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» El Ancasti
Fecha: 29/04/2024 19:20
A lo largo de varias décadas la sociedad argentina ha ido forjando una identidad política, social, cultural. Se trata de una identidad por cierto inacabada, en constante evolución, construida de una manera pluralista a partir de miradas disímiles sobre la historia y la realidad. No hay –no puede haber- acuerdos plenos ni sobre todos los temas. Pero sí existen consensos básicos en torno a algunos temas de fondo, estructurales. Sin embargo, corren tiempos en los que desde el propio oficialismo nacional se sostienen posiciones que intentan reabrir algunos de esos debates ya saldados. El cuestionamiento a la política de derechos humanos y al impulso a los juicios por crímenes de lesa humanidad, acciones por las cuales Argentina ha ganado prestigio mundial, es uno de ellos. Finalmente, hay tentativas orientadas a cuestionar otro debate que el país ya ha saldado, en este caso más recientemente y como consecuencia del impulso de los movimientos feministas ante el auge de la violencia de género y sus expresión más brutal, los femicidios. El diputado provincial libertario Adrián Brizuela realizó una publicación en redes sociales en las que se refiere al caso de una mujer que está acusada de rociar con combustible a su pareja varón. La acusada argumentó sufrir violencia de género por parte de la víctima, lo cual no ha sido corroborado por la Justicia. El posteo dice, entre otras cosas: “Este hecho aberrante de violencia intrafamiliar no tuvo prácticamente impacto en los medios ni clamor social. De haber sido exactamente al revés, hoy tendríamos al femibolchevismo organizando marchas y hablando de la violencia machista, el patriarcado y la justicia con perspectiva de género. Es precisamente esta aberración jurídica la que ha puesto en jaque a los principios jurídicos fundamentales como igual trato ante la ley y presunción de inocencia…”. El legislador falta a la verdad al sostener que el caso no tuvo impacto en los medios. En el momento del hecho tuvo amplia cobertura y casi a diario se informa respecto de la evolución de la salud de la víctima y del estado de la causa en general. Por otro lado, en el caso que menciona el legislador libertario, la Justicia actuó como corresponde. La presunta autora del hecho está detenida en el correccional de mujeres, imputada por el delito de homicidio calificado por mantener una relación de pareja en grado de tentativa en carácter de autor. Lo que Brizuela no entiende es que la justicia con perspectiva de género, que por cierto es cada vez más indiscutible en los sistemas judiciales de los países más desarrollados, no pone en jaque ningún principio jurídico ni pretende tratos diferenciados según el género de la víctima. La justicia con perspectiva de género no es una justicia especial, conformada para casos especiales y con normas especiales y de aplicación específica, diseñada para complacer a los movimientos feministas. La justicia con perspectiva de género es aquella que puede actuar y decidir sin ajustarse a estereotipos ni prejuicios basados en rasgos culturales fuertemente arraigados en sociedades patriarcales, en las que la violencia hacia la mujer no son hechos aislados sino recurrentes, sistemáticos y ahora en la Argentina con mayor riesgo de agravarse por el desfinanciamiento de las políticas de género y de protección hacia la mujer impulsado por el gobierno al que adhiere Brizuela.
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