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  • El futuro del trabajo: Desafíos y oportunidades en un mundo en transformación

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    Fecha: 02/05/2024 07:39

    Una buena noticia es que, a pesar de que la inteligencia artificial y la automatización van ganando terreno, no desplazarán a los recursos humanos, sino que se planteará el desafío de la convivencia. Una investigación realizada por ManpowerGroup y titulada “Reinicio de la Revolución de las Habilidades” revela que se están creando más puestos de trabajo de los que se eliminan. De hecho, se estima que para 2025 las tareas se dividirán por igual entre las personas y las máquinas, mientras que 97 millones de nuevos empleos surgirán en la inteligencia artificial (IA), la economía verde y la economía del cuidado. Este análisis nos presenta un escenario optimista, aunque desafiante. La tecnología, lejos de suplantar al ser humano, se convierte en su aliada en la construcción de un futuro laboral más inclusivo y dinámico. La inteligencia artificial, en lugar de ser vista como una amenaza, abre paso a nuevas oportunidades de empleo, especialmente en sectores emergentes como la economía verde y el cuidado. Sin embargo, es crucial reconocer que la transición hacia este nuevo paradigma no será fácil ni homogénea. Es necesario un esfuerzo coordinado entre gobiernos, empresas, instituciones educativas y la sociedad en su conjunto para asegurar que todos tengan acceso a las habilidades y herramientas necesarias para prosperar en esta nueva era laboral. La formación continua y la actualización de habilidades serán pilares fundamentales en este proceso. Las instituciones educativas y las empresas deben adaptarse a las demandas del mercado, ofreciendo programas de capacitación y reciclaje profesional que preparen a los trabajadores para los empleos del futuro. Asimismo, es esencial promover la diversidad y la inclusión en todos los ámbitos laborales, reconociendo el valor de las diferentes perspectivas y experiencias. En este sentido, la pandemia ha actuado como un catalizador de cambios, acelerando la adopción de modalidades de trabajo flexibles y remotos, así como resaltando la importancia de sectores como la salud y el cuidado. Estos cambios, lejos de ser temporales, han llegado para quedarse y transformarán la forma en que concebimos el trabajo y la vida en sociedad. Respecto del mercado local, el 93 por ciento de los empleadores que están en un proceso de automatización prevé aumentar o mantener su plantilla, en comparación con sólo el cinco por ciento que planea reducirla. Los centros de formación ya están analizando los cambios que se suceden en el mercado laboral para sumar propuestas. Todo parece indicar que, si bien muchos trabajos desaparecerán en el futuro, muchos otros aparecerán o se desarrollarán. Los nuevos trabajos estarán más vinculados con los servicios, el medioambiente, la biotecnología, la gestión, el arte, el entretenimiento, el marketing basado en un mayor conocimiento del mercado, el procesamiento de la infinidad de datos que se generan, la información y la robótica. Los expertos sostienen que la innovación compartirá escenario con las prácticas tradicionales. Hay actividades que, más allá del avance de la tecnología, seguirán siendo esencialmente humanas, como la medicina o la educación. Este análisis local refuerza la idea de que el futuro del trabajo será moldeado por una combinación de factores globales y locales. Si bien la digitalización y la automatización serán motores importantes de cambio, también lo serán las particularidades de cada país y región. Es esencial que los centros de formación y las instituciones educativas estén atentos a estas tendencias, adaptando sus programas y currículos para preparar a los trabajadores para los empleos del futuro. La diversificación de las habilidades será clave en este proceso, así como el fomento de la creatividad, la adaptabilidad y la resiliencia. La intersección entre la tecnología y las prácticas tradicionales también será fundamental, destacando la necesidad de una formación integral que combine conocimientos técnicos con habilidades interpersonales. Pero para saber qué deparará el futuro, es importante conocer la situación presente. Y lo que se observa es un desfasaje entre oferta y demanda de trabajo. Según un estudio de Adecco Argentina, las empresas creen que los perfiles más difíciles de encontrar en los próximos meses serán los operativos y de producción. Hay algunos aspectos que se volvieron protagonistas luego de los tiempos de cambio que vivimos, tales como comunicación, resolución de problemas, pensamiento crítico y liderazgo. Aspectos que forman parte de las conocidas habilidades blandas. Insiste en que los líderes encargados de forjar la próxima generación de desarrollo están cada vez más convencidos de que las habilidades blandas son claves para conectar y motivar a los colaboradores. En la próxima década, los trabajos que tendrán mayor demanda serán aquellos que tengan que ver con tareas intelectuales, no repetitivas. Este análisis detallado de la situación actual del mercado laboral argentino revela tanto desafíos como oportunidades para el futuro del trabajo. Es claro que existe una demanda creciente de perfiles relacionados con la tecnología, los servicios y el cuidado, mientras que algunos sectores tradicionales enfrentan dificultades para encontrar talento. Es alentador ver que las empresas están reconociendo la importancia de las habilidades blandas, como la comunicación y el liderazgo, en la formación de equipos exitosos. Esto sugiere un cambio de paradigma en la manera en que se concibe el trabajo, priorizando el bienestar y el desarrollo integral de los colaboradores. La sostenibilidad y el impacto ambiental también se traducirán en la necesidad de cubrir puestos específicos, todos aquellos que trabajen en lo que se denomina la economía verde. Eso implica el cuidado y la reparación de los problemas, los descuidos y los desastres que estamos haciendo en el medioambiente. La Cámara de la Industria del Software (Cessi), a cargo del programa de empleo y formación Software as Future (SaaF) 2031, advierte que, pese a que actualmente hay una demanda alta (y en crecimiento) de profesionales vinculados con las carreras de programación, se están creando nuevas tecnologías y herramientas que cuentan con inteligencia artificial que favorecen la simplificación de los procesos de desarrollo de software. En consecuencia, la tendencia para los próximos años estará más relacionada con el análisis de problemas y el descubrimiento de alternativas de desarrollo de software, además de la supervisión y programación que se va a hacer con herramientas muy distintas a las que se usan en la actualidad. Argencon, entidad que nuclea a empresas de la economía del conocimiento, proyecta que las que crearán oportunidades de empleo serán las actividades vinculadas con las tecnologías de la información (computación, inteligencia artificial, ciencia de datos). Pero también las ciencias biológicas o ciencias de la vida, al igual que lo relativo a la generación de nuevas fuentes de energía y el tratamiento de ciencias del suelo; y, en líneas generales, todo lo vinculado a ciencias exactas, matemáticas y físicas. Las profesiones que se impondrán en el futuro requerirán habilidades específicas que se podrán potenciar e incluso crear. Y la buena noticia: será posible también la reconversión o la convergencia desde otros campos. De ese híbrido, y del conocimiento complejo que da la formación en distintos saberes, se pueden obtener nuevas habilidades. El mundo se orientará a la conjunción de conocimientos. Las exigencias del futuro obligan a un proceso de cambio y adaptación desde el presente. Hay mucho análisis acerca de cómo serán los trabajos del futuro, pero bastante menos tiempo se dedica a pensar y trabajar en la educación del presente que permita a los niños y jóvenes de hoy acceder a ellos y también a crearlos. Hay conocimientos que son esenciales para la adecuada asimilación de los saberes: matemática, lengua (escrita y oral) y ciencias. La importancia de la versatilidad y la apertura mental, así como la capacidad de trabajar en equipo y, particularmente, en grupos interdisciplinarios. En materia de educación formal, vamos a necesitar desarrollar tecnología y eso implica formar personas que no estudien de los libros, sino que hagan, que vivan, dentro del laboratorio y que experimenten la creación y trabajar desde el lugar del conocimiento. La clave no está en las capacidades tomadas individualmente, sino en desarrollar tres tipos de alfabetizaciones: la humana, la de los datos y la tecnológica. Son como tres grandes segmentos y las capacidades y habilidades requeridas se pueden agrupar en esa dirección. Los nuevos perfiles no serán fáciles de hallar y se profundizará un problema que las tecnológicas tienen muy presente. Según la Encuesta Global de Escasez de Talento que realizó Manpower en 2021 entre más de 45.000 personas en 43 países y territorios, en 15 años habrá un pico máximo de escasez de talento. Esto responderá a que la dificultad de encontrar habilidades blandas y conocimientos técnicos, tanto en el país como a nivel mundial, está aumentando a un ritmo sin precedentes. La flexibilidad es un concepto clave para los trabajos del futuro y del presente también porque ya lo estamos viendo. Para las compañías que deciden hacer una transición hacia esa modalidad, se recomiendan cuatro pasos: identificar roles adecuados para realizarlo, definir el esquema a implementar y los beneficios esperados, detectar posibles dificultades y crear estructuras de apoyo organizacional para abordar los probables obstáculos. El trabajo del futuro será dinámico y diverso, ofreciendo oportunidades para aquellos que estén dispuestos a adaptarse y aprender. Aunque habrá desafíos por delante, también habrá grandes recompensas para aquellos que estén preparados para aprovechar las oportunidades que se presenten.

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