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» El cordillerano
Fecha: 02/05/2024 10:35
02/05/2024 El consumo masivo volvió a sufrir una fuerte caída durante el mes de marzo, según datos de la consultora Scentia. En esta ocasión, la variación negativa fue del 7,3% en supermercados, lo que pone en evidencia la situación crítica del sector del retail. Esta disminución en las ventas se ha extendido a todos los canales de distribución, incluyendo mayoristas, autoservicios y farmacias, alarmando a los representantes de las grandes cadenas. La falta de poder adquisitivo de los consumidores afecta principalmente a productos de primera necesidad, como alimentos, bebidas, artículos de higiene y limpieza. El estudio de la consultora Scentia revela un panorama desalentador para el sector del retail, con una caída del 7,3% en las ventas de supermercados, un 10% en mayoristas y un 20,2% en las cadenas de farmacias. Ni siquiera los autoservicios independientes lograron escapar de esta tendencia negativa, registrando una reducción del 7,6% en el mismo período. Esta disminución se observa en todas las categorías del consumo masivo, como alimentación, bebidas con alcohol, higiene y cosmética, y limpieza y ropa del hogar. Resulta preocupante que esta caída no se limita a productos considerados suntuarios o postergables, lo que indica el deterioro del poder adquisitivo de las familias desde diciembre. Incluso se puede apreciar una reducción del 20% en las ventas de leche, un producto indispensable para la mayoría de los hogares. Estos datos reflejan un problema que va más allá de un boicot, revelando una pérdida real de capacidad de compra por parte de los consumidores. Además del impacto económico, esta fuerte caída en el consumo tiene repercusiones en la confianza del público hacia la gestión del presidente Javier Milei. Diversos indicadores señalan una disminución en la confianza en el Gobierno, como lo muestra el Indice de Confianza en el Gobierno (ICG) de la Universidad Torcuato di Tella. En abril, este índice sufrió una caída del 4,4%, y en comparación con abril de 2016 y abril de 2020, está un 9,9% y un 25,4% por debajo, respectivamente. El deterioro de la confianza en el Gobierno se refleja no solo en la gestión económica, sino también en otros aspectos evaluados por el ICG, como la preocupación por el interés general, la eficiencia en el gasto público y la capacidad para resolver problemas. Sin embargo, se destaca un repunte en la consideración de la honestidad de los funcionarios. Esta situación pone en evidencia la agotamiento de la llamada "luna de miel" del Gobierno, a medida que se agravan los problemas económicos y laborales. En definitiva, el derrumbe del consumo en marzo, con una disminución del 7,3% en supermercados, refleja la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores. Esta caída se extiende a todos los canales de distribución y afecta a categorías de productos indispensables. Además, la confianza en el Gobierno muestra un descenso significativo, lo que indica la preocupación de la sociedad por la situación económica y las perspectivas a futuro.
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