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  • Para nada resuelto: el sostenimiento del sistema está cada día más complicado

    » La voz

    Fecha: 02/05/2024 01:07

    La problemática energética de la Argentina, en particular el sostenimiento del mercado eléctrico, no está para nada resuelta, a estar por la fuerte deuda que el Gobierno mantiene con la compañía administradora del sistema Cammesa y a través de ella con los generadores de energía. Parte de la imposibilidad para afrontar la situación pasa por que aún con la conocida recomposición tarifaria –que la política califica como “tarifazo”– no alcanza para la plata necesaria para pagarles a los generadores y el escenario “podría encaminarse hacia una judicialización”, dijeron a La Voz fuentes empresariales. A la demanda energética la “ayuda” el freno en las fábricas que se retrotrajo a niveles de 2010. Mientras que en enero del año pasado la caída en el uso de la capacidad instalada de la industria fue del 63%, en igual mes de este año bajó a 54,6% y en febrero tuvo un repunte de tres puntos que casi no modifica la necesidad de electricidad y gas. Según datos de Cammesa, los grandes usuarios industriales demandaron en enero un -5,1% de electricidad en la comparación interanual, en febrero subió 1,1% y en marzo volvió a retrotraerse el -13%. A lo largo del año pasado el consumo promedio de gas natural, por otro lado, bajó -1,2%, fundamentalmente por cuatro variables: cayó fuerte el uso del GNC (-5,4%), casi similar a la disminución de la demanda residencial (-5,1) y de la exportación (-4,8%). La generación también demandó menos (-3%). En esas bajas incidió que hubo un recorte de subsidios y las tarifas aumentaron, menos que lo que van a subir ahora, pero crecieron. En cambio, subió fuerte el uso del gas comercial (+11,4), ¿por efecto de la lluvia de pesos que tuvo la gastronomía y la hotelería durante el año electoral? Más cara, menos demanda La consultora G&G Energy estimó que en el año la demanda de electricidad bajará un 15% anual, con un impacto de -11,9% en la industria, lo cual tiene una contracara: mayor oferta de gas por menos necesidad de este combustible por parte de las generadoras. Un tema central en este panorama, pasa por la interrelación de la deuda del Tesoro con Cammesa, el shock tarifario y el complejo retiro de los subsidios. En marzo, el ahorro producido por el plan “motosierra” un 9% ($ 763.429 millones) son subsidios energéticos. Pero no alcanza porque la deuda es gigante. La acreencia de Cammesa asciende a U$S 1.250 millones (pero en pesos) y se acumuló en un trimestre. En ese número está la deuda exigible de las generadoras que sería de U$S 313 millones. Hay también otras deudas multimillonarias adicionales, como la del Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables y con el Foninvemem. El ministro Luis Caputo ofreció pagar esas obligaciones con instrumentos que no convencen a los acreedores, dado que vencen en 2038, sin intereses o un bono a dos años dollar linked en pesos, ajustable por el tipo de cambio oficial. El temor de fondo del mercado es que el sistema vaya, declamado o indirectamente, a un default. ¿Resiste la segmentación? Hay otro tema que complica el esquema de recaudación de recursos para poder pagarle al mercado eléctrico lo que generó. Es la forma como esta armada la segmentación y los límites sociales a un mayor ajuste de tarifas. Por ejemplo, la segmentación N2, con subsidios plenos por sus bajos ingresos, implica casi la mitad de la totalidad de los usuarios de electricidad. Son 7.971.597 clientes (hay que multiplicar por 4 para tomar la medida de una familia tipo). La N3, que mantienen parcialmente los subsidios, alcanzan a los 2.826.360 titulares de cuenta y los N1, sin ningún tipo de subsidio, suman 5.327.173. Otra disquisición que habla del volumen del problema: quienes están en la segmentación N2, suman el 60,1% de la demanda total de electricidad. Son 39,2 gigaWatts/hora. Quienes pagan tarifa plena (en teoría, los más “pudientes”) consumen 15 GWh y la N3, 1,8GWh. Traducido, a los que más consumen en términos totales es a los que menos se les puede ajustar la tarifa. Con estos datos a la vista, el fórceps creado por la deuda del Estado con Cammesa es difícil de resolver porque tal como ha sido diseñado hasta ahora el esquema de recomposición tarifaria, hay poco margen para recoger fondos de los usuarios destinados a efectuar parte de esos pagos e ir de ese modo estabilizando el sistema. Que aguanten las generadoras Aparece en eso una razón política: en lugar de insistir con más incrementos en las boletas de la luz, lo cual enerva la calle, Caputo prefiere presionar a las empresas para que acepten los mecanismos de pago que en algo se parecen a los bonos Bopreal dirigidos a cubrir la deuda de las empresas con los proveedores del exterior. El bono AE38 que les ofreció el ministro cotiza al 50%, recorte que tiene aquel tufillo a default antes mencionado. En ese recorrido, Caputo contaría con el respaldo de dos popes del sector. Uno es obvio, Horacio Marín, presidente y CEO de YPF. El otro es Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy Group (PAE), una compañía que viene en franco crecimiento en el mercado. Las más golpeadas por esa oferta son generadoras como Pampa, Central Puerto, MSU Energy y Albanesi que tomaron afuera deuda en dólares para realizar inversiones. Albanesi, por ejemplo, está terminando la ampliación de la central Modesto Maranzana, que opera en Río Cuarto. ¿Habría iniciado los trabajos si de antemano hubiera conocido este panorama?

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