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  • La odisea de viajar en trenes, colectivos y subtes: servicios deficientes, tarifazos y quejas en la Ciudad y el GBA

    » Clarin

    Fecha: 04/05/2024 06:09

    “Desde el miércoles 8 de mayo, los trenes de los ramales La Plata, Alejandro Korn, Bosques y Ezeiza circularán con un cronograma especial por las obras de renovación del viaducto Barracas. Más información en trenesargentinos.com”, dice la voz del parlante en la terminal de trenes de Plaza Constitución. La gente busca en la pantalla el horario en que salen las próximas formaciones del Roca, esperando que no las cancelen o demoren. El panorama para los trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es delicado: viene de varias semanas de reclamos gremiales que se suman a problemas operativos, servicios limitados, quejas de usuarios por la frecuencia de las formaciones y el mal estado de la infraestructura. Recientemente se supo que el Tren Roca reducirá en un 30% su diagrama habitual de servicios, esto debido a las tareas de reparación del arco 21 del viaducto Barracas, a la altura de la calle California. Esto implica la interrupción del tráfico ferroviario por dos de las cuatro vías. La duración de la obra es de 3 semanas. Y a los problemas en este ramal se suman otras, que reducen frecuencias, el conflicto con los colectivos y también los problemas para viajar en subte en la Ciudad. Los trenes que conectan Plaza Constitución con destinos como Ezeiza, Alejandro Korn y Bosques vía Temperley pasarán de una frecuencia de 12 y 14 minutos respectivamente a 20 minutos. En los ramales hacia La Plata y Bosques vía Quilmes, los trenes dejarán de circular con una frecuencia de 24 minutos, y lo harán cada 40. Algunos usuarios que hablan con Clarín en una recorrida explican que la modificación de los cronogramas los afecta fuertemente: a menos frecuencia de trenes, mucho más difícil conseguir lugar en una formación no tan sobrecargada. A eso se añade que a partir de este lunes 6 de mayo entra en vigencia el nuevo esquema de precios para viajar en tren por el AMBA. La SUBE registrada pasa a tener los siguientes valores: $200 (tramos cortos), $260 (longitudes medias) y $320 (tramos extensos). Marcela Bulnes mira hacia los andenes de la terminal. Espera a que su compañera llegue, ya que tienen que ir hasta Retiro y desde ahí hasta Pilar, en donde trabajan como asistentes en eventos. Colectivos en conflicto. La discusión por los subsidios y la reducción de frecuencias afectan a los pasajeros. Foto: Juano Tesone “Viajo de madrugada. Como los eventos son en Pilar, si no hay trenes tenemos que ver otras opciones. Cuando hay demoras o cancelaciones, la que queda es ir a la parada del 79, que va a Longchamps. Pero es peligroso Constitución. Si nos demoran más el tren nos perjudican un montón.Todo funciona mal de por sí, terminamos viajando todos como sardinas en una sola formación. No vemos reflejado lo que pagamos en el mantenimiento”, explica. Florencia Torres se toma el tren que tiene como destino Bosques vía Temperley, su parada es Florencio Varela. Sale de trabajar por la zona de Constitución a las 8 de la noche y expresa a Clarín que desde hace un tiempo tiene que esperar hasta el tren de las 8.30, porque los de las 8.09 y 8.19 ya no salen. “Vengo notando, más o menos desde hace dos meses, que están funcionando con más frecuencia las formaciones viejas. En esos casos es más posible que te roben porque estás sentado con el celular y muchas veces lo manotean desde la ventana y se van corriendo”, cuenta. Estación Constitución. Varios ramales del tren Roca reducirán sus frecuencias desde esta semana. Muchos pasajeros tuvieron que adecuar su rutina laboral: pedir días de home office, o hacer jornadas reducidas. Mirta López es empleada doméstica, vive en Bernal, y comenta que anteriormente trabajaba de lunes a viernes de 9 a 17 en una vivienda en Retiro, pero que eso cambió a raíz de los constantes problemas a la hora de tomar el tren. “Les pedí a mis patrones trabajar menos días y menos horas. Ya no puedo lidiar más con las demoras del servicio y lo mal que se viaja. Llego agotada antes de empezar la jornada. Todos los días hay un problema: vías cortadas porque alguien se tiró, protestas, marchas, suspensión de servicios. Ahora trabajo tres días por semana, de 9 a 15. Salgo de Retiro antes de la hora pico”, agrega. En Retiro hay usuarios que cuentan sus inconvenientes con las reducciones de servicios de las líneas Mitre, San Martín y Belgrano. La primera, desde hace semanas reporta más demoras y cancelaciones en los ramales Tigre, Bartolomé Mitre y José León Suárez. A eso se sumaron problemas. El ramal Victoria – Capilla del Señor pasó a tener un servicio limitado desde Victoria a Los Cardales. El ramal Villa Ballester – Zárate sufrió cortes en sus servicios por semanas y se detenía en Escobar producto de un conflicto gremial por incumplimientos de acuerdos salariales. Los ramales del tren Mitre también sufren demoras y cancelaciones. Desde Trenes Argentinos dicen que esta semana se publicarán cronogramas nuevos. Según el portal enelSubte, tras la quinta postergación en los últimos meses, Trenes Argentinos Infraestructura dio de baja la licitación para la obra de electrificación y renovación del sector Victoria – El Talar, que había sido lanzada en septiembre del año pasado y que iba a ejecutarse con financiamiento del Banco Mundial. Un crédito de US$ 347 millones, aprobado en 2021. La frecuencia del ramal Retiro – Tigre es la que más generó indignación en redes sociales. Usuarios que antes hacían un viaje de Retiro a Tigre en 50 minutos, ahora pueden llegar a tardar 20 minutos más. La semana pasada, David González fue a tomar el tren a Tigre. Tenía un turno médico a las 14, a cuadras de la estación Lisandro de la Torre. Según la app de trenes, el servicio que tenía que salir a las 13.15 fue cancelado. El siguiente estaba anunciado para las 13.23. “Llegué a horario a la estación pero ya había fila porque el tren anterior fue cancelado. El tiempo fue pasando y no aparecía ninguna formación. Recién llegó a las 13.50. Nos subimos y salió a las 13.57. Llegué tarde, pude hacerme el estudio programado, pero tuve que esperar media hora porque ya había ingresado otro paciente”, cuenta a este diario al respecto. El tren San Martín ya funciona con frecuencias reducidas por falta de material rodante desde el año pasado. Y algo parecido ocurre con el Belgrano Norte, que está concesionado. Trenes Argentinos Operaciones explica a Clarín: “Esto se debe a las precauciones (disminución de la velocidad en determinados tramos) que presenta la vía. A partir del lunes, el diagrama se adaptará a esta situación para que las personas que viajen tengan previsibilidad al momento de realizar su viaje”. “No existe un problema de financiamiento en el funcionamiento operativo de las líneas metropolitanas. De la infraestructura ferroviaria se ocupa Trenes Argentinos Infraestructura, nosotros de la operación ferroviaria de trenes de pasajeros, que se mantiene inalterable”, señala. Frecuencias en colectivos y subtes El subte D estuvo cerrado dos meses y cuando regresó acumuló quejas por problemas con la frecuencia. Foto: Marcelo Carroll A formaciones demoradas, cancelaciones, enojos de usuarios y conflictos entre trabajadores y el Estado (antes de las elecciones presidenciales, desde La Libertad Avanza ya proponían la privatización de los trenes), hay que agregar los paros recientes y diversos problemas de otros transportes como colectivos y subtes. Sin ir más lejos, el 11 de abril la Unión Tranviarios Automotor (UTA) convocó un paro de colectivos en todo el AMBA debido al incumplimiento del pago de los salarios correspondientes al mes de marzo. El conflicto entre empresas de colectivos y el gremio se intensifica. Las cámaras dicen que no les dan los costos, entre tarifa y subsidio, y reconocen una reducción de al menos el 5% en las frecuencias. Y eso se nota, sobre todo de noche, pero también durante el día, con colectivos que también tardan más y van más llenos. “Trato de evitar el Roca cuando voy a Wilde a visitar a mi papá. Encontré la alternativa en el 17, o en el 24. Pero ese tiene un ramal que pasa más que el otro. Hay colectivos que ya me niego a tomar, como el 152, que lo tomaba una vez que bajaba de la línea B de subte en Alem. Es imposible, sobre todo si no hay inspectores, porque se llena uno y pasa otro vacío que no para”, dice Patricio Gómez, mientras espera en el Metrobús. En la Ciudad, los reclamos se extendieron al subterráneo en las últimas semanas. El subte D estuvo cerrado dos meses producto de la modernización del sistema de señales y el reemplazo de carteles apagados. Y hace poco, los pasajeros dijeron a este medio que la frecuencia entre trenes era de 10 a 15 minutos. En esa recorrida, había pantallas que no indicaban el horario de llegada, escaleras en reparación, ascensores rotos y filtración de agua. Ahora, desde Sbase, la empresa estatal del Gobierno porteño, dicen que la frecuencia es de un tres cada cinco minutos, aunque reconocen que pueden persistir problemas por ajustes en el nuevo sistema. No es el único caso que refleja enojo de pasajeros, ya que la semana pasada se produjo una evacuación por las vías de la línea B cuando una formación se detuvo entre las estaciones Malabia y Ángel Gallardo. Hubo un proceso de dos horas para sacar a los usuarios del lugar, y todo quedó filmado. La B tiene material rodante antiguo y se había lanzado una licitación para renovar las formaciones, aunque no se sabe cuándo se hará efectiva la compra. Todo este escenario complejo se da el contexto de aumento de tarifas, que según quienes gestionan trenes, subtes y colectivos, quedaron atrasadas por la inflación y requieren una adecuación que para los pasajeros es abultada y no necesariamente se verá reflejada en lo inmediato en las mejoras de los servicios.

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