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  • Las torturas del régimen de Maduro, en la voz de tres ex presos políticos: “Después de cada golpe escuchaba como se reían y disfrutaban”

    » Clarin

    Fecha: 04/05/2024 01:46

    Un verdadero calvario. Eso, ni más ni menos, es lo que vivieron tres venezolanos que atravesaron momentos de horror como presos políticos del chavismo y que este viernes contaron, por primera vez, las torturas a las que fueron sometidos por el régimen de Nicolás Maduro. Los testimonios son escalofriantes. Amenazas, tratos humillantes e imágenes de terror fueron algunos de los hechos aberrantes que describieron en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington, donde un panel de expertos independiente presentó su tercer informe sobre "crímenes de lesa humanidad" en Venezuela. "Después de cada golpe escuchaba como se reían y disfrutaban el momento, sus risas también eran tortuosas", afirmó uno de ellos, con la voz entrecortada. Su nombre es Jesús Alemán, quien estuvo preso en dos oportunidades en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). A este hombre de 31 años, que debió marcharse de su país en 2018, las palizas y las descargas eléctricas no le doblegaron las ansias de "luchar" por aquellos que "están siendo torturados". "Me tapaban la cara con una bolsa negra que me cortaba la respiración", recordó. Y añadió: "Me decían que cada aplauso que recibíamos en los mítines, en las marchas, en las concentraciones, en las protestas, lo iba a sentir en golpes". Video Jesús Alemán, quien estuvo preso en dos oportunidades en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), fue uno de los sobrevivientes que contó los tormentos que sufrió como preso político del chavismo en Venezuela. Los momentos en que era interrogado, repasó, estaban entre los peores, si es que había unos más que otros. "Cada silencio era equivalente a otra paliza. En esos momentos solo podía pensar en mi familia, mi novia y todo mi equipo", revivió entre lágrimas. "Sentía que me estaba volviendo loco (...) sin saber si alguien sabía de mi paradero", continuó Alemán, quien aseguró que lo incriminaban por delitos que no cometió. "Allí vi que la muerte de una persona vale solo una palabra; por solo equivocarte y decir leche a la leche y no decirles vaquita es un disparo en el pie", graficó. Dijo, además, que las condiciones donde estaban alojados eran “inhumanas”, que sus necesidades fisiológicas y de aseo las realizaban, cuando se lo permitían, “a través de un ducto que colapsaba”. “Llegaba el agua hasta las pantorrillas", indicó. Ese contexto lo llevó a enfermarse. Tuvo escabiosis y hongos, precisó. Pero no fue lo único. “La carne de mis dedos se me caía a pedazos llegándome a ver hasta los tendones de mis dedos de los pies", expresó, y agregó que “en todo momento” le “negaron asistencia médica”. "Al terminar toda esta locura, aún preso (...) me plantean tres escenarios, "uno era la posibilidad de salir del país sin poder volver más nunca", continuó. Antes de la expatriación, le dieron una última advertencia. "Me dijeron que ya me había salvado en dos oportunidades y una tercera no lo podría contar porque me matarían directamente y la muerte iba a ser de tal forma que me desaparecerían, que me iban a cortar en pedazos y jugar con mis órganos", contó en un testimonio atravesado por el dolor. “Quise suicidarme, pero no lo logré” Nixon Leal también entregó su crudo testimonio. Este ex preso político que vive en Estados Unidos como refugiado político afirma haber sido "prisionero de la dictadura en más de cinco oportunidades". La última fue "la más dolorosa", en la "DGCIM", la Dirección General de Contrainteligencia Militar. Unos "hombres de negro" me secuestraron y "me torturaron durante días". Uno me dio "golpes en el estómago (...) me ahorcaba por lapsos de tiempo". Uno tomaba "apuntes", otro "me daba fuertes golpes en la cara (...) decía que si no colaboraba subiría de nivel". "Me echaban insecticida cerca de la nariz y de la boca" y "gas lacrimógeno", lo que "me ocasionó un paro respiratorio". "Querían que grabara un video en donde admitía la culpa y a su vez debía señalar a varios dirigentes políticos para inculparlos", apuntó. "Por negarme, uno de ellos (...) me clavó tres chinches debajo de las uñas de mis manos, uno amarillo, uno azul y uno rojo", agregó. #EnVivo | "Quise suicidarme, pero no lo logré, solo quería hacer algo por mí para no sentir más dolor. (Para el juicio) querían descartar y el juez era leal o no al amparo de la tortura contra mí", Nixon Leal, ex preso político. Sigue la señal de #VPItv: https://t.co/tifXz1dILJ pic.twitter.com/HqsNVFtP3u — VPItv (@VPITV) May 3, 2024 "Quise suicidarme (...) traté de ahorcarme con mi propio suéter amarrándolo a los barrotes de una ventana que abrían solo para observar que estaba haciendo", pero no lo logró porque "estaba esposado con los hombros hacia atrás y casi ni los sentía". “Solo quería hacer algo por mí para no sentir más dolor”, justificó su desesperada y extrema resolución. "Fui presentado ante una corte militar con el rostro hinchado y desfigurado por los golpes", repasó. Y se dirigió a la jueza: “La tortura existe, si no me creen véame la cara". Luego, afirmó: “Están frente a un hombre que aún se considera prisionero, porque a pesar de que mi cuerpo está en este lugar, mi memoria sigue repartida" en cada una de esas cárceles. A pesar de eso, "están frente a un hombre con las esperanzas renovadas de que se puede hacer justicia". “Mis torturadores fueron ascendidos por Maduro” Luis de la Sotta es un capitán de navío venezolano que, desde 2018, estuvo detenido cinco años, cuatro meses y 11 días bajo la custodia de la DGCIM. “Denuncié la corrupción y politización dentro de la fuerza armada nacional además de negarme a decir el lema de un partido político", aseguró. "Me asfixiaron en reiteradas ocasiones con bolsas plásticas hasta provocarme sangrado en la nariz, me colocaron pistolas en la sien simulando una ejecución, con palos me golpearon" y "me privaron de sueño, colocándome en posición de estrés. Me inducían el miedo a morir", acusó. Todos "mis torturadores fueron ascendidos de rango militar por Nicolás Maduro", el presidente de Venezuela. "Me insultaban, se burlaban, me decían que violarían a mi esposa", rememoró. "Estuve en la celda de los locos, una celda de tortura con temperaturas glaciales, sin colchón, con una braga verde, sin ropa interior, me daban los alimentos en un envase que tiraban al piso, sin cubiertos, tenía que comer con las manos llenas de excrementos", denunció quien perdió 25 kilos durante su encarcelamiento. Video Luis de la Sotta es un capitán de navío venezolano que estuvo detenido bajo la custodia de la DGCIM, y que contó detalles de los tormentos que sufrió. Y prosiguió: "A veces me privaban de alimentos. Mis necesidades fisiológicas sólidas las hacía en una bolsa plástica, si la tenía, de lo contrario evacuaba en el piso, orinaba en un envase y solo tenía acceso a la ducha una vez por semana". "Mi mujer y mis hijos tuvieron que huir al día siguiente de mi detención ya que los estaban buscando para detenerlos", comentó. "Hace menos de 14 días me reencontré nuevamente con ellos", añadió. Después de que su caso figurara en un informe presentado ante el consejo de derechos humanos de la ONU, fue "forzado a entrar en un cuarto de tortura" llamado "la tumba vertical" porque es "tan estrecho que solo puedes permanecer de pie". Con información de AFP.

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