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» Mdzol
Fecha: 04/05/2024 01:24
La dieta BARF, ha ganado popularidad entre dueños de mascotas que buscan una alimentación "más natural" para sus perros y gatos. Según sus defensores, esta dieta que incluye entre un 60 y un 80% de ingredientes crudos como huesos, carne, y vísceras, y un 20 a 40% de vegetales y frutas, mejora la vitalidad y salud general de las mascotas. A pesar de estas afirmaciones, expertos en nutrición animal, advierten que los animales domésticos de hoy no tienen las mismas necesidades dietéticas que sus ancestros salvajes. La evolución ha modificado sus sistemas digestivos y metabólicos, lo que pone en duda la idoneidad de regresar a una dieta de épocas antiguas. Uno de los principales riesgos de la dieta BARF es la mayor probabilidad de que las mascotas contraigan y transmitan microorganismos patógenos debido al consumo de alimentos crudos. Carne, huevos y vegetales sin cocinar pueden ser vehículos de bacterias como Salmonella y E. coli, que son destructivas cuando se eliminan mediante cocción, un paso ausente en la dieta BARF. Aplicar la dieta BARF, es una decisión que debe tomarse considerando no solo la salud de la mascota, sino también la seguridad de todos los miembros del hogar. Foto: Shutterstock Estos microorganismos no solo pueden causar enfermedades en las mascotas, sino también en los humanos, especialmente si no se practica una higiene adecuada al manipular sus desechos. Las bacterias pueden pasar fácilmente de las heces de los animales al entorno hogareño, convirtiendo a las mascotas en vectores de enfermedades para sus dueños. Otro aspecto preocupante es la resistencia a los antibióticos, ya que las bacterias presentes en los alimentos crudos pueden desarrollar resistencia a estos medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de infecciones futuras tanto en animales como en humanos. Las mascotas también han evolucionado en lo que a alimentación se refiere. ????Foto: hogarmania.com Adicionalmente, la ingesta de huesos crudos puede llevar a problemas graves como obstrucciones intestinales, perforaciones en el paladar y fracturas dentales. Estos riesgos evidencian la importancia de una dieta balanceada y adecuada a las necesidades específicas de cada mascota. Es por eso que antes de decidir cambiar la dieta de tu mascota a un régimen BARF, es crucial consultar con un veterinario que pueda proporcionar orientación y asegurarse de que los beneficios superan los posibles riesgos.
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