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  • Crucero General Belgrano: el día que siete rosarinos murieron en la peor tragedia naval argentina

    » La Capital

    Fecha: 02/05/2024 15:06

    Hace 42 años un submarino inglés hundió al crucero ARA General Belgrano. Cómo fueron las horas previas y un recuerdo que interpela y estremece. El rosarino Daniel Esturel tenía 18 años. Su cuerpo y el de otros tres tripulantes del Belgrano fue hallado sin vida quince días después del hundimiento en una balsa que navegaba a la deriva por el océano. El rosarino Felipe Gallo tenía 23 años. Al momento del ataque estaba de guardia en la sala de máquinas, el sitio donde impactó el primer torpedo. El crucero ARA General Belgrano en una de las últimas imágenes antes de hundirse en el océano el 2 de mayo de 1982 tras ser atacado por el submarino nuclear inglés HMS Conqueror. El ataque causó la muerte de 323 tripulantes. Un día como hoy, hace 42 años, 37 santafesinos, entre ellos siete rosarinos , perdieron la vida en lo que fue la tragedia naval argentina más grande de la historia: el hundimiento del crucero ARA General Belgrano. Dos torpedos lanzados por el submarino nuclear inglés Conqueror mandaron la nave tripulada por 1.093 marinos al fondo del océano en menos de una hora. El buque navegaba fuera de la zona de exclusión y en el ataque murieron 323 personas, casi la mitad de todas las bajas que tuvo el país durante la guerra de Malvinas. Hace dos años, La Capital recordó cómo fueron los últimos minutos de estos rosarinos en el Crucero y hoy reedita ese texto como homenaje a 42 años del hundimiento. Felipe Gallo había tomado la guardia de la sala de máquinas dos minutos antes de que el primer torpedo impactara en ese lugar. Marcelo Cruz había terminado la suya en el sector de cañones, almorzó y se acostó a dormir una siesta. Daniel Esturel, en tanto, estaba en la zona del comedor . Los tres se habían ido de Rosario unos años antes para estudiar en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), un destino que elegían muchos adolescentes que cursaban en escuelas técnicas, les gustaba el mar y veían en esa opción la posibilidad de conjugar el oficio con la vida de marino. Unos días antes de zarpar en el crucero, Gallo había ido junto a su esposa y su pequeño bebé a la plaza de Mayo, como miles de argentinos, a celebrar la reconquista de las Malvinas. Un general de voz aguardentosa vociferaba desafiante desde el balcón de la Casa Rosada y les decía los ingleses “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”. 78296329.jpg El rosarino Felipe Gallo tenía 23 años. Al momento del ataque estaba de guardia en la sala de máquinas, el sitio donde impactó el primer torpedo. Foto: Héctor Rio / La Capital Gritó, agitó la bandera y emprendió el regreso a casa. Al llegar encontró debajo de la puerta el telegrama que le ordenaba presentarse en Puerto Belgrano para unirse a la tripulación del crucero como electricista. Cruz ya estaba en esa tripulación, donde había llegado en enero de 1981. Atrás había quedado su paso por la antigua Técnica Nº 3, en Buenos Aires entre San Juan y San Luis. Tenía 20 años. Esturel, con 18, ya era mecánico naval, estaba becado en la Fragata Libertad, pero al desatarse el conflicto también fue destinado al Belgrano. El 16 de abril los tres zarparon desde la base naval de Puerto Belgrano hacia Ushuaia. En la tripulación había muchos santafesinos, la vida de 37 de ellos se apagaron ese fatídico 2 de mayo. La explosión El viaje hasta Ushuaia no tuvo contratiempos. Allí se reabastecieron y partieron el 24 de abril mar adentro con la misión de patrullar los movimientos de posibles naves enemigas. Tres días después, los altoparlantes del buque comunicaron a toda la tripulación que era el cumpleaños de Cruz. El rosarino de barrio Tablada se puso contento. “Imagináte que ahí en el crucero éramos más de mil, a muchos no los conocés, pero te ponía bien que te saludaran. Fue un cumple distinto”, recuerda hoy. Por ese entonces, nadie imaginaba lo que sucedería cinco días después. El enemigo acechaba en las profundidades y esperaba el momento exacto para atacar. Efemérides 02 Mayo de 1982 Hundimiento del Belgrano El fatídico 2 de mayo amaneció despejado. Era domingo y la rutina en el crucero seguía sin contratiempos. Cruz dejó la guardia en el sector de control de cañones y radar a las 12. Almorzó y se fue a dormir la siesta. A Gallo, en tanto, le tocó tomar la guardia en la sala de máquinas a las 16. Dos minutos después una fuerte explosión sacudió la nave y la dejó sin electricidad. El torpedo impactó en ese sector. “Arriba estaba uno de los dormitorios más grandes y el comedor, por eso el primer torpedo causó la mayoría de las muertes”, asegura Cruz. La explosión lo despertó en el camarote, que estaba en el otro extremo del barco. “Yo me había preparado un bolsito con una linterna, por si pasaba algo. Estaba todo oscuro y los parlantes no funcionaban. Busqué una de las salidas y subí a cubierta”. En eso estaba cuando llegó el segundo torpedo, que impactó en la proa y la partió. “En la cubierta todo era orden. No fue una locura de gente gritando. Todos sabíamos lo que teníamos que hacer. Escuchamos la orden de abandonar el buque. La daban con megáfonos porque no andaba el sistema de parlantes”, asegura Cruz. En el otro extremo del crucero, Gallo había quedado muy malherido. Fue uno de los pocos que sacaron con vida de la sala de máquinas y lo llevaron a una balsa salvavidas. En otra embarcó Esturel junto a tres compañeros. Muy pocos para una balsa. El frío y las heridas terminaron con ellos. Los encontró quince días después flotando a la deriva un pesquero ruso. Gallo, en tanto, falleció en el buque hospital. 78358658.jpg El rosarino Daniel Esturel tenía 18 años. Su cuerpo y el de otros tres tripulantes del Belgrano fue hallado sin vida quince días después del hundimiento en una balsa que navegaba a la deriva por el océano. Cruz logró descender por una larga soga hasta otra balsa. En esa iban 18. Fueron rescatados más de 24 horas después. Y en el medio tuvieron que atravesar una tormenta que los sorprendió en plena noche. “Cerramos la balsa y le pegábamos al techo para sacar el agua. Las olas eran tremendas. Nos abrazamos todos para darnos calor porque el frío era muy grande y encima yo estaba en mangas cortas”, recuerda. El crucero se hundió a las 17 de ese domingo 2 de mayo, hace exactamente 40 años. De los tres rosarinos protagonistas de esta historia solo Cruz regresó con vida. El ataque inglés mató a siete marinos de esta ciudad: Oscar Alvarez; Jorge Cicotti; Daniel Esturel; Felipe Gallo; Juan Luis Gregori; Roberto Lobo y Saverio Maragliano. Los registros incluyen por error a Soriano Sotelo, un joven soldado que en rigor era nicoleño. Embed Un homenaje que llegó 40 años después Hace dos años, los restos del rosarino Felipe Gallo fueron depositados en el Paseo de los Ilustres del cementerio El Salvador, luego de que por años estuvieran olvidados en un sector muy deteriorado de esa necrópolis. Gallo tenía 23 años, había nacido en Fisherton, era suboficial de la Armada y falleció días después del hundimiento del Belgrano a raíz de las profundas quemaduras y heridas que sufrió. Había tomado la guardia en la sala de máquinas del buque minutos antes de que impactara en ese lugar el primer torpedo que lanzó el submarino nuclear inglés Conqueror. Ese primer impactó se llevó las vidas de más de 300 de los 323 tripulantes que fallecieron en el ataque. El resto murió en las balsas salvavidas o días después en el buque hospital.

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