Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Vikingur Ólafsson: la nueva superestrella mundial del piano clásico que abrió los oídos gracias a Martha Argerich

    » Clarin

    Fecha: 02/05/2024 07:48

    En la actualidad los buenos pianistas abundan, con similares niveles extraordinarios de dominio técnico, una amplia capacidad emocional y expresiva, pero en muy pocos se destaca una personalidad artística singular, como la tuvieron algunos de los grandes pianistas del siglo XX. El pianista islandés Vikingur Ólafsson, apodado por la crítica anglosajona "La nueva superestrella del piano clásico" y "El Glenn Gould (por el famoso pianista canadiense) de Islandia" es de lo más singular de la escena actual. Vikingur Ólafsson nació en Islandia hace 40 años, es parte de la última generación que se crió sin acceso masivo a las redes sociales y sus interacciones, y es el primer pianista islandés que se proyecta internacionalmente. Islandia nunca fue parte del itinerario en las giras de los grandes pianistas del siglo pasado, así que Vikingur creció escuchándolos a través de grabaciones. Entre sus artistas favoritos figuran Emil Gilels, Edwin Fischer, Glenn Gould, Dinu Lipatti, la argentina Martha Argerich, Jacques Loussier, Vladimir Horowitz y Murray Perahia. Con la tutela de una mamá profesora de piano, la personalidad artística de Vikingur se fue desarrollando con libertad, sin ansiedades, fuera de los marcos tradicionales y con escasa participación en concursos. Cuando se mudó a los Estados Unidos para estudiar en la Escuela Juilliard de Nueva York tenía 18 años. Recién ahí comenzó a interactuar en un circuito profesional. El estrés y la ansiedad por las que transitaban sus compañeros pianistas era desconocida para Vikingur, que siempre se sentó a tocar porque tenía ganas y no por obligación. Con un concurso ganado y otro perdido, el balance de ambas experiencias le resultó similar: si ganar un concurso significaba perder autonomía para diseñar su propia carrera, la elección fue no participar en esos circuitos. Víkingur Ólaffson, a los 40 años, el finlandés es uno de los pianistas más destacados de la escena actual. La primera vez que vio en vivo a Argerich En la ciudad de los rascacielos escuchó por primera vez a Martha Argerich en vivo, y fue ella -según contó Vikingur en una entrevista- quien le abrió los oídos a nuevos colores y posibilidades en el piano. “La forma en que ella pinta textura en el sonido y le da forma rapsódica al ritmo, así como esas increíbles octavas y pirotecnia, todavía me deja boquiabierto”, confesó el pianista. Las ideas innovadoras de Vikingur se reflejan en la manera de pensar e interpretar el repertorio, sus particulares concepciones sobre el instrumento y sus singulares elecciones sobre lo que elige tocar, sin más determinaciones que lo que tiene ganas de hacer. En las notas que el pianista escribió en su álbum dedicado a Bach se lee una especie de manifiesto: "Nosotros, los intérpretes, debemos sopesar nuestro conocimiento del estilo de la época con nuestra sensibilidad individual e ineludiblemente contemporánea". El artista no hace distinciones en el repertorio, toda la música que toca la piensa como música contemporánea; y así suena, con la inmediatez y vitalidad de algo recién escrito. Primer álbum y, enseguida, cambio de dirección En su primer álbum Víkingur Ólaffson grabó música de Philip Glass. Cuando su discográfica pretendía que sigueria por ese camino, él se plantó e hizo un disco con composiciones de Bach. Su debut discográfico internacional lo hizo a los 33 años para la Deutsche Grammophon con la música de Philip Glass. El éxito fue tan grande que la compañía propuso seguir en la misma dirección, músicos americanos contemporáneos, pero el pianista ya tenía en mente grabar la música de Bach. Fue una negociación tensa, el artista estaba dispuesto a romper contrato e irse, finalmente aceptaron y el álbum dedicado a Bach fue otro éxito aun mayor que el anterior. Con una arquitectura parecida a un álbum pop, ninguna pieza dura más de cinco minutos y medio, algunas menos. En el siguiente álbum, Ólafsson sorprendió con una combinación inusual: Debussy y Rameau, impresionismo y barroco, dos visiones que a nadie se le había ocurrido juntar antes. La idea original fue mostrar a Rameau como el futurista que fue y al revolucionario Debussy con un arraigo profundo en el Barroco. Él proyecto siguió cosechando éxitos en la industria discográfica. No menos exitoso resultó Bach Reworks, al estilo hipster (jóvenes bohemios), lanzó un álbum doble en vinilo y formato digital, donde llevó aún más lejos sus interpretaciones y replanteos de Bach: combinó música electrónica con sus versiones de Bach. También convocó a músicos y compositores como Ryuichi Sakamoto, Hildur Guðnadóttir, Ben Frost, y Hans-Joachim Roedelius para contribuir con remezclas. La TV y su manera de grabar El pianista llegó a la televisión con dos series sobre música clásica, también escribió y presentó programas de radio, como su admirado Glenn Gould, con quién también comparte su visión de la grabación como un arte. Víkingur Ólaffson, en el Teatro Sodre, de Montevideo. Una pena que no haya podido tocar en la Argentina. Foto: Federico Borges Para Ólafsson, grabar es una forma más personal de expresión. Pudiendo seleccionar las mejores salas del mundo, el pianista eligió grabar sus dos primeros álbumes en Reykjavik, en un espacio que se parece más a un gimnasio que una sala de conciertos, sin sillas y con un piso duro. Pero la sonoridad específica del lugar es un hallazgo que se escucha en las grabaciones y le da una atmósfera realmente especial. Mozart & Contemporaries (2021), From Afar (2022), y el proyecto más reciente Variaciones Goldberg (2023) son sus últimas grabaciones y llevan, junto con sus otros registros, 600 millones de reproducciones. En 2024, Vikingur cumplió 40 años y decidió celebrarlo tocando por el mundo las Variaciones Goldberg, su obra favorita. Le llevó 25 años al artista concretar su viejo sueño de grabar lo que considera el mensaje de Bach para la posteridad. El lunes 22 de abril, el pianista se presentó en Uruguay, en el Teatro Sodre -una picardía que el artista no se haya presentado en la Argentina, pero lamentablemente las condiciones económicas actuales lo impidieron- y abrió la temporada 2024 del Centro Cultural de Música, que preside Vera Heller-Bergengruen, una temporada en la que también se presentarán los pianistas Lang Lang y Daniil Trifonov. La versión que ofreció Ólafsson de las Variaciones Goldberg fue descomunal. Aunque lleva un poco más de cien presentaciones tocando la misma obra, su interpretación se escuchó tan fresca como si fuera la primera vez. La naturaleza cíclica de la obra, como una metáfora de la condición humana, invita a una narrativa que el pianista desarrolló con una organicidad pasmosa. Treinta comienzos y 30 conclusiones en los casi 77 minutos ininterrumpidos que duró la obra, con sus 30 variaciones -el pianista hizo todas las repeticiones- más el Aria de apertura y cierre, todo se integró en un cosmos hipnótico.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por