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  • Con la sospecha de un robo, buscan a los asesinos de “don Pablo”

    » La voz

    Fecha: 30/04/2024 11:06

    El pequeño quiosco atendido por Pablo Orlando Moyano (70), conocido afectuosamente como “don Pablo”, se ha convertido en el epicentro del trágico crimen de la calle Juan de Urdinola 4746, en barrio José Ignacio Díaz 3° Sección de la ciudad de Córdoba. El sábado al mediodía, las cintas rojas de la Policía cordobesa delimitaron la escena donde Moyano fue hallado asesinado en el suelo de su vivienda. Tenía una puñalada en medio del pecho. El reloj marcaba aproximadamente las 12 cuando, se cree, se produjo el violento episodio en la vivienda que albergaba el humilde negocio. La ventana del frente, habitualmente utilizada para la atención de los clientes, mostraba señales de forzamiento en la persiana, mientras que en el interior reinaba un caos desolador. Todo fue descubierto por Vanesa Abigaíl Plaza (26), una sobrina de “don Pablo”, quien relató a las autoridades haber encontrado a su tío sin vida, tendido en el suelo, empapado en su propia sangre. Según su testimonio, poco antes del hallazgo, se presentó en la parte de atrás del domicilio que ella habita junto a su familia, el hijo del fallecido, Pablo Ezequiel Moyano (31), quien sufre de un retraso madurativo. Según dijo, el muchacho, visiblemente alterado, contó a los gritos que había visto muerto al padre y abandonó la vivienda. Así fue que Plaza corrió hacia el negocio –siempre según lo relatado a la Policía– hasta llegar a la escena del crimen. Todo era desorden, según diría posteriormente. El sábado pasado, en barrio José Ignacio Díaz III Sección apareció un hombre sin vida en el interior de su vivienda que también funcionaba como un kiosco precario. Juan de Urdinola 4746. Foto: Pedro Castillo/La Voz Desorden y muerte La joven observó un detalle intrigante: una silla estaba junto a la ventana forzada y había una huella de zapatilla que le llamó su atención. Parecía la huella de una mujer. Minutos más tarde llegó al lugar un equipo del Servicio de Emergencias 107. Fueron los médicos quienes constataron que el comerciante no presentaba signos vitales. Tenía una herida corto punzante en el tórax. Los pesquisas comenzaron a trazar una línea temporal de los eventos y a dirigir su atención hacia el círculo íntimo de “don Pablo”. “Hay algo más detrás de todo esto”, repitieron desde el comienzo por baja frecuencia. Para los investigadores, es poco probable que alguien haya entrado desde afuera por la persiana. Se preguntan quién o quiénes estuvieron con la víctima durante las últimas horas y cómo eran los lazos familiares. ¿Estaba vinculado afectivamente con una mujer, por quien podría haber tenido algún tipo de enfrentamiento con ella o con otros vecinos de la zona? La respuesta apareció sobre la mesa de la investigación en las últimas horas y cobra fuerza. De todos modos, no se cierran otras hipótesis. Si bien en un primer momento, el caso estuvo en manos de la fiscal Lourdes Quagliatti (quien había convocado a pesquisas de Robos y Hurtos), el expediente luego pasó a manos de su par Eugenia Pérez Moreno, quien ordenó de inmediato las primeras instrucciones. Convocó a pesquisas del Departamento Homicidios de la Policía. Se esperan los resultados de la autopsia y otros informes. También serán cruciales, confían fuentes allegadas a la causa, los testimonios que pudieran emerger en la barriada, que por estas horas se resguarda en un hermético silencio, dejando entrever que se impuso la consternación y el desconcierto ante lo sucedido. Será una investigación de largo aliento, adelantaron, y nadie se atreve a descartar ninguna hipótesis. Por el hecho aún no hay imputados ni detenidos. La vivienda se encuentra resguardada por una consigna policial. El sábado pasado, en barrio José Ignacio Díaz III Sección apareció un hombre sin vida en el interior de su vivienda que también funcionaba como un kiosco precario. Juan de Urdinola 4746. Foto: Pedro Castillo/La Voz Preocupación vecinal “Los crímenes no son comunes. No estamos acostumbrados, ni queremos acostumbrarnos a ellos. Pero sí son cada día más repetidos los hechos de inseguridad, cuando una motocicleta baja por la colectora y entra y sale de las calles internas robando celulares y carteras, muchas veces con violencia”, contó una vecina a La voz y aseguró haber sido clienta ocasional de “don Pablo”. El barrio se encuentra situado en una zona “compleja”, según lo calificaron fuentes vecinales. “A dos cuadras hay un asentamiento que crece cada día un poco más. Estamos pegados a la avenida Circunvalación y algunas calles se encuentran a oscuras, desprotegidas, sin patrullaje policial. Por eso ocurren estas cosas a plena luz del día”, comentó otro vecino próximo a la vivienda de la víctima. Consultados sobre la vida familiar del hombre, todas las fuentes coincidieron al hablar sobre una familia que vivía encerrada, que no se mostraba mucho en las calles del barrio, sin signos que pudieran traer sospechas sobre situaciones de violencia en el círculo íntimo. Mientras la preocupación crece, la familia no habla y los pesquis buscan dar con los asesinos.

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