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» LM Neuquen
Fecha: 04/05/2024 01:58
San Carlos de Bariloche supo construirse de manera exponencial desde fines del Siglo XIX hasta la actualidad para convertirse en uno de los centros de turismo más importantes del país y del mundo. Su fundación formal data del 3 de mayo de 1902 cuando, por medio de un decreto presidencial, en donde se reserva “para el pueblo de San Carlos de Bariloche una superficie de 400 hectáreas sobre el Lago Nahuel Huapi” . Sin embargo, años antes, en 1895, Carlos Wiederhold ya había instalado el primer almacén de ramos generales en la zona, la cual estaba naciendo con un paso clave para el comercio entre Argentina y el potencial sur chileno. Bariloche historico - LMN (6).jpg Productos como lanas, cueros, cerda, papas, queso y manteca se despachaban desde la ciudad. Foto: Archivo Visual Patagónico. Ruta histórica Según los registros históricos la formación de esta localidad se encuentra en estrecha relación con el desarrollo del tránsito regular hacia Chile, “desenvolvimiento que data de mediados del año 1890 debido a comerciantes chileno-germanos de Puerto Montt que impulsaron el comercio entre ambas laderas de los Andes”. En su libro, “Apuntes preliminares sobre una excursión a los territorios del Neuquén, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz” (1897), Francisco Pascasio Moreno destaca la presencia de los WiederhoId en la zona: “hijos de alemanes y miembros de esa raza enérgica y trabajadora que se está formando al Sud de Chile, y que argentinos deberíamos tratar de formar en Patagonia. La casa de negocios de los señores Wiederhold provee ya las necesidades de una vasta zona y exporta los productos de la misma a Puerto Montt, para lo cual dispone de embarcaciones. Vi allí una de doce toneladas que construían carpinteros chilotes. Será la primera embarcación de alguna importancia que surque los lagos patagónicos”. Bariloche historico - LMN (4).jpg Hacia 1898 había unas cinco casas y ranchos sobre la ribera este del lago. Foto: Archivo Visual Patagónico. Productos como lanas, cueros, cerda, papas, queso, manteca y otros se podían despachar quincenalmente por Puerto Blest, en el extremo oeste del lago, y en tres días llegaban a Puerto Montt. De esta manera, la localidad cordillerana fue clave como el gran camino que uní la pampa Patagónica con el territorio al borde del océano Pacífico. En los mapas de aquellos tiempos se marca “un primitivo camino que conducía desde Viedma por el curso inferior del Río Negro y la travesía desértica de Valcheta. Otra vía unía a San Antonio por Maquinchao. Por el Norte la ruta a Neuquén empalmaba con el ferrocarril a Bahía Blanca y hacia el sur, bordeaba la cordillera hasta, el Estrecho de MagalIanes”. Bariloche historico - LMN (8).jpg El emblemático centro de la ciudad, allá en la historia. Foto: Archivo Visual Patagónico. Para 1898 la zona contaba con unas cinco casas y ranchos sobre la ribera Este del lago. ¿Una curiosidad? Se dice (aunque no hay un documento histórico que así lo precise) que el “San Carlos” en Bariloche (esta palabra devenida de la voz mapuche Vuriloche) se habría originado a partir de una carta que le enviaron al comerciante. Por hacerle una broma, o por error, quien le mandaba la carta escribió “San Carlos”, en lugar de “Don Carlos”. Bariloche historico - LMN (7).jpg Bariloche, la ciudad que mira al lago. Foto: Archivo Visual Patagónico. Crecimiento próspero A la instalación de WiederhoId, poco tiempo después, le sucedió la razón social Hube y Achelis, alemanes también venidos de Puerto Montt. En 1902, habían montado un establecimiento que contaba con saladero, aserradero y un servicio semanal de comunicación con Chile por el actual paso Pérez Rosales. En el libro “Toponimia del Parque Nacional Nahuel Huapi” (1967), el autor e historiador Juan Martín Biedma menciona que “la firma Hube y Achelis tenía su casa matriz en Puerto Montt y filiales en varios puntos de la Patagonia. El gobierno chileno le subvencionaba la línea de navegación del lago Nahuel Huapi y le acordaba una suma importante en pago del camino abierto en la cordillera. Con su línea de navegación y sus tres o cuatro casas de comercio ubicadas sin permiso ni concesión en terrenos fiscales, puede decirse que es como un señor feudal del lago”. Bariloche historico - LMN (5).jpg La llegada del tren fue clave para el desarrollo de Bariloche. Fotos: Archivo Visual Patagónico. “Sobre la base de los negocios de Hube y Achelis, de Puerto Montt, con terrenos de la Sociedad Agrícola de Neuquén y con otros lotes comprados y arrendados en la República Argentina y con las concesiones de Horacio Rodríguez y parte de la de Tornero, se formó la Compañía Comercial y Ganadera Chile y Argentina, con un capital de cuatrocientas mil libras esterlinas divididas en acciones de una libra, entre cuyos proyectos figuraba un lavadero de lanas, aserraderos y un ferrocarril aéreo de seis kilómetros de largo desde Casa Pangue, en Chile, hasta el límite”, señala Biedma en el registro. Para ese entonces, entraban a la zona capitales argentinos y chilenos por lo que el gobierno argentino le otorgó la liberación de derechos para lo que se importara por vía del Pacífico, en una zona determinada. Es esos años, comenzaron también a construirse las primeras torres y picada de lo que sería el ingreso aéreo a la ciudad, una de sus principales puertas para el futuro turismo que revolucionará la economía de la ciudad. Bariloche historico - LMN (1).jpg En 1895, la ciudad ya tenía su primer almacén de ramos generales. Fotos: Archivo Visual Patagónico. En 1904, ya definida como San Carlos de Bariloche presentaba un aspecto próspero y pintoresco. "Si bien este pueblo carece de abundante edificación, no sucede lo mismo en cuanto movimiento comercial, que hoy puede considerarse la llave y centro de posición de la mayor parte del lejano sur de la Patagonia. El pueblo tiene unas cincuenta casas todas construidas de madera de coihue o ciprés, altas, bien ventiladas y con su frente en su mayoría hacia el lago. Entre los edificios importantes, se coloca en primera línea el cuartel del destacamento del Regimiento tres de Caballería, obra adecuada para el fin que se le ha impuesto. El progreso de la construcción en el pueblo se veía frenado por el alto costo de la madera que vendía un concesionario que la extraía de cerca de Puerto Blest y por la prohibición del gobierno a los pobladores de hacer cortes gratuitos de madera”, reseña José Marimón en su libro “El Neuquén y su colonización”. En 1909 contaba ya con 1250 habitantes, correo y telégrafo, juzgado de paz, registro civil y servicio de automóviles con Neuquén lo que servía de conexión con el Ferrocarril del Sud. Lo que sigue a esa historia, son ya hechos conocidos. Construcciones lujosas e importantes, la instalación de inmigrantes europeos (especialmente de origen alemán y suizo), el descubrimiento y puesta en valor de su naturaleza extraordinaria, la llegada del tren y el desarrollo de infraestructuras claves (como la pavimentación de la ruta que une Bariloche con Buenos Aires) hicieron que la ciudad comenzara un sostenido período de crecimiento.
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