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  • "Ante la ausencia del Estado y la falta de empleo, las mafias captan jóvenes"

    » Radio Sudamericana

    Fecha: 03/05/2024 23:57

    Viernes 03 de Mayo de 2024 - Actualizada a las: 23:35hs. del 03-05-2024 ECUADOR Andrés Jaramillo Carrera, periodista de Quito Ecuador analizó la dificil situación que atraviesa el país por la falta de empleo y el incremento de las mafias. En este sentido explicó su artículo por el día del trabajador y la visualización en las redes sociales. Andrés Jaramillo Carrera, periodista de Quito Ecuador habló con Radio Sudamericana sobre su columna de opinión que escribió por el Día del Trabajador. Señaló que si bien el día arrancó con saludos y mensajes positivos en las redes sociales poco a poco la población empezó a reflexionar sobre la falta de empleo y la dura situación que vive el país. “Hay profesionales con cuarto nivel, con trayectoria y experiencia, que no han logrado conseguir un trabajo. Hay quienes tuvieron que emigrar a los Estados Unidos en busca de mejoras y desaparecieron en el camino. También hablaron de lo duro que es postularse a un puesto donde hay cientos de personas. Entonces, ese positivismo dio un vuelco y las redes sociales fueron un espacio para exponer las condiciones precarias laborales que hay en Ecuador”, manifestó. "Según las encuestas 8 de cada 10 tiene un empleo digno, el resto tiene que sobrevivir. Eso se intensificó en la pandemia", dijo. Desmintió también la romanización del término “flexibilización laboral” y aclaró que en realidad muchos profesionales tienen que recurrir a tener varios empleos ocasionales con poca paga con la esperanza de conseguir un trabajo mejor a través del tiempo. “Los que tienen dos o tres trabajos es porque no les queda de otra, no es un héroe como lo quieren romantizar al trabajador sobre explotado. Y esto lo hacen renunciado a derechos como el descanso, al tiempo en familia y al esparcimiento”. También señaló que el presidente anterior destruyó a las movilizaciones sociales, los sindicatos y gremios están divididos, polarizados, sin embargo, están surgiendo y creciendo movimientos vinculados al activismo o al feminismo. Son estos últimos la esperanza de que pueda recuperarse esa organización. “La fecha nos marcó la importancia de la movilización social y de la organización para construir, transformar los derechos de los trabajadores. A lo largo de la historia se demostró que ningún derecho fue entregado como un favor a los trabajadores, sino que fueron resultados de una lucha”, dijo. En tanto recordó que en medio un marco socio-económico convulsionado, el empresario Daniel Noboa – de 35 años - asumió como presidente de Ecuador. “Arrancó con una importante crisis de seguridad, por eso el aparato del estado se enfocó en eso, dejando de lado la reactivación económica y la generación de empleo”. CRIMEN ORGANIZADO El periodista comentó que el comercio informal es la principal actividad en Ecuador, en paralelo están las actividades vinculadas al narcotráfico. “El desempleo y la inseguridad tienen una vinculo ineludible. Los sitios donde el estado no está, donde no se ha generado empleo, donde no se ha garantizado los derechos sociales básicos de la ciudadanía, los sitios abandonados del Estado son los sitios perfectos para que las mafias, establezcan estructuras y empresas para captar jóvenes y que ellos sean los motores de la economía en esos sectores, con la consecuencia que eso tiene”. Alfajor de yerba mate”. “Es un círculo perverso que solo puede romperse desde el Estado. No hay, no vemos un plan que se enfoque en reactivar la economía”. TEXTO: El Día del Trabajo despertó sentimientos agridulces en redes LupaDigital. En la esfera digital los usuarios pasaron del optimismo a la crítica y el pesimismo sobre la situación laboral del país. Las redes fueron un termómetro de la incertidumbre que viven los ecuatorianos por la falta de un empleo. Con eufemismos se trató de maquillar el abuso laboral. Hubo 640 publicaciones optimistas versus 451 negativos en un país que clama por oportunidades en el Día del Trabajador. Por Andrés Jaramillo ¡Feliz Día Internacional del Trabajador! Esta expresión, con sus variaciones, inundó las redes sociales cuando amaneció este miércoles 1 de mayo de 2024. Hizo que el sentimiento positivo crezca en la conversación digital de Ecuador, como si fuera el Día de la Madre o San Valentín. Hubo 640 publicaciones optimistas hasta las 10:00, versus 451 ‘posteos’ negativos. Luego, la brecha comenzó a cerrarse conforme los usuarios cuestionaron el sobre entusiasmo de un país en el que, de los más de 13.1 millones de personas en edad trabajar, apenas poco más de 2.9 millones tienen un empleo adecuado. Es decir, un empleo donde se gana igual o más del salario mínimo, se labora igual o más de 40 horas a la semana y se tiene prestaciones, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). Los ‘posteos’ negativos recordaron la falta de oportunidades para las personas que, incluso con título de cuarto nivel, no pueden conseguir trabajo. A las familias que han perdido a sus padres, madres o hijos tratando de emigrar a Estados Unidos en busca de oportunidades. A quienes tienen que pelear duro por un puesto al que postulan cientos de personas, en momentos en que se debería celebrar el avance y no el retroceso de los derechos laborales. El Día Internacional de los Trabajadores, precisamente, se instauró hace 135 años para conmemorar las luchas del movimiento obrero mundial que permitieron reivindicaciones laborales como la reducción de las jornadas laborales a ocho horas y el derecho al descanso. Sin embargo, y sobre todo luego de la pandemia por la COVID19, que provocó una crisis económica mundial, se crearon las condiciones para que la precarización laboral se normalice. Incluso, acudiendo a eufemismos. Así, en la actualidad, lo que se llama ‘colaborador’ de una empresa, en realidad es un desempleado/a que cumple una labor sin recibir una remuneración, con la esperanza de que en algún momento se le reconozca económicamente ese esfuerzo. No es que las nuevas generaciones prefieran la flexibilización laboral. En realidad, no tienen otra opción que aceptar trabajos ocasionales para ganar experiencia, sacrificando prestaciones e ingresos. El que consigue dos o tres trabajos para subsistir no es héroe ni ejemplo para seguir. Si sacrifica su tiempo libre, esparcimiento y la familia es porque no se puede dar el lujo de renunciar. Las urgencias económicas lo consumen. Entonces, ¿cuál feliz día? ¿cuál trabajo? El Día Internacional del Trabajador, lejos del romanticismo que lo envuelve, debería ser un llamado a la acción. Una oportunidad para recuperar la organización, y la movilización social, que hace más de 135 años nos enseñaron que son instrumentos indispensables para luchar por un empleo digno.

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