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Fecha: 02/05/2024 08:40
Pedro Guzmán trabaja como imprentero desde que era adolescente. Siempre alegre y de buen humor, Pedro Enrique Guzmán llega todos los días a su trabajo bien temprano. Antes de comenzar con su labor, aparece por la redacción de Zonda Diario y saluda a todos. Es que sus tareas las cumple en el mismo edificio del Grupo Zonda Medios. A sus 66 años, Pedro nunca dejó de trabajar. En la actualidad, se desempeña en Industrias Gráficas Zonda, donde pasa sus horas entre papeles, abrochadoras y la música de Chayanne y Luis Miguel, que tanto le gusta. Desde que tenía 14 años, el imprentero, fue mirando lo que hacía su hermano Carlos Giménez, porque él ya tenía su imprenta. "Allá por el "74, cuando tenía 16 años, empecé a trabajar con mi hermano. Él se encargaba de la tipografía y yo encuadernada. Después fui parando letras, armando textos y así aprendí el oficio", cuenta Pedro rememorando viejos tiempos. El hermano de Pedro abrió su propia imprenta el 20 de marzo del 74, lugar donde aprehendió todo. "Mi hermano me enseñó a guillotinar, a abrochar, a armar todo lo relativo a las impresiones que se hacían, folletos, libros, tarjetas y almanaques. Me dediqué a la imprenta de la mano de mi hermano, por eso estoy muy agradecido", relata Guzmán. Con el paso del tiempo, la imprenta de estos hermanos fue cambiando de domicilio hasta que Pedro se fue a Mendoza y dejó por un tiempo este trabajo. Sin embargo, el amor por lo aprendido durante toda su vida, le hizo retomar su oficio otra vez en San Juan, hasta que, en el 2015, ingresó a Industrias Gráficas Zonda. "Acá me siento feliz trabajando, porque todos los días aprendo junto a Luis Ortiz, quien es mi jefe y me ha enseñado mucho hasta ahora, sobre todo lo relativo a la parte informática", dice Pedro. El avance tecnológico de las impresiones no ha sido ningún obstáculo para este imprentero que le pone ganas al trabajo, a la vida y a su familia. "No puedo negar que me costó un poco esa parte informática, pero voy adaptándome", afirma. Pedro Guzmán se jubiló el año pasado, pero no abandonó el trabajo que sabe hacer. "En las tardes salgo todos los días a vender anotadores y libretas de distintos tamaños para los negocios. Mientras tenga salud voy a estar activo", asegura Guzmán. Así como demuestra su pasión por el oficio, Pedro no deja de hacerlo por su familia, compuesta por Yoli, su esposa, su hijo Marcelo Alejandro y sus cinco nietos Agustín, Wiliam, Sol, Lian y Dilán; y por el club Del Bono. Es que además de imprentero, Guzmán, oriundo de Rivadavia, fue arquero del bodeguero. "Jugué en el club desde muy chico. Tengo amigos de la infancia y del fútbol en la Esquina Colorada. Así es que eso también es parte de mi vida", comenta. Pedro Guzmán es el imprentero, que, día tras día, honra su trabajo poniéndole entusiasmo y dedicación. Notas Relacionadas
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