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  • ¿Puede un baño de sonido eliminar tus preocupaciones?

    » La Nacion

    Fecha: 02/05/2024 03:15

    Los especialistas detallan los beneficios para la salud de escuchar gongs, campanillas y cuencos de cristal The New York Times Escuchar Mientras el sol se ponía sobre el Océano Pacífico y en la playa refrescaba, una voz me invitó a escanear mi cuerpo en busca de sentimientos de impotencia. “Luego respirá en esa zona para dejarlos ir”, dijo Sara Sofia Bousiali, líder del baño de sonido de la noche. Junto con otros 21 participantes acostados en la arena en Santa Mónica este abril, escuchamos a la Sra. Bousiali tocar cuencos de cristal y campanillas mientras nos guiaba en una meditación de una hora. En los baños de sonido a los que asistí, los ruidos de campanas parecían llenar mi cuerpo y disipar los pensamientos acelerados. Perdí la noción del tiempo. “Los ´baños´ de sonido terapéutico existen desde hace algunas décadas”, dijo Jamie Bechtold, cofundador y propietario de un estudio de baños de sonido en Los Ángeles. Pero agregó que ha visto crecer su popularidad en los últimos cinco años y últimamente se han extendido más allá de los lugares de bienestar como el sur de California. Han aparecido en todo los Estados Unidos: se ofrecen en un estudio de yoga en Cleveland, en un granero en las afueras de Raleigh, en eventos corporativos e incluso en el escenario de Coachella. ¿Qué es un baño de sonido? Durante un baño de sonido, los participantes se sumergen en tonos y vibraciones de instrumentos como gongs, campanillas, campanas y cuencos tibetanos. Algunos instructores también suman meditaciones guiadas o rituales de bienestar como la curación energética Reiki. Los baños de sonido han ganado popularidad en los últimos cinco años y se han extendido más allá de los lugares de bienestar Mizaell - Shutterstock “El nombre de esta técnica surge de la idea de que ondas de sonido bañan a las personas”, dijo Tamara Goldsby, psicóloga investigadora de la Universidad de California en San Diego que ha estudiado los baños de sonido. Si bien este método se inspira y utiliza instrumentos de diversas tradiciones espirituales, son parte de la cultura moderna del bienestar. Las sesiones prometen relajación y algunas personas pueden incluso quedarse dormidas. En dos baños de sonido a los que asistí, los guías le dijeron a los participantes que se prepararan para posibles ronquidos. Al respecto, algunos participantes han confesado que los baños de sonido les despertaron sentimientos fuertes, así como sensaciones corporales poderosas. “Sentí mucha intensidad”, dijo Ann-Marie Lindblad, cineasta y música, luego de haber participado de un baño de sonido de gong en el noreste de Los Ángeles a principios de este mes. La experiencia podría haber sido abrumadora si mi mente no hubiera estado sólida. Las sesiones prometen relajación y algunas personas pueden quedarse dormidas Mizaell - Shutterstock “Las personas sensibles al sonido deben tener cuidado con los baños de sonido a los que asisten”, advirtió la Dra. Goldsby, y sugirió buscar profesionales con amplia experiencia en el tema. “Los sonidos de los cuencos de cristal pueden resultar incómodos cuando se tocan demasiado alto”, explicó. El sonido y nuestra salud “El sonido puede afectar nuestra salud física y mental”, sostuvo Nina Kraus, neurobióloga de la Universidad Northwestern y autora de Of Sound Mind: How Our Brain Constructs a Meaningful Sonic World. Lo que pasa es que “no se lo reconoce lo suficiente porque es invisible”. añadió la Dra. Kraus. Por ejemplo, pocas personas se dan cuenta de cuánto ruido de fondo, por ejemplo un aire acondicionado o una máquina de cortar pasto, puede afectar cómo nos sentimos”, agregó la experta. Al respecto comentó que son varios los sistemas dentro del cuerpo que desempeñan un papel en la forma en que procesamos el sonido, afectando cómo pensamos, cómo nos sentimos y cómo nos movemos. “El sonido también está profundamente vinculado a la memoria por lo que puede afectar emocional y psicológicamente a una persona”, detalló la Dra. Kraus. La forma en que procesamos el sonido afecta cómo pensamos, cómo nos sentimos y cómo nos movemos Mizaell - Shutterstock La práctica de la curación con sonido, incluidos los baños de sonido, no ha sido ampliamente estudiada. Pero una investigación limitada sugiere que puede proporcionar algunos beneficios, al menos por el momento. En un estudio observacional realizado a 62 personas, se encontró que los participantes tenían menos niveles de ansiedad y depresión después de haber realizado una meditación con cuencos tibetanos a diferencia de cuando se los midió antes de la sesión. La Dra. Goldsby, autora principal del estudio, añadió que algunos participantes informaron sentir menos tensión después de la sesión, y ese efecto fue mayor para aquellos que no habían probado la meditación con sonido antes. Por otro lado, un pequeño ensayo aleatorio a 74 estudiantes universitarios demostró que aquellos que hicieron una meditación de 30 minutos con música didgeridoo sintieron menor ansiedad y estrés agudo en relación a quienes hicieron una meditación silenciosa. Para las personas que tienen ansiedad de manera ocasional, una meditación con sonidos podría ser una herramienta de relajación útil. ¿Deberías probar un baño de sonido? Algunos practicantes hablan maravillas sobre los beneficios a la salud de los baños de sonido afirmando que pueden ayudar a revertir la depresión, reducir la presión arterial y, lo que es más fantástico, incluso reparar el ADN. Aunque “estos beneficios no se pueden probar sin ensayos científicos”, afirmó el Dr. David Silbersweig, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard. Y es difícil saber si “los efectos que las personas reportan provienen de los sonidos mismos o del ambiente relajante en el que se reproducen”, añadió. Algunos instructores tienen cuidado de no exagerar su trabajo. La Sra. Bechtold, profesora de baños de sonido y gongista desde hace 20 años, dijo que veía los baños de sonido como parte de una rutina de bienestar general. “Pueden dar a los participantes tiempo y espacio para procesar las emociones y al mismo tiempo aprender a relajar el cuerpo más profundamente”, añadió. Quizás esa sea una de las claves de su atractivo Alejandra Dávila, de 29 años, que asistió al baño de sonido en la playa de Santa Mónica, dijo que se sintió atraída por las publicaciones en Instagram. “Aunque la idea de probar yoga siempre estuvo latente, esto me pareció más zen y relajante”, dijo Dávila. Por Nicole Stocks The New York Times

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