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  • Un francés y un belga cambiaron sus vidas para criar larvas de mosca en Balcarce: “El potencial es enorme”

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    Fecha: 30/04/2024 01:50

    Un francés y un belga cambiaron sus vidas para criar larvas de mosca en Balcarce: “El potencial es enorme” Domingo 28 de Abril de 2024, 19:24 Los emprendedores Julien Laurençon y François Nolet, creadores de la primera biofábrica de la Argentina. Los dos europeos se instalaron primero en Colonia Caroya, en Córdoba, donde arrancaron con un cultivo de hongos comestibles y en paralelo empezaron a estudiar el tema de la cría de insectos. “Vimos un gran potencial para desarrollar esta actividad en el país, un gran potencial de impacto para tratar deshechos de la industria agroalimentaria”. La mosca soldado negra. Una vez adulta, solo se dedica a reproducirse. (Foto: gentileza Procens). La mosca soldado negra. Una vez adulta, solo se dedica a reproducirse. (Foto: gentileza Procens). El poder de la mosca soldado negra En menos de dos semanas, la larva de mosca soldado aumento por 10.000 su peso. (Foto: gentileza Procens). Del pequeño emprendimiento a la primera biofábrica de la Argentina François Nolet (izquierda) y Julien Laurençon (derecha), los fundadores de Procens. (Foto: gentileza Procens). “Para alimentar a los insectos necesitás materia prima estable, segura y disponible en volúmenes suficientes. Hablamos con distintos actores para encontrar un aliado estratégico para proveer desperdicio alimenticio para la larva”, sostuvo. Cómo fue emprender en la Argentina Las larvas de mosca soldado negra se secan y se convierten en harina con un alto valor proteínico. (Foto: gentileza Procens). Laurençon y Nolet afirman que “se pasan el día en la fábrica” pero, cuando no cuidan de sus moscas, disfrutan de la vida en Balcarce: “No podríamos volver a la ciudad grande, con el estrés, la locura que conlleva. Buscamos una vida más tranquila. Acá nos podemos escapar a las sierras para recargar baterías”. La próxima etapa para la dupla europea será extender la planta en 2025 “para poder procesar 10 a 15 veces más desperdicios” y así nutrir suelos y animales. Por Stephane Bailly / Por Stephane Bailly / TN Detrás del emprendimiento están François Nolet, el belga, y su socio Julien Laurençon, el francés. Se conocieron en 2018, en los pasillos del Ministerio de Ambiente, mientras trabajaban en proyectos de agroecología y enseguida pegaron onda. “Qué loco, ¿qué hacés acá?”, se dijeron mutuamente, emulando la pregunta que los argentinos siempre le hacen a los europeos que se instalan en el país.”, contó Nolet a TN sobre sus respectivos backgrounds. “Somos muy diferentes, pero nos complementamos muy bien”, agregó., dijo con admiración.“A la mosca soldado, la descubrí a través de la economía azul, que trabaja en buscar soluciones a los problemas con base en la naturaleza. En Colombia, un médico que trabaja con insectos y larvas de mosca para curar heridas de larga complejidad en pacientes me contó la belleza de los insectos y cuantas soluciones pueden proveer”. Esa charla lo convenció del potencial de la industria.sostuvo.“La población mundial creciente y cada vez más carnívora presiona los recursos naturales de una forma insostenible.destacaron desde Procens, como llamaron a la empresa de ambos.Según destacó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un informe -destinado a la alimentación humana, pero que aplica también para los animales-,Además, la cantidad de tierra necesaria para criar insectos es significativamente menor que en el caso de la producción animal y destacaron el “gran potencial económico y nutricional” de los insectos que “aún no se ha aprovechado plenamente”.Durante más de un año, Nolet y Laurençon estudiaron el ciclo de la mosca en un container convertido en bioterio. Analizaron qué le gusta comer, cuáles eran sus condiciones óptimas de desarrollo. Cuando estalló la pandemia, decidieron salir en busca de inversores para llevar el proyecto a escala industrial.Allí montaron una planta piloto mientras se terminaba de adecuar el marco regulatorio, ya que el SENASA entonces no contemplaba la cría de insectos para consumo y tuvo que crear la categoría especialmente para ellos. Finalmente,, dijo Nolet., explicó el cofundador de Procens. “Recuperamos desperdicios y los convertimos en enmienda y biomasa”, sostuvo.precisó Nolet.Desde Procens destacan queLa planta que tiene en Balcarce tiene por ahora capacidad para procesar cinco toneladas de desperdicios por día y“Nuestro modelo productivo se basa en la belleza del rol que cumple la mosca en la naturaleza. Los insectos fueron la base de la alimentación de animales a estado salvaje durante miles de años”, recalcó el emprendedor a TN.Sobre el lado ambiental del emprendimiento, Nolet destacó que “. Nosotros buscamos un cambio de mirada según los principios de la economía azul, tratamos de inspirarnos en como funciona la naturaleza para desarrollar nuevos modelos y volver a valorizar el rol de los insectos en esta cadena”.Con mucho entusiasmo, Nolet asegura que el potencial de la industria “es enorme” y apenas explotado en América Latina.”, sostuvo.“Con Julien decimos siempre que tuvimos que hacer un MBA, un Master of Business of Argentina”, dijo Nolet y soltó una risa. “El país tiene sus particularidades, es un desafío, pero hay posibilidades de convertir la crisis en oportunidad. Hoy las reglas del juego están cambiando mucho y necesitamos soluciones para los desafíos de la época, el cambio climático, las crisis sociales. Como emprendedores de impacto pensamos poniendo el corazón.aseveró.

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