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  • Por qué la fortaleza del dólar es un peligro

    » La Nacion

    Fecha: 01/05/2024 01:16

    Entre otras cosas, la apreciación internacional del dólar deja preparado el escenario para un nuevo round pugilístico Trump-China Exclusivo suscriptores The Economist Escuchar El dólar está demostrando una fortaleza cada vez más asombrosa. Como el crecimiento de la economía de Estados Unidos sigue firme y los inversores ya no apuestan a que la Reserva Federal recortará la tasa de interés de referencia, los mercados norteamericanos están inundados de dinero y el billete verde se disparó. Medido contra una canasta de monedas —tasa de cambio efectiva—, en lo que va del año el dólar subió un 4%, y los datos económicos apuntan a una apreciación aún mayor. Con la elección presidencial en ciernes, y tanto demócratas como republicanos decididos a fomentar la industria local norteamericana, el mundo está al borde de un nuevo y difícil periodo de geopolítica de dólar fuerte. Y para complicar aún más las cosas, la fortaleza del dólar es un reflejo de la debilidad de otras monedas . Para fines de 2023, la economía norteamericana era un 8% más grande que a fines de 2019, mientras que en el mismo periodo, las economías de Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón crecieron menos del 2% cada una. Por su parte, el yen está en su valor mínimo de los últimos 34 años, y a principios de este año el euro cayó de 1,10 dólares a 1,07 dólares la unidad: de hecho, algunos operadores ya apuestan a que para principios del año próximo el dólar y el euro alcanzarán la paridad cambiaria. El yen está en su valor mínimo y para principios del próximo año el euro y el dólar alcanzarían la paridad cambiaria picture alliance - picture alliance Si en las elecciones de noviembre gana Donald Trump, el ring está listo para un nuevo round de pugilato. Un dólar fuerte tiende a encarecer el precio de las exportaciones norteamericanas y a abaratar las importaciones que ingresan a ese país, lo que podría profundizar todavía más el irreductible déficit de la balanza comercial de Estados Unidos, la pesadilla que atormenta a Trump desde hace décadas. Según el sitio de noticias Politico, Robert Lightizer, ideólogo de los aranceles a los productos chinos que impuso Trump en su primer mandato, quiere un dólar más débil. Y el actual presidente y precandidato a la reelección, Joe Biden, no ha hecho declaraciones públicas sobre el valor de la moneda, pero queda claro que la apreciación del dólar también complica su política industrial. Para los exportadores de otros países, cuyos costos se miden en otras monedas, la potencia del dólar es una buena noticia. Pero con tasas de interés elevadas en Estados Unidos y un dólar fuerte se genera una “inflación importada”, ahora exacerbada por el precio relativamente alto del petróleo. A eso se suma que las empresas que se endeudaron en dólares enfrentan desembolsos cada vez más altos. El 18 de abril, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió sobre los efectos de esta situación sobre la estabilidad financiera global. Muchos países tienen grandes reservas internacionales que podrían vender para apuntalar sus monedas: Japón tiene 1,3 billones de dólares, India 643.000 millones y Corea del Sur 419.000 millones. Sin embargo, el alivio sería temporal. En 2022, por ejemplo, cuando muchos países se desprendieron de sus divisas internacionales, el crecimiento del dólar se frenó, pero cuando la Fed empezó a subir las tasas de interés, ya no pudieron detenerlo, y los bancos centrales y los ministerios de economía son reacios a desperdiciar sus tenencias en guerras infructuosas. Otra opción es una coordinación internacional para frenar la escalada del dólar. Y el primer atisbo de eso pudo verse el 16 de abril, cuando los ministros de economía de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur manifestaron su preocupación por la caída del yen y del won. Podría ser el punto de arranque de una mayor intervención en el mercado global —en forma de ventas coordinadas de reservas de divisas— para evitar que las dos monedas asiáticas sigan perdiendo valor. Pero a pesar de los esfuerzos de esos países para equipararse, las diferencias de sus respectivas economías inevitablemente los empujan por caminos diferentes. Al fin y al cabo, la debilidad del yen y del won se debe a la diferencia en las tasas de interés entre Estados Unidos y otros países. En Corea del Sur, los bonos del gobierno ofrecen un rendimiento de alrededor del 3,5%, y los de Japón, de solo el 0,3%, mientras que los bonos del Tesoro norteamericano con vencimiento en igual fecha ofrecen un rendimiento del 5%. Si en Estados Unidos las tasas de interés se mantienen significativamente más altas que en otros países, para los inversores que buscan rentabilidad la decisión será fácil: seguirán apostando por el dólar . Desde mediados de marzo se aceleró la caída del yuan frente al dólar BBC Mundo Después están los países con los que es menos probable una cooperación con Estados Unidos. Según el banco de inversiones Goldman Sachs, en marzo, cuando los inversores huyeron de la alicaída economía de China, ese país registró una salida de divisas de alrededor de 39.000 millones de dólares, el cuarto mayor drenaje en cualquier mes desde 2016. El yuan viene cayendo sostenidamente frente al dólar desde principios de año, un proceso que se aceleró aún más desde mediados de marzo: desde entonces, la moneda norteamericana aumentó de 7,18 a 7,25 yuanes por dólar. Según estimaciones del Bank of America, para septiembre esa cotización alcanzará los 7,45 yuanes por dólar, justo cuando la campaña electoral de Estados Unidos esté en su punto álgido. De ser así, el yuan tocaría su nivel más bajo desde 2007 y favorecería el actual embate exportador del gobierno de China. Los ya baratos vehículos eléctricos chinos, por ejemplo, están a punto de abaratarse todavía más, una posibilidad que enfurece a los políticos norteamericanos de ambos partidos. De hecho, hasta los proteccionistas norteamericanos estarían dispuestos a dejar pasar la debilidad de la moneda de los países aliados de Estados Unidos, o al menos por un tiempo. Pero es menos probable que sean tan benignos en el caso de China, y eso aumenta el riesgo de más aranceles y nuevas sanciones comerciales, y tal vez incluso el regreso de China a la lista de “manipuladores” de la divisa norteamericana. Mientras la economía de Estados Unidos siga arrojando buenos resultados, es probable que el dólar se mantenga fuerte. Y mientras los políticos norteamericanos vean esto como un motivo de preocupación, las tensiones comerciales no harán más que aumentar. Traducción de Jaime Arrambide The Economist

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