales. Creamos plataformas que las ayudan a identificar y crear oportunidades de expresión y transmisión de sus ideas, saberes y experiencias”, indicó Gómez. Carolina Díaz y Constanza Gómez, cofundadoras de Calificadas. La startup tiene dos modelos de negocio. Por un lado, mediante el B2C, la solución está disponible para cualquier mujer que desee descargarla y entrenar desde su dispositivo móvil. Por otro, gracias al modelo B2B, apunta a empresas que emplean mujeres. “Nos centramos en las más de 2.000 empresas de América Latina adheridas a los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres de la ONU, ya que demuestran un fuerte alineamiento con nuestra solución y su búsqueda por el empoderamiento y la capacitación de las mujeres. Nuestra oferta se integra con su compromiso de promover la igualdad de género y brindar oportunidades de desarrollo a las mujeres en el entorno laboral”, precisó. “Los potenciales clientes de la iniciativa son de los sectores de la moda, la salud, los servicios financieros y de seguros”, indicó Gómez. Tokens en la construcción Con el propósito de tokenizar el sector de la construcción, a su turno, los desarrolladores informáticos Joel Fernández Koloff y Marvin Quevedo y el ingeniero Antonio Enrique idearon una iniciativa que bautizaron Mushin.ar. “Nacimos en noviembre del 2022, pero no como la idea actual. Buscábamos implementar blockchain en el uso cotidiano, con el objetivo de atacar una de las principales problemáticas, la inflación, e impulsar la posibilidad de ahorrar con nuevos instrumentos de reserva de valor”, contó Koloff. “Nuestra búsqueda nos llevó a encontrar,en la construcción, un sector que no está siendo explotada en su totalidad, apuntando en primer lugar al ahorrista y en segundo a las empresas que quieren ofrecer servicios inmobiliarios. Mi analogía es que, mientras vivimos la digitalización del 2024, el sector de la construcción está en los 90”, explicó. Joel Fernández Koloff, cofundador de Mushin. Ahora los emprendedores trabajan en completar la mejora de su producto. Apuntan a que comercios, corralones y proveedores de materiales para la construcción comiencen a comercializar los productos de manera digital, mediante certificaciones en blockchain. Un segundo producto se dirige a empresas que buscan financiar proyectos de construcción.

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