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  • Las encuestas de Llaryora y la “plataforma emotiva” de Milei

    » La voz

    Fecha: 04/05/2024 02:01

    Al presidente Javier Milei y al gobernador Martín Llaryora no los unen las coincidencias, precisamente. En los días previos al anunciado “pacto de mayo” en Córdoba, cada uno está concentrado en lo suyo, en un momento de calma después de las tensiones de febrero pasado. Pese a las diferencias, tienen algo en común: la preocupación por la imagen de sus gestiones y el humor social. En Córdoba, no es una novedad. En su momento, José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti fueron ávidos consumidores de encuestas para conocer el humor de los cordobeses. Para los dos exgobernadores peronistas, sus aspiraciones políticas partían siempre desde la plataforma de una alta imagen de sus administraciones. Llaryora tiene clara esa premisa. Y si se la olvida, está Schiaretti para recodársela. Hablan al menos una vez por semana, y sus reuniones personales son más esporádicas. En marzo pasado, las encuestas encendieron las alarmas en el Centro Cívico, luego de la fuerte embestida del Presidente contra el gobernador por la caída de la “ley ómnibus”. Sin muchos argumentos, Milei acusó a Llaryora de “traidor”. El mandatario provincial no se fijó en los motivos, pero sí en los resultados: la imagen del Presidente creció en Córdoba, mientras cayó la adhesión a la gestión provincial. Los números son un secreto de Estado en la Provincia, pero la alta preocupación fue un indicio de un desbarranco. Lo que vino fue un giro rotundo de Llaryora. Pasó de ser un enemigo del Presidente a un “aliado circunstancial” (así se autodefinen los llaryoristas). Milita la aprobación de la “ley bases” y se muestra como un esmerado anfitrión del “pacto de mayo”. Ya no más viajes a la ciudad de Buenos Aires para mostrarse como un peronista moderado. Llaryora comenzó a recorrer el interior de Córdoba llevando anuncios de obras con presupuestos acordes a la caída de los ingresos provinciales, e inaugurando otras que se iniciaron en la anterior gestión schiarettista. Los llaryoristas comentan que el mandatario ya visitó más de 120 localidades y que la imagen mejoró tierra adentro. Ahora la preocupación es la Capital. En los últimos días, fueron repetidas las fotos con el intendente Daniel Passerini. Habrá dos por semana este mes. Seguridad, mejorar el transporte urbano y anuncios en salud integran el combo para apuntalar la administración del intendente capitalino. “Algunos difunden que están peleados. Lo que no saben es que tienen muy claro que el futuro de ambos está atado a sus gestiones. No tienen margen para diferenciarse”, argumentó un peronista que camina la vereda del medio, entre llaryoristas y schiarettistas. Situación inédita Mientras en el Centro Cívico piensan en estrategias para mejorar la imagen del Gobierno -“y sin plata”, aclaran-, no deja de sorprender una situación inédita a nivel nacional, que se refleja con más fuerza en Córdoba: pese al drástico ajuste, Milei sigue cosechando un alto nivel de confianza en su rústica gestión, que mezcla licuadora, motosierra y bicicleta para muchos compromisos, según el ácido diagnóstico del economista Carlos Melconian. Redes. La gestión del presidente Javier Milei sigue al instante las reacciones sociales por las medidas del Gobierno. Los kirchneristas la llaman la "plataforma emotiva". (Prensa Presidencia de la Nación) Encima, sin un peso de inversión en publicidad. Y casi nada de partidas discrecionales y pocas (muy pocas) obras para alinear a gobernadores. Ya se ha escrito mucho sobre el supuesto “ejército de troles” que manejaría un asesor presidencial para atacar a opositores. Eso no explica lo inexplicable para la política tradicional: ningún presidente sobrevive militando un áspero ajuste. Claro que antes Milei fue un candidato presidencial que prometió déficit cero. Y ganó. Los libertarios están reescribiendo los manuales de la política. Y también los de la gestión. En medio de ese clima de intriga, surgen teorías que pueden ser disparatadas, pero que parten de un hecho real: los libertarios utilizan como nadie la herramienta de las redes sociales. Los kirchneristas están tan sorprendidos como Llaryora o la clase política en general. Cerca de Cristina Kirchner hablan de la “plataforma emotiva”. Según esta versión, avalada con algunos datos sueltos, el Gobierno libertario sigue al instante el humor social en las redes, y de ese modo va moldeando el rumbo de la gestión, con el Presidente como protagonista. Para quienes abonan esta teoría del kirchnerismo, el conflicto universitario fue la demostración de la existencia de esta denominada “plataforma emotiva”. La primera reacción de Milei a la masiva protesta fue el polémico mensaje de la imagen de un león con la frase “lágrimas de zurdos”. Ante la reacción adversa, 12 horas después el Presidente cambió el mensaje con una carta abierta en la que reconoció que el reclamo fue por una “causa noble”. Aunque –como siempre– le pegó duro a la casta. Como sea, el reclamo callejero de los universitarios fue el primer golpe al mentón del Presidente. Reaccionó y la discusión continúa. No obstante, se debate poco de lo sustancial: las universidades estatales perdieron el 30% de los recursos en el primer trimestre del año. En los próximos días, Milei y Llaryora compartirán expectativas y escenario. El Presidente intenta acordar con algunos gobernadores peronistas para sancionar la “ley bases”. Con Llaryora, no hace falta. El gobernador quiere la ley, ya que necesita los recursos que le traería. Además, aprovechará para mostrarse como un dialoguista en la cumbre cordobesa por el “pacto de mayo”. Después del 25 de mayo, tal vez el gobernador muestre otra postura en su relación con el Presidente. Aunque todo dependerá de lo que le digan las encuestas. Mientras tanto, en la Casa Rosada estarán atentos a lo que les marque el humor social en la “plataforma emotiva”.

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